Archivo de septiembre, 2006

Montilla, torero

7 de septiembre de 2006

 

El aún ministro de Industria, José Montilla, no ha podido resistir la tentación de intentar pasar a la historia. Hoy inaugurará una calle en Iznajar, su pueblo cordobés, a su nombre. Es curioso, porque poco después de que lo nombraran ministro vi un reportaje sobre él en la 1 de Televisión Española, en el que el alcalde y algunos vecinos más de esta localidad le reprochaban que se hubiera marchado hacía más de 20 años y apenas hubiera vuelto por allí desde entonces. No me explico qué ha podido pasar para que ahora le pongan su nombre a una calle. Bueno, sí, me lo explico. Montilla necesita el voto andaluz para ganar las elecciones catalanas y qué mejor que reivindicar sus orígenes. ¡Pobre ministro, ha dejado los oropeles del cargo para patear las calles en busca de votos! ¡Lo que hay que hacer para ser político!

  Por cierto, hablando de política, de ‘espantá’ se podría calificar la salida de Trinidad Jiménez del Ayuntamiento de Madrid para dirigir la nueva secretaría de Estado de Cooperación con Iberoamérica. Dicen que Trini, como le llaman, no quería enfrentarse en las elecciones municipales a Gallardón, al igual que pasó con Bono, que acabó renunciando al cargo de ministro. Pues, sinceramente, creo que no es para tanto. Gallardón está haciendo una gestión mediana en Madrid. Sus habitantes estamos hasta el gorro de tanta calle en obras. 

Respuesta al post: más críticas

7 de septiembre de 2006

 

Pedí que me crucificárais y alguno ya lo ha hecho. Siempre está bien soltar adrenalina. Por lo menos, ha quedado claro que no hay censura. En cuanto a las críticas al estilo, tengo que aclarar que cuando empecé a escribir el blog, pensé en hacer algo informal, en el que pudiera contar las cosas igual que lo haría a un amigo en la barra del bar. Es un estilo alejado de lo correcto o del que uso yo mismo en el periódico y otros colegas en sus blogs, más sesudos. Pero a mí es el que más me divierte. Internet se presta más al cotilleo, al chisme, aún a riesgo de perder rigor o seriedad 

 

De sabios es rectificar

3 de septiembre de 2006

Se veía venir. Primero fue Castells, el consejero de Economía catalán, luego la propia cancillera alemana, Ángela Merkel, y ahora la vicepresidenta, De la Vega. El Gobierno está dispuesto a rectificar y suavizar las condiciones impuestas a E.ON para que se quede con Endesa. Lo mejor de todo ha sido el nuevo ministro de Industria, Joan Clos, quien en sus primeras declaraciones en una entrevista con El País manifiesta que considera «difícilmente defendible» que no se permita entrar a un grupo extranjero en España. ¡Si, señor! Eso se llama entrar en un cargo con buen pie. El Ejecutivo parece dispuesto a aprovechar la marcha de Montilla, para arreglar las cosas. Es lo sensato, porque manipular y presionar como ha hecho Montilla a organismos oficiales e independientes como la Comisión Nacional de la Energía (CNE) para, al final, toparse con Bruselas era un escándalo. E.ON comprará Endesa si sus accionistas quieren y para eso lo que debe hacer es pagar un buen precio y punto.

Otro que ha dado un giro a sus actuaciones con acierto es Brufau. El presidente de Repsol se ha dejado de paños calientes y parece dispuesto a enfrentarse, de una vez, con el presidente boliviano, Evo Morales, empeñado en hacer la vida imposible a la petrolera. Tambíén lo dijimos aquí. Es lo que debería haber hecho desde hace tiempo, si quiere que lo respeten. No debería de ser así, pero la mejor defensa, siempre es un buen ataque. ¡Se ve que la vicepresidenta De la Vega debe de estar hasta el moño de que Morales le tome el pelo! Está bien, rectificar es cosa de sabios.

Respuesta al post: no hay censura

3 de septiembre de 2006

He visto con sorpresa que en la respuesta a mi último post alguno hablábais de que se habían suprimido comentarios porque a mi no me gustaban. Simplemente tengo que decir, que no es cierto. Comprendo que habrá quien no le gustan mis opiniones y asumo que se critiquen. Si es cierto que me gustaría que hubiera un respeto mutuo, y que no se llegara al insulto, porque eso descalifica a quien lo hace, si no que se conteste con argumentos. Cuando empecé a escribir el blog, me advirtieron que lo peor son los que te insultan. Yo pregunté en el periódico qué se hacía en esos casos a nuestro coordinador del área de Internet, Manu Bonachela. Me contestó, que no me preocupara porque había un filtro informático, de manera que cuando los comentarios incluían insultos no entraban. Con eso me quedé tranquilo. Pero luego comprobé que no era del todo cierto. El otro día, alguien me llamaba lover, por Amador, y me aconsejaba aprender inglés y leer The Economist en vez de «panfletos como La Razón y El Economista», dos de los periódicos en los que he trabajado. Sólo le faltó llamarme analfabeto. Me dieron ganas de explicarle que, probablemente, soy periodista económico, porque fui el único becario que allá por el año 1986 hablaba inglés en la recién creada plantilla de Expansión, pero luego pensé… seguro que tenía un mal día y se ha quedado contento. Y eso es todo.

 Como se suele decir, ya llevamos muchas horas de vuelo… Cuando fundamos La Razón, en 1998, recibíamos muchas llamadas y cartas llamándonos fachas, porque el presidente era Anson. Las cartas, cuando no contenían insultos, se solían publicar. El periódico salió adelante, no por su ideología, porque había otras cabeceras similares, si no porque se dieron buenas informaciones, en ocasiones con riesgo para la vida de su plantilla -como cuando ETA intentó colocarnos una potente bomba en la puerta que hubiera dejado el edificio sólo con el esqueleto- , y se mantuvo fiel en la defensa de principios como la unidad de España, pese a que había muchas cosas que molestaban, y mucho, a varios ministros del PP. Hoy, guste o no, es una de las cuatro grandes cabeceras nacionales. Es lo que procuro seguir haciendo. Habéis visto que he criticado al Gobierno en el tema de los sellos y también en el de la opa de E.ON sobre Endesa, por citar dos ejemplos, que soy consciente de que habrán escocido. Y alguien intentará devolverme la pelota. Pero es que no hemos fundado un periódico económico en el Siglo XXI para agradar a los poderosos, si no para criticarles cuando creamos que se equivocan y también, por supuesto, para elogiarles cuando creamos que aciertan. Todo dentro de un tono positivo, juego limpio y resignación cristiana cuando vengan mal dadas.  ¿Recordáis quién fue el primer periódico que denunció la indefensión de las mujeres en El Corte Inglés? Para lo contrario, ya hay otros…

 En fin, no quiero aburriros con batallitas. La mejor prueba de que no hay censura, es que nadie ha suprimido las acusaciones que habéis hecho.  Pero es que, además, no sé cómo se eliminan los comentarios. LLevo casi un mes fuera del periódico, de vacaciones, y como podéis comprender he procurado no estar pendiente del blog, si no aprovechar para desconectar. En ocasiones, a la fuerza, como cuando estuve sin cobertura en la serranía de Cuenca. En fin, no sé qué más decir para que me creais. Sólo se me ocurre pensar que quizá no se llegó a recibir el mensaje en la web y animaros a volver a escribir.

 ¡Ah!, por cierto, este verano no recuerdo haber leído ninguna respuesta ofensiva, lo que os agradezco. Criticadme, o crucificarme si queréis, pero con argumentos, por favor. ¡Y, si es posible, con cariño!