Después del varapalo de noviembre, la Comisión Europea ha mejorado este jueves las previsiones económicas para España, de un 5,5% a un 5,6% para 2022, lo que permitirá alcanzar niveles pre-crisis antes de final de año, y eleva el crecimiento el pasado año hasta un 5%. Además, dispara su previsión de inflación para cierre de este año hasta el 3,6%, lo que supone 1,5 puntos porcentuales más que en su pronóstico inicial del pasado noviembre.
"En general, se espera que el PIB real crezca un 5,6% en 2022 y un 4,4% en 2023. Se prevé que la diferencia con el nivel del PIB español anterior a la pandemia se cierre en el cuarto trimestre de 2022," apunta el informe de a Comisión. La revisión al alza es mínima, después de que Bruselas rebajara notablemente el crecimiento para España en sus previsiones de otoño, cuando limitó del 6,2% al 4,6% el aumento del PIB 2021 y del 6,3% al 5,5% en 2022.
El ejecutivo destaca que "tras la tenue expansión observada en el primer semestre de 2021 debido a las medidas de contención aún vigentes, la recuperación de la actividad económica cobró impulso en la segunda mitad del año", lo que ha permitido elevar el crecimiento el pasado año hasta el 5%, cuatro puntos por encima de la previsión de otoño.
Mientras que la inversión y las exportaciones fueron los principales motores del impulso de la economía española en 2021, Bruselas apunta a la inflación y la incertidumbre como frenos del consumo privado. La Comisión advierte además que el rápido aumento de los contagios por covid en las últimas semanas, que hay llevado a nuevas restricciones, pero también a numerosas bajas laborales supondrá un lastre importante en los primeros meses de 2022, provocando una ralentización del crecimiento del PIB hasta el 0,6% en el primer trimestre del año.
A partir del segundo trimestre de este año, Bruselas es más optimista y cree que el crecimiento se elevará por encima del 1% trimestral hasta principios de 2023, cuando el aumento del PIB continuará moderadamente, a medida que se cierra la brecha de producción. También aquí, la Comisión apunta al consumo privado y la inversión como principales motores económicos, gracias al ahorro acumulado durante la pandemia, el aumento de las pensiones y la puesta en marcha del plan de recuperación. La normalización gradual del turismo también será fundamental.
Fondos por reformas
España será el segundo país de la UE que más crezca en 2022, solo superado por Malta. "Esta perspectiva, no solo es positiva sino que también es realista," aseguró el Comisario de Economía, Paolo Gentiloni. Pero estas cifras están muy lejos de los cálculos del gobierno que aspiraba a un repunte del 7% del PIB este año.
Preguntado por la polémica en torno al uso de los fondos, uno de los pilares fundamentales de la recuperación española, Gentiloni ha evitado entrar en la polémica generada por la oposición. "Estamos al tanto de este debate, pero no estamos en posición de ampliar nuestro papel en el control más allá de lo que hay en plan nacional aprobado, que es lo que estamos monitorizando aquí en Bruselas", ha explicado.
Mucho más claro fue Gentiloni respecto a la reciente aprobación de la reforma laboral. El italiano aseguró que "el hecho de que se haya llegado a un acuerdo entre los diferentes agentes sociales en esta reforma es en cualquier caso algo positivo".
Preocupación por la inflación
La Comisión recorta las previsiones de crecimiento tanto para la Eurozona como para la Unión Europea en su conjunto, que cae del 4,3% al 4% en 2022, respecto a los pronósticos del propio ejecutivo en noviembre, aunque las mejora de cara a 2023 cuando el crecimiento del PIB se elevaría del 2,4% al 2,7% en la eurozona y del 2,5% al 2,8% en la UE.
La inflación récord y la incertidumbre generada por la pandemia siguen siendo el principal lastre de la recuperación económica de la UE. La Comisión reconoce que a pesar del repunte de la primera pasada, la recuperación económica se desaceleró en los últimos meses de 2021, en particular a causa del aumento de las infecciones por COVID-19, los elevados precios de la energía, o los cuellos de botella.
"Más allá de las turbulencias a corto plazo, los fundamentos que sustentan esta fase expansiva siguen siendo sólidos"
España registro su máximo en el último trimestre de 2021, cuando los precios subieron un 5,8% interanual debido al incremento del coste de la energía. Y Bruselas espera que este pico se mantenga durante buena parte de 2022. "Además, se espera que los productores trasladen a los consumidores parte del aumento de los costes no salariales", advierte la Comisión. El ejecutivo comunitario confía en una disminución de la inflación en la segunda mitad de 2022 que continue gracias a la estabilización de los precios de la energía en 2023, y por lo tanto prevé que la inflación anual del IPCA pase del 3,0% en 2021 al 3,6% en 2022, y luego disminuya hasta el 1,1% en 2023.
Aún así, Bruselas es optimista. "Estas previsiones parten de la base de que la presión sobre la economía causada por la actual ola de infecciones será de corta duración. La actividad económica se recuperará, también a medida que las condiciones de la oferta se normalicen y las presiones inflacionistas se moderen. Más allá de las turbulencias a corto plazo, los fundamentos que sustentan esta fase expansiva siguen siendo sólidos", asegura el ejecutivo.