Antes de este histórico dato de inflación, el Banco Central Europeo (BCE) ya se enfrentaba a una reunión engorrosa en la que tenía que seguir argumentando su política ultra-expansiva en medio de la marea inflacionaria. Sin embargo, el BCE tenía claro que el dato de IPC de enero iba a estar de su lado, lo que apoyaría la teoría de que la inflación se iría desvaneciendo a medida que desapareciesen los efectos de base. Pero contra todo pronóstico, la inflación no solo no se ha desacelerado en enero, sino que además ha alcanzado un nuevo máximo histórico en la zona euro en tasa interanual. El BCE y Christine Lagarde están obligados a improvisar en la rueda de prensa de este jueves.
El dato de IPC de enero ha dejado con la boca abierta a analistas e instituciones. Se esperaba que los precios se moderasen hasta el 4,4% interanual, seis décimas menos que el dato de diciembre. Este descenso habría sido suficiente para que el argumentario del BCE cobrase validez. Con dicha moderación, el IPC habría comenzado a dibujar la parte descendente de la 'joroba' que supuestamente estaba pintando, según Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo.
Sin embargo, los previsiones del BCE no se han cumplido. La energía, azuzada por el conflicto en Ucrania y la fuerte demanda de combustibles, ha vuelto a contribuir de forma positiva al IPC de enero dejando la inflación en el 5,1% interanual, un nuevo máximo histórico en los poco más de 20 años de vida de la zona euro. El BCE insistirá, probablemente, en su mensaje y asegurará este jueves que la 'joroba' está pintando un altiplano un poco más alargada de lo que se creía, pero la inflación comenzará a caer pronto y las expectativas seguirán bien ancladas.
Ahora todos los ojos están puestos en el BCE, que en unas cuentas horas deberá dar explicaciones y buscar alguna fórmula para calmar a los mercados, que ya anticipan dos subidas de tipos en la zona euro para 2022. Por ahora, el banco central mantiene todo su arsenal desplegado, pese a que la inflación (su único mandato real) están muy lejos del objetivo del 2%.
¿Y ahora qué, BCE?
"La cuestión más emocionante es cómo reaccionará la presidenta del BCE, Lagarde, ante esta alta tasa de inflación en la rueda de prensa. Es probable que haga hincapié en la dependencia de los datos en tiempo real. Sin embargo, evitará especificar medidas concretas para no alimentar más las expectativas ya existentes sobre los aumentos de los tipos de de interés", aseguran los analistas de Commerzbank en un comentario tras el dato de IPC.
Bert Colijn, analista de ING, asegura que "esta tasa de inflación proporciona tanto a los halcones como a las palomas mucha munición para la reunión del Banco Central Europeo (BCE) de mañana. Si bien las expectativas son que la inflación de la energía disminuirá constantemente, también esperamos que el crecimiento de los salarios se recupere en el transcurso de este año y aún vemos más espacio para que aumente la inflación de los bienes a medida que los altos precios al productor se trasladan al consumidor", asegura el experto.
Lagarde deberá pensar muy bien su mensaje y evitar cualquier error de comunicación. Por ejemplo, podría enfatizar, como lo hizo a finales de enero, que el BCE debe estar abierto a cualquier cambio en las perspectivas de inflación y que no hay duda de que el banco central reaccionará si se cumplen las condiciones establecidas para empezar a subir tipos.
"Probablemente no repetirá la declaración específica de diciembre de que es poco probable que aumenten los tipos de interés en 2022. Al mismo tiempo, es probable que enfatice que una estabilización sostenible de la inflación en el objetivo del 2% requiere aumentos salariales del 3%, que actualmente no son perceptibles", señalan los expertos de Commerzbank.
¿Por qué sigue subiendo la inflación?
Si se analizan los principales componentes de la inflación de la zona del euro, la energía ha subido a una tasa anual más alta (28,6%, frente al 25,9% de diciembre), seguida de alimentos, alcohol y tabaco (3,6%, frente al 3,2% de diciembre). ), servicios (2,4%, estable respecto a diciembre) y bienes industriales no energéticos (2,3%, frente al 2,9% de diciembre).
Los datos publicados por España, Alemania, Francia o Portugal dejaban entrever que algo estaba pasando. La inflación se moderaba algo en los dos primeros (pero mucho menos de lo esperado), mientras que en los dos últimos sumaba un nuevo incremento, poniendo en duda las previsiones para el IPC del área euro. Lo que ha terminado de desbaratar el dato ha sido la publicado de esta mañana de la inflación italiana, que se ha situado en el 5,3% en enero, 1,3 puntos por encima del consenso del mercado.
Los expertos de Natixis creen que este dato supone todo un desafío para el BCE. "Aunque la mayor parte de la sorpresa al alza está relacionada con el componente energético (que debería empezar a reducirse), la inflación subyacente también ha disminuido mucho menos de lo esperado".