Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

Desde la guerra en Ucrania los precios de la electricidad se han disparado en media Europa. Tal es la amenaza que este ha sido uno de los factores claves que explicó la decadencia de una industria como la alemana, que basaba su modelo en el gas ruso barato y que se encontraba con que ahora sus costes estaban por los cielos. De una forma opuesta, España se ha presentado como una isla energética con un gran dominio de las renovables que garantiza unos precios estructuralmente más bajos. Un viento de cola clave para la industria manufacturera y un gran impulso para la inversión en el mismo… o no.

De la sonrisa a las lágrimas. Esto es lo que está haciendo la curva de futuros del petróleo Brent, enviando un mensaje de pesimismo al mercado sobre el conflicto entre Israel e Irán. La estructura del mercado está anticipando un conflicto intenso, diferente a los choques de los últimos meses y con una duración relativamente larga del choque entre las dos potencias regionales, lo que podría mantener el precio del petróleo relativamente tenso por un tiempo prolongado. Irán es el tercer país con mayores reservas de petróleo del mundo, además de tener capacidad para producir unos 4 millones de barriles de crudo diario. Este conflicto puede ser muy peligroso para la oferta de crudo. No solo por la producción de Irán, también por el Estrecho de Ormuz, una arteria (chokepoint) por el que pasa un tercio del crudo mundial y que es susceptible de ser intervenida o boicoteada por las fuerzas iraníes. Ahora mismo, el petróleo se dispara casi un 8% y supera con creces los 70 dólares el barril.

Cuando se analiza un mapa de densidad de población en Europa se puede observar que España presenta ciertas anomalías respecto al resto del continente. Su población se encuentra distribuida de forma muy desigual, con grandes acumulaciones en Madrid y la costa, mientras que el resto del país (sobre todo la meseta central) presenta una densidad de población muy baja. Esto ha generado ciertos debates que buscan resolver este 'problema' o al menos impedir que se agrave. Pues bien, de una forma 'natural' y progresiva, en los últimos 20 años se ha podido ver como dos provincias que podrían ser parcialmente catalogadas como España vaciada han registrado un crecimiento demográfico espectacular. Es más, una de ellas ha protagonizado el mayor aumento relativo de población de toda España en lo que va de siglo y parece que Madrid y su boyante economía tienen buena parte de culpa. Tal es el fenómeno, que hasta las ciudades abandonas en 2008, tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, se han vuelto a llenar de vida y se han quedado sin viviendas disponibles. Así es el milagro demográfico a las puertas de la España vaciada.

Aunque el acuerdo entre EEUU y China se dé por hecho, este choque entre ambas potencias puede ser el inicio de una nueva era. Desde el primer mandato de Donald Trump, EEUU ha intentado torcer el brazo a China en la guerra comercial a través de aranceles, controles de exportación y restricciones tecnológicas. Como si de una carrera se tratara, la primera potencia del mundo buscaba impedir el rápido avance de la segunda con sus restricciones y músculo financiero. Sin embargo, Pekín podría haber encontrado el punto débil de EEUU... y de todos sus aliados occidentales: el control absoluto de las tierras raras, un grupo de minerales imprescindibles para la fabricación de imanes permanentes utilizados en automóviles eléctricos, drones, misiles, turbinas eólicas, cazas y robótica. Sin estos minerales es muy difícil que algunas industrias punteras puedan seguir el ritmo de la competencia global, pero sobre todo el ritmo que está empezando a adquirir la tecnología China. Aún es muy pronto para sacar conclusiones, pero si China deja a EEUU sin acceso a las tierras raras, el país que comenzó imponiendo los aranceles podría terminar siendo la gran víctima de la guerra comercial. No solo eso, el liderazgo de EEUU y los países aliados (Europa, Australia..) estaría en juego en varios sectores.

Klaas Knot, presidente del Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), gobernador del Banco Central de Países Bajos y, por tanto, miembro del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), ha lanzado una seria advertencia para todos los reguladores del mundo: el riesgo que emana de los criptoactivos ya no es limitado y ahora podría ser una seria amenaza para el sistema financiero al completo. No todos los activos ni mercados son una amenaza sistémica ni un riesgo para la estabilidad financiera. Por ejemplo, los criptoactivos no lo han sido durante años pese a su elevadísima volatilidad y popularidad. Pero los mercados evolucionan, crecen, se expanden y llegan a cada vez más agentes. Este es el proceso que ha seguido el mercado de criptoactivos y tal es su avance, que ya "ha llegado a un punto de inflexión en el que podría considerarse casi como un riesgo sistémico para la estabilidad financiera", al igual que lo son otros mercados como el inmobiliario o el de las acciones o los bonos.

En el sudeste asiático, prácticamente lindando con el norte de Australia, se encuentra la nación más joven de Asia. Bañada por el océano Índico, la isla de Timor, de origen volcánico, irregular orografía y vastas zonas de selva, se divide en dos partes. La occidental (o izquierda en el mapa), se corresponde con una provincia de Indonesia. La oriental (o derecha) la ocupa el país que se independizó de Indonesia en 2002: Timor Oriental. En estos apenas 20 años de existencia (no llega a un cuarto de siglo), la trayectoria económica de esta joven nación que no llega al millón y medio de habitantes ha progresado lo suficiente como para recibir ciertas alabanzas del Fondo Monetario Internacional (FMI). Sin embargo, en una reciente ficha, el organismo subraya que si el país quiere disfrutar de un futuro próspero, tiene que saber gestionar mejor el gran tesoro que acumula: un 'cofre' diez veces más grande que su economía.

La economía de la zona euro presentó un crecimiento del PIB sorprendentemente poderoso en los tres primeros meses de este año (batiendo todas las previsiones). La mayor tasa de expansión en tres años. El sentimiento general tras el dato fue que la economía europea estaba mejor de lo que se creía y por eso crecía con intensidad, tal y como reflejan los fríos datos. El PIB avanzó un 0,6%, el doble que el 0,3% registrado en los tres últimos meses de 2024 y el mayor ritmo de expansión en la región desde el tercer trimestre de 2022, según la última revisión del dato ajustado estacionalmente publicada este viernes por Eurostat. Pero la realidad es muy diferente. Europa está estancada o en recesión... o lo estaría si no fuera por España, Chipre, Malta y... sobre todo Irlanda. Un país que con poco más de 5 millones de habitantes está sosteniendo el crecimiento de una región de unos 350 millones de habitantes. Para colmo, el crecimiento de Irlanda dista mucho de ser 'real', puesto que su PIB está seriamente distorsionado por el impacto de las multinacionales que tiene sede en la isla.

Siempre el oro. Cada vez que las turbulencias geopolíticas y financieras se convierten en la norma, el oro aparece como gran activo refugio. Esta vez no podía ser diferente, sobre todo porque el riesgo parece venir por todos lados y las monedas fiat no pasan por su mejor momento: Rusia y Ucrania, Oriente Medio, India y Pakistán, China… y cómo no, Donald Trump en EEUU. La tranquilidad y la certidumbre parecen haberse convertido en la excepción en un mundo dominado por el caos y las amenazas. Con todo lo anterior, no parece tan raro que el nerviosismo se esté imponiendo entre los inversores y bancos centrales que buscan acumular oro a marchas forzadas para pertrecharse ante un posible shock, conflicto o simplemente como una forma de diversificar sus activos de reserva con un activo cada vez más valioso.

La errática política económica que está aplicando la Administración Trump en EEUU tiene una suerte de 'piedra filosofal'. Se trata de un documento no demasiado extenso (40 hojas) en el que se explica cómo se debe reestructurar el comercio mundial para que EEUU no sea el amigo que siempre 'paga la cuenta'. Su autor es el economista Stephen Miran, antiguo estratega sénior de Hudson Bay y ahora director del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca tras ser nombrado por Donald Trump. Con permiso de Peter Navarro, 'padre' casi biológico de los aranceles, medida que también contempla este documento, Miran ahora mismo es el ideólogo de cabecera de Trump en materia económica y por eso, aunque rezuma tintes maximalistas, es útil repasar su catálogo de propuestas. Una de ellas, destinada a 'someter' al resto de socios comerciales, pasa por obligarles a cambiar sus tenencias de deuda soberana de EEUU por un bono a 100 años con un rendimiento menor. Una receta muy peligrosa en la medida en la que esconde un concepto hasta ahora impensable para EEUU: una reestructuración de deuda.

Falta vivienda. Cada vez resulta más evidente que este es el gran problema que aflige a España y a otros países europeos en los que el precio de los inmuebles no para de subir. Los políticos y los gobiernos buscan afrontar esta crisis con medidas que intervienen directamente los precios (distorsionan los incentivos) o por el lado de la demanda, una solución que puede obtener ciertos réditos (electorales y de resultado) a corto plazo, pero que puede agravar la situación en el largo plazo. Como en el largo plazo gobernará otro... no merece la pena abordar el problema real, que es la escasez de vivienda y la necesidad de levantar nuevos inmuebles de forma rápida y contundente, algo extremadamente costoso en términos económicos y de tiempo. No obstante, poco a poco, algunos Gobiernos están empezando a dar los pasos correctos para solucionar este problema o, al menos, aliviarlo. Este es el caso de Irlanda, que está a punto de suspender parcialmente el control o tope al precio de los alquileres para intentar desencadenar un boom de construcción que equipare la oferta con la demanda.