
Cuando se analiza el comportamiento de la economía española desde la crisis del covid hasta la actualidad, suele destacarse el buen comportamiento de los grandes indicadores: España es la gran economía que más crece en términos de PIB, lidera la creación de empleo en Europa, etc. Sin embargo, cuando profundiza en estos datos se puede ver que el crecimiento de España es casi en su totalidad 'extensivo'. Esto quiere decir que el PIB se expande porque se están usando muchos más factores de producción (trabajo, capital, tierra...) pero no porque se estén usando mejor (productividad). El resultado es que aunque la economía crece a lo 'vasto' ,los españoles no viven mejor en términos generales. El PIB per cápita real apenas ha crecido y los salarios reales (descontando la inflación) con hoy más bajos que hace cuatro años. Por el contrario, en Portugal, el vecino 'pobre', los salarios reales ya son en la actualidad más altos que en 2021. Los portugueses sí presentan una mejora algo más notable que queda reflejada en unos salarios reales más altos y un mayor crecimiento de su renta per cápita.
Hace escasos días, la OCDE publicó su informe 'Previsiones de Empleo 2025' con una batería de datos que no dejó a nadie indiferente. En el caso de España, todo hace indicar que la economía se va a enfrentar en el largo plaza a una compleja situación marcada por el rápido envejecimiento de la población y un crecimiento muy lento del PIB per cápita (del 0,13% anual). En un futuro no muy lejano habrá un trabajador (potencial trabajador) por cada persona dependiente en España (jubilado, niño, pensionista de algún otro tipo...).
Sin embargo, uno de los párrafos que llamó la atención tiene que ver con la actualidad y señalaba lo siguiente: "A pesar de una notable disminución del desempleo en los últimos años, el crecimiento salarial en España no ha seguido el ritmo de la inflación. Aunque los salarios nominales por hora aumentaron considerablemente en 2023 y 2024, los salarios reales en el primer trimestre de 2025 se mantienen un 4,1% por debajo de su nivel del primer trimestre de 2021. Esto sitúa a España, en general, en línea con la evolución salarial de la eurozona, pero a la zaga de la mayoría de las grandes economías. Entre las mayores economías de la OCDE, solo Australia e Italia experimentaron una caída salarial real más pronunciada que la de España durante el mismo período".
En el lado opuesto, pese a encontrarse geográficamente al lado, aparece Portugal. La economía lusa se encuentra entre los países de la OCDE donde los salarios reales finalmente han superado los niveles previos a la crisis de la inflación, según las Perspectivas de Empleo de la OCDE 2025, publicadas este miércoles. Desde el primer trimestre de 2021 hasta el mismo período de 2025, el salario real medio de Portugal aumentó un 1,8%. Los salarios reales (los que importan para la cantidad de bienes y servicios que se pueden adquirir) en Portugal ya son más altos que en 2021, mientras que en España siguen un 4,1% por debajo. Aunque tanto España como Portugal están haciéndolo bien en términos 'macro', los lusos están disfrutando de un mayor crecimiento salarial.
Aunque este crecimiento está por debajo del promedio de la OCDE del 2,4%, marca una recuperación significativa, lo que sitúa a Portugal fuera del grupo de 18 países donde los salarios reales se mantienen por debajo de los niveles previos a la crisis inflacionaria.
Los salarios han subido mucho más en Portugal que en España desde 2021, un fenómeno que llama la atención dadas las importantes similitudes que presentan a primera vista ambos países, tanto económicas como culturales. Sin embargo, atendiendo a los indicadores del mercado laboral se pueden extraer algunas posibles explicaciones a esta gran divergencia.
Por un lado, la tasa de paro en Portugal es del 6,3%, significativamente más baja que en España, donde el desempleo alcanzar el 11,3%. Esta brecha ya deja entrever que a primera vista el mercado laboral portugués presenta una mayor tensión, es decir, las empresas (dentro del contexto luso) tienen que hacer un mayor esfuerzo por encontrar trabajadores y esto podría explicar que los salarios hayan subido más rápido en Portugal en los últimos años, aunque en términos absolutos (euros), los sueldos en España sean todavía más altos.
La 'magia' de la productividad
Otra explicación que gusta mucho a los economistas es la de la productividad. La teoría económica clásica sostiene que los incrementos de productividad (es decir, cuando los trabajadores producen más bienes o servicios por hora trabajada) permiten a las empresas generar mayores ingresos sin aumentar proporcionalmente sus costes. En un mercado laboral competitivo, donde varias empresas compiten por atraer talento, esos beneficios adicionales se trasladan en parte a los empleados en forma de salarios más altos, ya que las empresas tienen incentivos a pagar más para retener a trabajadores más productivos. En otras palabras, si un trabajador aporta más valor en la cadena de producción, también puede exigir (y recibir) una mayor compensación, porque su contribución es más rentable para la empresa. Además, los aumentos de salarios derivados de crecimientos de la productividad no generan inflación.
Aunque la realidad dista mucho de la teoría, lo cierto es que los datos de la OCDE muestran que el crecimiento de la productividad laboral por hora en Portugal ha sido del 2,22% anual entre 2019 y 2023, frente al 0,37% de España (el gran problema de España con la productividad). En España, el PIB y la renta per cápita han crecido con intensidad porque se ha generado mucho empleo (más personas produciendo), mientras que en Portugal se ha observado un crecimiento muy inferior del empleo, pero se ha producido 'mejor' y de forma más eficiente (los que ya estaban trabajando o produciendo han producido más y mejor).
Volviendo a los indicadores puros del mercado laboral, el empleo a tiempo parcial (trabajo de menos de 35 horas a la semana) es de solo 7% del total en Portugal, frente a casi el 14% de España. De ese 14%, casi la mitad es involuntario (personas que querrían trabajar más horas, pero no pueden), mientras que en Portugal esta situación solo a afecta a uno de cada tres empleados a tiempo parcial. De nuevo, este indicador refleja que el mercado laboral portugués está más ajustado.
La última explicación que se puede extraer del informe de la OCDE es que el salario mínimo (SMI) real en Portugal (la evolución del SMI descontando la inflación) ha aumentado con mayor intensidad que en España. Aunque el SMI ha subido con intensidad en los últimos años, la inflación lo ha hecho también con mucha fuerza. La propia OCDE señalaba en su nota específica sobre España que "en abril de 2025, el salario mínimo en España había aumentado un 3,1% en términos reales respecto a enero de 2021. Este crecimiento es inferior a la media de la OCDE del 7,9% durante el mismo periodo". Por último, otra explicación podría estar en el 'reparto' que hacen las empresas de beneficios y salarios. Sin embargo, el análisis que realiza la OCDE del crecimiento de los beneficios (la parte que se quedan las empresas) y de los costes laborales no muestra ninguna diferencia apreciable entre España y Portugal desde el año 2021 hasta el 2024.
Con todo, la conclusión parece relativamente evidente. Portugal ha logrado un crecimiento más intensivo (productividad y mayores salarios de los que ya estaban trabajando), mientras que España ha presentado un crecimiento mucho más extensivo (menos productividad y mayor creación de empleo), un tipo de expansión que se ha alimentado de la población extranjera (mejorando la vida de estos individuos que probablemente vivían peor en sus países), pero no ha tenido un impacto positivo en los ciudadanos que ya se encontraban trabajando en 2021. Más trabajo, pero peor remunerado en términos reales (descontando la inflación).