Economía

El crudo aún amenaza con recortar un 0,5% el avance del PIB español

  • Su encarecimiento mermará la competitividad del sector privado en este año
  • El Gobierno tendrá que redibujar el impacto del cálculo sobre el crecimiento este año
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La escalada de precios del petróleo trastoca las cuentas del Gobierno para este 2022 en varias vertientes. El principal punto negativo es que el crecimiento del valor de cada barril de crudo supone una proyección de recorte del PIB español del 0,5%, según prevé BBVA Research en su último informe Situación España para 2022. Esta observación se ha agravado frente al dato manejado en el anterior trimestre, cuando los precios aún no presionaban a los niveles actuales, por encima de los 90 dólares, y todavía puede ser válida en el caso de que la cotización se modere pero aún ronde los 70-80 billetes verdes.

"En nuestra última publicación mostramos que la caída del PIB en 2022 como consecuencia de los mayores precios del combustible podría ser de casi 5 décimas, a lo que habrá que añadir el incremento observado desde mediados de enero", explica a este medio Miguel Cardoso, economista jefe de BBVA Research. Desde el departamento de análisis confirman que, efectivamente, el alza de los precios supone un horizonte algo más desfavorable en este aspecto para las previsiones de crecimiento con un frenazo de medio punto.

Los expertos observan que este panorama afecta negativamente al reducir los márgenes de las empresas -"y por lo tanto, la inversión o la contratación", apuntan desde BBVA-, o si disminuye el poder adquisitivo de los hogares y estos reducen el consumo. "Por el momento, el primer efecto está compensando en parte al segundo y lo que se observa es un importante incremento en los ingresos públicos que explican que el déficit pudiera haber acabado el año anterior alrededor del 6,8% del PIB", señala Cardoso, destacando que ha favorecido a contener la deuda pública un 1,6% por debajo de las previsiones del Gobierno en abril de 2021.

La competitividad empresarial sufre un paso atrás y empeora por elementos como la inflación, donde observamos un efecto inmediato de traslación de precios por el crecimiento del petróleo, señalan desde Fedea. Parte de la cuestión es que la balanza comercial de intercambios con países extranjeros se debilita en el sentido que se encarecen dos inputs energéticos como lo son el gas y el petróleo.

Sobre el déficit, Diego Rodríguez, investigador asociado de Fedea, apunta que el alza de los precios probablemente será un efecto positivo en cuanto a recaudación de impuestos y, destaca, que para el Estado no supondrá un mayor grado de gasto público, ya que el Estado no es quien compra petróleo, sino el agente privado. Donde realmente supondrá un punto en contra es en los márgenes empresariales -contrastado también por BBVA- y en el poder adquisitivo de los ciudadanos. A su vez, el alza de los precios energéticos y, en este caso, del petróleo supone una "restricción presupuestaria" para los consumidores, que tienen que desviar parte de su renta para equilibrar el gasto, lo que también desequilibraría la balanza entre, por ejemplo, el impuesto de hidrocarburos por la venta de gasolina, frente a una recaudación presupuestaria esperada en base a otros productos.

Un 33% más

La desviación está cifrada en medio punto del PIB de este 2022, un dato negativo para la economía española. Esto se debe a que en el cuadro macroeconómico que realiza el Gobierno en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) y que reclama Bruselas para monitorizar al país, Moncloa previó que el precio del barril Brent se situaría en 60 dólares, con un descenso del 15% frente al nivel de precios observado en 2021.

Más allá de esta previsiones, lanzadas en otoño, ahora el panorama prevé un nivel de precios más elevado. Desde hace seis meses, el barril se ha visto incrementado en unos 25 dólares y, al cierre de este análisis, el precio del crudo superaba los 90 dólares, una desviación de unos 30 dólares frente a los esperado en el cuadro macroeconómico. Para este año, el barril se espera que promedie los 80 dólares, lo que supone una desviación del 33% sobre los 60 dólares.

Francisco Blanch, jefe de Materias Primas Globales y Derivados de Renta Variable de Bank of America, aseguró en un informe realizado en noviembre del año pasado que el Brent alcanzará los 85 dólares en 2022, mientras que el West Texas Intermediate (WTI) llegará a los 75 dólares, un dato ya pulverizado.

En esta escalada, antes de navidad el BoA ya alertó que el crudo de referencia europea llegará a los 120 dólares por barril en el primer semestre de 2022, frente a los cien dólares de estimación que había hecho solo unas semanas antes.

En vistas a unos precios más elevados de lo esperado en este apartado energético, Diego Rodríguez confirma la complicidad de la previsión de este elemento. "El Gobierno realiza esa modelización macro, y lo lógico es que alimentara ese modelo con los nuevos elementos", explica.

"El cuadro macro es el resultado de múltiples equilibrios", explica Rodríguez. En ese cálculo, el economista señala que el desequilibrio que supone el precio del barril supone, a su vez, que las cuentas tengan que ser equilibradas con el cambio del resto de elementos.

De forma interna, Rodríguez sugiere que el modus operandi del ministerio es el de observar y modelizar este desvío sobre el comportamiento proyectado inicialmente en base a un nuevo cálculo "para ver cómo puede impacar sobre la recaudación arancelaria, sobre el gasto y finalmente sobre el equilibrio presupuestario".

'Esquivando' al gas

Afortunadamente para los intereses de España, el comportamiento del precio del petróleo no está indexado al del gas. Es decir, que el petróleo esté subiendo peldaños hasta dirigirse a los 100 dólares -un nivel no visto desde 2014-, e incluso los 120 dólares, a priori no supone que el petróleo arrastre al gas, cuya volatilidad pende de un hilo muy elástico que se zarandea al son de la inestabilidad en Ucrania.

Las previsiones para este año, según explica a este medio Rodríguez, son complicadas de atinar. "Si comienzas a hacer vaticinios y cálculos sobre dónde puede llegar el precio del petróleo este año... y observas que el mercado del petróleo en sí es muy peculiar", por la demanda que haga el mercado y, especialmente, por la oferta que lancen los países productores.

Contagio a productos de la 'cesta de la compra'

El petróleo es un elemento esencial para la producción de diversos elementos básicos en el día a día. El escenario amenaza con asestar un doble golpe a la economía mundial, puesto que un petróleo caro puede afectar al crecimiento económico, por un lado, y alimentar el shock inflacionario por otro. Sobre el IPC, la cesta de la compra se puede ver contagiada por el traspaso de precios al consumidor final en derivados del petróleo.

Por supuesto, con los derivados del 'oro negro' (como la gasolina o el diésel), además de los productos para cuya producción es necesario el petróleo. Es un input básico en la producción de productos químicos, plásticos, tela sintética, fertilizante, pinturas o fármacos, varios productos que ven incrementados sus precios y que tienen un coste sobre el consumidor. No obstante, Diego Rodríguez apunta que no tendría un perjuicio sobre la electricidad, ya que el petróleo no tiene ninguna relación con la producción de la energía que tantos dolores da a las previsiones.

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