Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia (que junto a sus aliados conforma la OPEP+) siguen apostando por la estrategia de los recortes de producción para intentar reanimar el precio del petróleo. Sin embargo, esta estrategia no está funcionando como la OPEP+ (sobre todo Arabia Saudí) esperaba. El precio del barril de crudo no logra recuperar los 80 dólares. Son muchos los recortes prometidos y las frases grandilocuentes, amenazando a los bajistas del petróleo, sin embargo, la sangre no termina de llegar al río. Los inventarios de petróleo se están reponiendo y el mercado anticipa un exceso de oferta en la primera parte de 2024. Una parte importante de los integrantes de la OPEP no está cumpliendo con los recortes, mientras que la creciente oferta de crudo en otras partes del mundo esteriliza los esfuerzos de Arabia Saudí. Si los recortes vuelven a fracasar, Riad tomará la delantera y el siguiente paso podría ser el opuesto a los recortes.

El nuevo 'punto rojo' de la geopolítica mundial se sitúa precisamente en el mar homónimo. Aunque el conflicto entre Israel y Hamás se está dirimiendo por el momento en el plano local, más allá de las sonoras declaraciones de actores externos, lo que está ocurriendo en el Mar Rojo amenaza con amplificar la repercusión de la contienda y poner en peligro una de las arterias claves del transporte global. Los repetidos ataques a barcos cargueros que transitan la zona ya han requerido la intervención de EEUU y han disparado los temores. Los rebeldes hutíes de Yemen, autores de los ataques, ya han adelantado que seguirán cometiéndolos hasta que finalice la operación militar de Israel contra Hamás. En la mente de algunos analistas resurge, salvando las distancias, lo ocurrido en los años 80 con la conocida como Guerra de los Petroleros (Tanker War en inglés).

Brasil ha sido durante años una de las 'promesas' del petróleo ajeno a la OPEP. El importante desarrollo de la industria petrolera en este país se veía como un halo de luz para los países consumidores que se ven forzados a pagar las políticas oligopolísticas del cártel del petróleo. Por desgracia, para Europa, China o EEUU, Brasil se ha pasado al lado oscuro. Por supuesto, no lo ha hecho gratis, a cambio la industria brasileña recibirá la inversión directa y el know-how del mayor exportador de petróleo del mundo: Arabia Saudí y Aramco.

En los últimos meses, la inflación se ha desacelerado rápidamente en la zona del euro. Muy rápidamente. En enero de este año, los precios avanzaban a un ritmo que superaba el 9% interanual. Sin embargo, tras la gran sorpresa a la baja de noviembre, el ritmo actual de la inflación subyacente podría estar ya por debajo del objetivo del BCE del 2% interanual (según cálculos de Deutsche Bank desestacionalizando datos y anualizando el dato trimestral). Esto supone que la inflación no solo ha alcanzado uno de sus objetivos muy rápido, es que lo ha hecho incluso sorprendiendo a los más optimistas.

El petróleo no levanta cabeza. Aunque parezca contradictorio, los descensos de los futuros de crudo se han agudizado desde que la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia (OPEP+) anunciasen un nuevo recorte de la producción. La falta de credibilidad del cártel y la creciente oferta en otras partes del mundo (Guyana, EEUU, Brasil...) están lastrando los precios del crudo y sus expectativas, que ya rozan niveles no vistos desde este verano. Algunos expertos empiezan a creer que la OPEP podría capitular antes de tiempo ante la falta eficacia de sus políticas.

Han pasado 645 días desde que comenzó la guerra de Ucrania. 21 meses de conflicto en el que, mientras los soldados del país eslavo resisten la invasión a través de las armas, desde Europa se vivía un enfrentamiento muy distinto. Para dañar el músculo financiero ruso que sostiene a sus fuerzas militares, Europa ha ido lanzando una batería de sanciones, además de buscar 'independizarse' de la energía rusa. Esto último ha provocado grandes perturbaciones en economías muy dependientes como Alemania y el resto de países de cento y este de Europa. Sin embargo, los analistas y expertos internacionales han visto un punto ciego en este 'bloqueo', una alerta que ha puesto en el foco a España.

La alianza OPEP+ anunció este jueves nuevos recortes en la producción de petróleo. Sin embargo, los futuros del crudo Brent, de referencia en Europa, y del West Texas, reaccionaron con bajadas de precios (el crudo se mantiene hoy tambaleante en los 80 dólares por barril), sorprendiendo, probablemente, a los países productores. La teoría dice que una reducción de la oferta ceteris paribus debe desembocar en un incremento de precios del bien en cuestión. Sin embargo, el mercado está descontando lo que se viene en el primer trimestre de 2024. El recorte de la OPEP parece insuficiente para corregir el esperado aumento de la oferta (ajena a la OPEP) y la caída estacional de la demanda. Pero sobre todo, el nerviosismo se ha impuesto porque probablemente esta era la última bala de la OPEP.

No hay nada más querido que lo que ya no se tiene. Además, si esa pertenencia resulta ser mucho más valiosa de lo que se creía porque alberga grandes riquezas que se desconocían, el resquemor es doble. Algo así es lo que está sucediendo con un territorio que se encuentra entre Venezuela y el pequeño país de Guyana, cuya disputa data de la época colonial. No obstante, la tensión se ha disparado al calor de los hallazgos de petróleo en las aguas que bañan el Esequibo, el territorio en disputa, y que hoy explotan de forma conjunta Guyana y la empresa norteamericana ExxonMobile.

La industria del petróleo parece condenada a sufrir una contracción constante a medida que las energías más limpias se imponen en el mercado, con la inestimable ayuda de los gobiernos. Dentro de la industria del crudo hay una rama que parece especialmente cuestionada y en peligro: la industria de las plataformas marinas y la extracción de petróleo en el mar y en aguas ultraprofundas. Este tipo de operaciones son peligrosas (vertidos de crudo al mar) y caras (requieren una inversión mayor que la extracción de crudo en tierra), sin embargo, una cascada de descubrimientos recientes de petróleo bajo el mar y las mejoras tecnológicas que permiten reducir costes están creando un nuevo ciclo de crecimiento en esta industria.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha rebajado las previsiones de crecimiento de España para el 2024 hasta el 1,4% frente al 1,9%, a la vez que ha mejorado levemente las de 2023, con un avance del 2,4% frente al 2,1% anterior. Sin embargo, más allá de las previsiones, la OCDE ha lanzado un mensaje de advertencia a España: hay que hacer mayores esfuerzos para recortar la deuda pública ahora, porque el gasto relacionado con el envejecimiento (pensiones, sanidad...) va a subir con fuerza en los próximos años.