Correlación no implica causalidad. Vicente Nieves lleva buscando explicaciones a los movimientos de los mercados y de la economía desde la crisis financiera de 2007. Aún no tiene la respuesta.

La economía de Marruecos está acelerando. Se prevé que el PIB se expanda alrededor de un 4% este año (tras varias revisiones al alza) y que en 2026 y 2027 siga expandiéndose a un ritmo cercano a esa tasa. ¿Cuál es su secreto? Convertirse en una España 'low cost'. Los sectores que están impulsando a la economía marroquí son los mismos que impulsaron y siguen impulsando a España hoy pero a un menor coste: el turismo y el automóvil.

La economía de China parece encontrarse en una suerte de callejón sin salida. Pese a los arduos intentos de Pekín (solo le falta tirar dinero por un helicóptero a sus ciudadanos), el consumo no termina de despertar, la deflación sigue acechando, la deuda crece, la economía no se expande como en el pasado e incluso ya se empieza a rumorear con la existencia de un cierto descontento dentro del Partido (el Partido Comunista Chino sigue siendo el órdago de poder incontestable en el gigante asiático), algo prácticamente inaudito. El Partido Comunista y Xi Jinping son los cimientos que dan estabilidad y sostienen al 'gigante asiático'. Se teme que China no logre salir de esta trampa o espiral deflacionista que se ha visto acentuada por una crisis inmobiliaria que no tiene fin. En medio de esta incertidumbre, los chinos siguen ahorrando y 'echando leña' a un modelo productivo y de crecimiento (mucho ahorro e inversión) que parece estar casi agotado. Excluyendo el buen comportamiento de las exportaciones que mantiene en forma el PIB, ya hay quien asegura que la sensación que se percibe en la calle es que la economía está en una especie de recesión o plena caída.

La crisis de la vivienda puede marcar la vida de miles de jóvenes para siempre. Los elevados precios de los inmuebles hipotecan 'sine die' a buena parte de los que deciden comprar, mientras se comen gran parte de la renta de los que optan por el alquiler. No hay opción buena en los puntos calientes de España (grandes ciudades y alrededores). Además, la situación podría agravarse en los próximos años. La escasez de mano de obra en un sector en el que los españoles ya no quieren trabajar está provocando un rápido aumento de los salarios en el sector. Los sueldos en la construcción han subido un 46% desde 2019, lo que se suma al creciente coste de los materiales, la falta suelo finalista, financiación... parece ya una expresión manida, pero la vivienda está viviendo una auténtica tormenta perfecta.

La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) se encuentran inmersa en un plan para producir mucho más petróleo. Mientras tanto, EEUU, Guyana, Brasil... están aumentando también su producción. La oferta de crudo es muy fuerte, sin embargo, el precio del barril de petróleo cotiza en la zona de los 70 dólares, lejos de los mínimos anuales ¿Por qué no cae el petróleo en una situación de este tipo? ¿Quién está comprando todo el crudo 'sobrante'? Todo hace indicar que China está detrás de esta llamativa situación. El último informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE) ha revelado que China ha comprado una de las mayores cantidades de petróleo que se recuerda durante el segundo trimestre de este año. Unos cambios legales dentro del país para incrementar su seguridad energética (construir un gran 'escudo energético) y la estrategia de Pekín para 'cubrirse' ante posibles incidentes globales que afecten al suministro de crudo han generado esta llamativa tendencia que mantiene tenso el mercado y firme el precio del barril.

Cuando se analiza el comportamiento de la economía española desde la crisis del covid hasta la actualidad, suele destacarse el buen comportamiento de los grandes indicadores: España es la gran economía que más crece en términos de PIB, lidera la creación de empleo en Europa, etc. Sin embargo, cuando profundiza en estos datos se puede ver que el crecimiento de España es casi en su totalidad 'extensivo'. Esto quiere decir que el PIB se expande porque se están usando muchos más factores de producción (trabajo, capital, tierra...) pero no porque se estén usando mejor (productividad). El resultado es que aunque la economía crece a lo 'vasto' ,los españoles no viven mejor en términos generales. El PIB per cápita real apenas ha crecido y los salarios reales (descontando la inflación) con hoy más bajos que hace cuatro años. Por el contrario, en Portugal, el vecino 'pobre', los salarios reales ya son en la actualidad más altos que en 2021. Los portugueses sí presentan una mejora algo más notable que queda reflejada en unos salarios reales más altos y un mayor crecimiento de su renta per cápita.

Un giro hacia el este total. La economía de Europa está sufriendo una intensa transformación. Más allá de la constante decadencia de la que advertía hace unos días Jamie Dimon, CEO de JP Morgan, dentro de ese estancamiento se está produciendo un cambio de poderes y jerarquías que los pequeños datos empiezan a confirmar poco a poco. Alemania sigue siendo la economía más grande del Viejo Continente; sin embargo, la otrora locomotora del crecimiento se ha convertido en uno de los lastres, mientras que los países del este empiezan a recortar distancia y a generar más oportunidades para los trabajadores. Buena prueba de ello son los flujos migratorios. En 2024 se ha producido un hecho casi inaudito: los polacos han comenzado a abandonar Alemania para volver a casa. El auge económico del este de Europa está generando este curioso fenómeno: los polacos, rumanos, checos... que se marcharon hace años buscando una vida mejor, ahora están volviendo a casa ante el rápido crecimiento de sus economías natales. La transformación de la economía de Europa, el gran giro, ha comenzado.

Hay países que pese a no contar con ningún tipo de 'tesoro' o ventaja comparativa aparente, se 'empeñan' en buscar soluciones y vías para terminar siendo economías desarrolladas. Un ejemplo que suele ponerse en todos los manuales de economía es el de Japón. Sin embargo, hay otro ejemplo, quizá menos representativo por su pequeño, pero más llamativo para el lector por su 'cercanía' al encontrarse en Europa. La propia OCDE comenzaba un reciente análisis describiendo a este país de la siguiente forma: "Relativamente pequeña, remota y propensa a sufrir crisis volcánicas, Islandia no parecía predestinada a alcanzar éxito económico. Sin embargo, se ha convertido en uno de los países más ricos de la OCDE". Imaginar la Islandia de los años 60 y 70 es evocar un país volcado al mar, donde el olor a bacalao secándose al aire impregnaba los puertos. En aquel entonces, la pesca era con mucha diferencia pilar indiscutible de la economía islandesa. El país dependía de sus riquezas pesqueras hasta tal punto que el bacalao se convirtió en un asunto de Estado. Hoy, aunque la pesca sigue siendo un pilar, la diversificación y la irrupción de nuevos sectores han convertido a Islandia en una de las naciones más prósperas del planeta en términos de PIB per cápita, con niveles de vida altísimos y una economía algo más diversificada y moderna.

No se puede hacer magia. Con una población en edad de trabajar menguante y una población dependiente creciente, solo se puede dar un resultado (salvo un milagro inesperado de la productividad): un crecimiento del PIB per cápita mucho más bajo. Las matemáticas son sencillas en este caso. Si una población de 20 habitantes tiene a 15 de ellos en edad laboral y trabajando, mientras que solo 5 de ellos son mayores o niños (población dependiente o de forma vulgar: 'bocas' que alimentar), resultará sencillo, en teoría, mantener a la población y generar una producción suficiente y creciente para todos. Imaginen otra economía con 10 personas en edad de trabajar y otras 10 que no están en edad para ello (son niños o ancianos). El reparto de la producción (todo lo que produce la economía) sería más complejo y el crecimiento potencial más bajo. No hay trabajadores suficientes para tanta población que va a depender de los que sí producen o están en edad de producir. Algo así es lo que le va a suceder a España, resumido de una forma muy burda, sencilla y coloquial en los próximos años. La población 'anciana' va a seguir aumentando, mientras que los ciudadanos en edad de trabajar van a ser una porción cada vez menor de todo el conjunto de la población, según se desprende del último informe de la OCDE sobre empleo.

El petróleo vive un momento raro, una extraña tregua, una especie de espejismo o ilusión que puede acabar muy mal. A pesar de que la OPEP abre con fuerza la producción con nuevos alivios en sus restricciones, desde la AIE hablan de un "mercado físico de petróleo más ajustado de lo que sugiere el cuantioso superávit en nuestros balances". Hay cierta zozobra en los precios. El barril de referencia en Europa (brent) cotiza todavía en los 69 dólares, mientras las amenazas geopolíticas van disolviéndose poco a poco. Sin embargo, el barril ya lleva tres meses consecutivos de remontadas desde el día de la liberación.