Restauración
- 04/03/2022, 14:02
Las cadenas de restauración organizada esperan alcanzar en 2022 un ritmo de crecimiento en sus ventas similar al que registraron en 2019, último ejercicio sin pandemia.
Las cadenas de restauración organizada esperan alcanzar en 2022 un ritmo de crecimiento en sus ventas similar al que registraron en 2019, último ejercicio sin pandemia.
Un amigo cercano que ha alcanzado admirable éxito en su carrera tecnológica puntualizó una vez que es probable que una decisión inicial sub-óptima conduzca a una serie de malas decisiones posteriores. Los economistas llaman a esto "equilibrios múltiples". Y la Reserva Federal de Estados Unidos, la institución monetaria más influyente del mundo, se encuentra en medio de tal situación con respecto a la inflación, lo que conlleva implicaciones que se extienden mucho más allá de la economía y las finanzas de Estados Unidos.
Si en 2020 se hubiera preguntado a cualquier analista cuál sería el desencadenante de la próxima recesión, pocos o ninguno habrían apostado por la inflación. Mucho menos habrían dado por un escenario de estanflación. Dos años después, la inflación se ha convertido en la principal amenaza y un escenario de estanflación gana enteros. Tanto es así que hasta el propio Banco Central Europeo empieza a poner sobre la mesa esta posibilidad ante el creciente impacto de la guerra en Ucrania sobre los mercados y la economía.
En la revisión de la estrategia de política monetaria de 2020, la Reserva Federal de EEUU ajustó la búsqueda de una tasa de inflación del 2% a una inflación que "promedie el 2% a lo largo del tiempo". A muchos les preocupa que utilizar la inflación media a lo largo del tiempo para decidir la política del futuro sea problemático.
La dependencia del gas ruso y el impacto de las sanciones que se han aprobado contra Moscú ya se dejan sentir en el bolsillo del ciudadano. El precio de la energía está volviendo a alcanzar los niveles más altos de la historia, los que se vieron el año pasado y que hicieron que la factura de la luz fuese el centro de todos los telediarios durante varias semanas.
La cesta de la compra no pasa por su mejor momento. El aumento de la inflación y el conflicto en Ucrania están provocando un aumento de precios de la materia prima agrícola. El maíz, por ejemplo, sube un 28% en lo que va de año en el mercado estadounidense, el mayor de todo el mundo, y ya cotiza a menos de un 10% de los máximos históricos que se alcanzaron en 2012, cuando, en un año de cosecha nefasta, los precios de los alimentos alcanzaron un nuevo máximo histórico, según los datos que recopilaba la Organización de Naciones Unidas.
La inflación en Alemania se vuelve a elevar al 5,1% con los precios energéticos y las transmisión de costes presionando la economía germana. Con el conflicto en Ucrania poniendo en alerta a todo el planeta y el aviso de recesión del Bundesbank hace tan sólo unos días, la locomotora alemana se ve rodeada del miedo de un crecimiento negativo del PIB y positivo de los precios que lleve a la estanflación.
La carrera de los precios alcanza en febrero un nuevo dato histórico. Con la tasa general del IPC en un 7,4%, tal y como avanza en Instituto Nacional de Estadística (INE), la inflación interanual escala hasta cuotas no vistas desde 1989. La amplitud de la inflación subyacente, que ha avanzado hasta el 3% según el dato adelantado por Estadística, muestra un mal síntoma para la economía española y una tendencia al alza que ya alerta a los analistas de una inflación más persistente. El conflicto de Ucrania es ya un elemento negativo y los próximos meses serán difíciles, según explica BBVA Research a este medio.
Los datos adelantados del INE sobre el IPC de febrero confirman la tendencia alcista de la inflación, que ya acumula más de un año de crecimiento. Así, la previsión del organismo indica que los precios en nuestro país marcaron un nuevo máximo el pasado mes, hasta el 7,4% de tasa interanual, el nivel más alto desde 1989. En cuanto a la estimación de la inflación subyacente (sin alimentos y energía), el INE apunta a un aumento de seis décimas hasta el 3%.
Mientras Europa empieza a tomar conciencia de que la invasión a Ucrania es un ataque a todas las democracias occidentales, a sus valores, su nivel de vida y a su modelo de libertades, los analistas económicos, las empresas y sus organizaciones empiezan también a darse cuenta del impacto que el conflicto bélico y las sanciones impuestas a Rusia va a suponer sobre las economías de los países miembros de la UE y sobre todo en España, que está en el furgón de cola de la recuperación y lidera el desempleo.
Vidrala logró un beneficio bruto de explotación (Ebitda) de 267,7 millones de euros durante el año pasado, lo que supone una disminución del 4,3% en comparación con el ejercicio anterior, debido al aumento de costes, según datos presentados por parte de la compañía.
La violación de la integridad territorial de Ucrania ha movilizado a la comunidad internacional, que ya ha anunciado sanciones económicas severas contra Rusia.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia desmantela las previsiones económicas. La nueva crisis bélica, imprevista por todas las casas de análisis hasta hace una semana, crea una nueva coyuntura en Europa que acerca la economía del continente a la estanflación: un escenario de bajo crecimiento y precios al alza. El conflicto impactará de forma casi inmediata en los precios y el Producto Interior Bruto (PIB) europeos. La inflación crecerá así a un ritmo del doble de rápido que el del PIB.
Cuando todos los inversores empezaban ya a descontar, cada vez en mayor medida, una subida de tipos en la eurozona para final de año e incluso en septiembre, ante las presiones acuciantes de la inflación, la invasión militar de Ucrania por parte de Rusia está alejando estas previsiones y sitúan al Banco Central Europeo (BCE) ante el dilema de ofrecer una hoja de ruta que disipe las dudas a los inversores.
CEOE Aragón y CaixaBank han organizado esta sesión para analizar la coyuntura económica, marcada tanto a nivel internacional como nacional por los elevados precios energéticos y de las materias primas.
La invasión rusa del territorio ucraniano inicia un nuevo capítulo negro en la historia europea que remueve los peores temores económicos. Concretamente, una de las primeras aristas que abre esta irrupción bélica radica en su capacidad de hacer que se enquiste el muy alto nivel de precios actual. En esta coyuntura, la tasa media del IPC no tomaría la previsible senda descendente que marcaban las previsiones. La inflación estaría así abocada a cerrar 2022 en una tasa promedio récord (tanto para España como para la eurozona) del 6,5%, muy por encima del 3,5% de media registrado el año pasado.
El rally inflacionista puede estar ante su último trimestre de mayor presión. Según el gobernador del Banco de España (BdE), "los efectos base relacionados con la pandemia dejarán de ser relevantes a partir de la primavera de 2022". La progresiva desaparición de estos efectos base contribuyen a reajustar estadísticamente las tasas de inflación, aliviando en la etapa previa al estío la presión de los precios, tal y como adelantó este medio el pasado 12 de febrero.
La vuelta repentina de la inflación ha traído consigo viejos debates que parecían olvidados. Uno de ellos es el de la actualización y adaptación del sistema fiscal a la variación de precios. Si los impuestos no se adaptan al nuevo entorno inflacionario, los contribuyentes pagarán cada vez sumas absolutas y relativas (tipo efectivo medio) mayores a Hacienda, pese a que su poder adquisitivo real se mantenga o incluso decrezca. La parte 'positiva' es que la recaudación por impuestos se ha incrementado tal y como revelan los últimos datos.
A finales de 2021 desarrollamos tres escenarios potenciales que probablemente definirían el devenir de 2022 y 2023.
La Reserva Federal de EEUU lo ha apostado todo a la recuperación económica. Unas políticas monetarias y fiscales históricamente expansivas han sacado a la economía americana del pozo en tiempo récord. Pero este rápido crecimiento ha venido acompañado de un fuerte auge de precios (inflación) que en otra época habría desencadenado varias subidas de tipos de interés. La célebre Regla de Taylor revela que la Reserva Federal se ha quedado muy detrás de la curva se mire por donde se mire. Los tipos de interés deberían estar en un punto mucho más elevado a esta altura del ciclo. La presión para el organismo presidido por Jerome Powell de cara a su reunión de marzo es total (el mercado sigue apostando por una subida de 50 puntos básicos de golpe).
La mayor parte del mundo odia la inflación. Para Nikhil Choraria y un pequeño grupo de operadores, es una oportunidad. El socio de Goldman Sachs es uno de los principales practicantes del oscuro arte de la negociación de la inflación, un nicho de negocio que ha explotado -de forma muy lucrativa- para algunos de los principales bancos y fondos de cobertura del mundo.
Visualizada ya como una realidad consistente, la amenaza fantasma de una inflación de costes toma cuerpo y va erosionando el poder adquisitivo de la inmensa mayoría de familias. La presión alcista de la demanda, tras la reversión de confinamientos y restricciones, tensó las costuras del tejido productivo pero han sido el desajuste en los mercados energéticos y los cuellos de botella en el suministro de componentes los responsable principales del desgarro. Las estimaciones más recientes indican que la escasez y los retrasos en la entrega de suministros ya han reducido en más de un punto y medio el ritmo de crecimiento del PIB.
Hoy resulta imposible entender la economía española sin contextualizarla en la Unión Europea (UE) y, más concretamente, en la Unión Económica y Monetaria (UEM). España siempre ha tenido un papel proactivo en la construcción de la unión monetaria, siendo uno de sus miembros fundadores. Mantener este papel depende de que sea percibido como un socio creíble y sostenible que persigue el bien común por encima de intereses particulares.
La escalada de precios del petróleo trastoca las cuentas del Gobierno para este 2022 en varias vertientes. El principal punto negativo es que el crecimiento del valor de cada barril de crudo supone una proyección de recorte del PIB español del 0,5%, según prevé BBVA Research en su último informe Situación España para 2022. Esta observación se ha agravado frente al dato manejado en el anterior trimestre, cuando los precios aún no presionaban a los niveles actuales, por encima de los 90 dólares, y todavía puede ser válida en el caso de que la cotización se modere pero aún ronde los 70-80 billetes verdes.
Eclipsado por los ecos de las elecciones de Castilla y León esta semana el Instituto Nacional de Estadística (INE) nos han confirmado que la inflación en España encadenaba en enero su decimocuarta tasa anual positiva consecutiva y suma ya dos meses seguidos en tasas superiores al 6%. Este 6,1% en el primer mes del año tras el 6,5% en diciembre, la más alta desde mayo de 1992 que supera en 1 punto a la media de la zona euro y que casi duplica la de algunos de nuestros socios como Francia (3,3%) y Portugal (3,4%).
Chris Iggo es CIO Core Investments de AXA IM, compañía a la que llegó hace ya catorce años. Pero su carrera profesional se remonta más allá: antes de formar parte de la gestora francesa trabajó en Cazenove Fund Management, Barclays Capital y en el Chase Manhattan Bank. Por eso afirma a este periódico con el aplomo de aquel que sabe de lo que habla que los mercados "siempre van a intentar adivinar los pasos de la Fed" y demás bancos centrales.
Hace casi dos años, escribíamos en este mismo periódico que el Covid provocaría un incremento de 25 puntos porcentuales de la ratio de deuda pública de España sobre su PIB hasta el 120%. Así se ha producido casi en términos exactos. Al mismo tiempo, precedíamos que la deuda tendría un coste sobre el crecimiento económico a largo plazo de entre un 0,6% y 1% anual basándonos en las estimaciones publicadas en diferentes papers académicos. Este hecho será observable en las estimaciones de PIB potencial de los próximos años, el cual frenará su crecimiento entre 2022 y 2023 con respecto al ritmo de crecimiento mostrado entre 2020 y 2021.
Ya hay dato de cierre de deuda pública, y el Gobierno ha cumplido con el objetivo marcado en el plan presupuestario que envió a Bruselas. En un primer momento parecía una misión imposible que la deuda pública cayese al 119,5% del PIB (el objetivo). A falta de un mes para el cierre, el ratio se encontraba cerca del 122%. Sin embargo, la fuerte subida de la inflación en el último trimestre del año ha sido el mejor aliado del Gobierno, 'inflando' el PIB nominal de tal forma que se ha cumplido con el objetivo de forma holgada.
La incertidumbre condiciona el comportamiento de los mercados desde que comenzó el 2022. El conflicto geopolítico entre Rusia y la OTAN (EEUU y sus aliados) tan solo la ha incrementado aún más. Pero antes de que se complicaran las cosas en la frontera de Ucrania, los inversores ya evidenciaban sus temores por las potenciales consecuencias en la recuperación económica de la fuerte subida de los precios. La inflación en EEUU se encuentra en niveles no vistos en décadas y en la eurozona, en máximos históricos. Un factor que ha cambiado la perspectiva sobre los futuros pasos de los bancos centrales en el más corto plazo. Así las cosas, ¿cuáles son los mejores activos para sacar provecho a la situación actual?