Economía

La inflación crecerá al doble del ritmo del PIB y acerca la estanflación a Europa

  • La invasión de Ucrania lleva a la UE a un escenario de bajo crecimiento con los precios en aumento
  • Las horas más oscuras de Europa desde la II Guerra Mundial
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La invasión de Ucrania por parte de Rusia desmantela las previsiones económicas. La nueva crisis bélica, imprevista por todas las casas de análisis hasta hace una semana, crea una nueva coyuntura en Europa que acerca la economía del continente a la estanflación: un escenario de bajo crecimiento y precios al alza. El conflicto impactará de forma casi inmediata en los precios y el Producto Interior Bruto (PIB) europeos. La inflación crecerá así a un ritmo del doble de rápido que el del PIB.

En concreto, la situación llevará la tasa media del IPC al alza, alejándose de la previsible senda de descenso que marcaban las previsiones. La inflación está así abocada a cerrar 2022 en una tasa promedio récord -tanto para España como para la eurozona- del 6,5%, muy por encima del 3,5% de media registrado el año pasado. Además, la escalada bélica y las masivas sanciones aprobadas por la Unión Europea contra Rusia podría acarrear un recorte de más del 1% del PIB en plena senda de recuperación económica occidental tras la crisis del coronavirus. De este modo, 2022 podría cerrar el año con un crecimiento en torno al 3%.

"La crisis ha aumentado los riesgos de estanflación", confirma el equipo de análisis de de Generali Investments Partners. "Ya habíamos reducido nuestro sesgo proriesgo ante la elevada inflación y el próximo endurecimiento de la política monetaria. Aunque las tensiones geopolíticas suelen crear oportunidades de compra, no creemos que haya que apresurarse a comprar en caídas. Por el momento, reducimos aún más la ciclicidad de las carteras, a la espera de una mayor estabilidad tanto en el complejo escenario geopolítico como en el energético", explican en su último paper.

Por su parte, los especialistas de la gestora de fondos Loomis Sayles, del grupo Natixis Investment Managers, opinan que, a largo plazo, "el conflicto probablemente creará un entorno de decisiones de política monetaria más complejo, ya que los bancos centrales se enfrentan a los riesgos de una posible estanflación". A su juicio, en este escenario los bancos centrales podrían tener que adaptar sus estrategias en consecuencia.

El impacto de la crisis

La invasión rusa y las sanciones occidentales constituirán principalmente un choque de oferta, más que de demanda, según apuntan desde Capital Economics. "Existe el riesgo de que se produzcan más interrupciones en la cadena de suministro. Tras empezar a recuperarse de la escasez de chips, el sector automovilístico mundial podría tener dificultades para abastecerse de catalizadores si se restringe el suministro de paladio, del que Rusia es el mayor exportador mundial", apunta Simon MacAdam, economista senior global de Capital Economics. En 2018, las sanciones a Rusal bastaron para que los precios del aluminio subieran un 10% por preocupaciones de suministro.

Por su parte, Oxford Economics envió este viernes una nota a sus abonados en la que alerta de nuevos riesgos para la economía europea. "Aunque la guerra signifique un aumento de la inflación, su impacto negativo en el crecimiento y en las condiciones financieras puede llevar al BCE a tomar medidas", apunta. "Las actuales condiciones pueden llevar al Banco Central Europeo (BCE) a reconsiderar su plan actual de subir los los tipos de interés a finales de este año y poner fin a las compras de activos a un ritmo acelerado, en lugar de ello, adoptar un enfoque más flexible y dependiente de los datos, basado en la evolución de la crisis".

La situación amplía las tensiones existentes desde la crisis de Crimea. Los bancos occidentales han reducido su exposición a los bancos rusos en un 80% desde la anexión rusa de Crimea a principios de 2014, y sus créditos sobre el resto del sector privado ruso se han reducido a la mitad. Al mismo tiempo, Rusia ha aplicado políticas de sustitución de importaciones durante casi una década.

Cada una de las partes tiene ahora un renovado impulso para que el proceso vaya más allá, reduciendo los vínculos tecnológicos y encontrando formas de reducir la exposición de la cadena de suministro bilateral. Es probable que esto se manifieste con mayor claridad en relación con la dependencia energética mutua de Rusia y la Unión Europea.

En cualquier caso, los precios se dispararán. Este nuevo frente en el este abre un nuevo freno a la recuperación de la Eurozona, que desde hace meses pierde tracción. El último dato de inflación ha rebasado las expectativas en todos los indicadores. El mercado esperaba que el IPC general desacelerase hasta el 4,7% (frente al 5%), mientras que esperaban también un leve descenso del subyacente hasta el 2,5% (frente al 2,6%). Por otro lado, la tasa mensual (lo que han subido los precios de un mes a otro) ha sido del 0,4%. Es la energía la mayor contribuyente a este auge de los precios, con una subida récord de un 26% interanual. Sin embargo, esta subida de precios se traslada ya al consumo. Cada vez son más los bienes y servicios de la cesta de la compra que empiezan a presentar contribuciones más sólidas al IPC, es decir, las subidas de precios están ya por todas partes.

La UE, la más afectada

Por lo general, Rusia está poco integrada en la economía mundial. Se unió a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en 2012 y ha firmado solo diez acuerdos comerciales que cubren el 11% de las exportaciones rusas, en su mayoría con los ex estados soviéticos.

Mientras, la UE se lleva la mitad de las exportaciones rusas. Su segundo socio comercial, China, representa solo el 14 % de las exportaciones. Sin embargo, Rusia representa solo el 5% del comercio de la Unión. "En ese sentido, Rusia está mucho más expuesta a las perturbaciones comerciales con la UE que la UE con respecto a Rusia", apuntan los analistas del instituto europeo Bruegel.

En cualquier caso, existen diferencias sustanciales entre las exposiciones comerciales de los países de la UE a Rusia. Los países de Europa del Este dependen más del gas y el petróleo rusos . Rusia es un importante socio comercial para Lituania y Letonia. Con un 17%, Lituania tuvo la proporción más alta entre los países de la UE de exportaciones a Rusia en 2019. Más del 14% de las exportaciones de Finlandia y el 10% de Bulgaria también van a Rusia. Letonia importa más de Rusia en términos relativos, y el valor de sus importaciones es de aproximadamente el 8% de las importaciones totales.

A su vez, Rusia depende en algunos sectores de las importaciones de Occidente. La participación de la UE en las importaciones de Rusia de productos farmacéuticos y de alta tecnología es de aproximadamente el 45%, mientras que la participación de los Estados Unidos es del 6%. Aproximadamente, el 70% de las importaciones rusas de productos químicos y el 60% de las importaciones de instrumentos y aparatos provinieron de la UE en 2019.

Los economistas creen que las sanciones pueden repetir el escenario de la crisis Crimea. En parte debido a estas sanciones, la economía rusa ha experimentado una década perdida. La economía rusa depende aún en gran medida de las exportaciones de combustibles fósiles, siendo la Unión Europea, con mucho, su socio comercial más importante. A pesar de los esfuerzos rusos para aumentar la resiliencia frente a nuevas sanciones financieras, las medidas sin precedentes que se están discutiendo actualmente tendrían un impacto sustancial en la economía rusa si los líderes europeos las implantan.

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