Nerviosismo en los mercados
31 de julio de 2014Las bolsas retrocedieron ayer en torno al 2 por ciento por culpa de la posible suspensión de pagos de Argentina, así como la crisis del Espírito Santo, que lejos de corregirse se agranda cada día que conocemos nuevos datos. Cada vez resulta más evidente la calamitosa gestión del Banco de Portugal, que hace unas semanas se descolgaba con un comunicado defendiendo la solvencia de la entidad y ahora reconoce que necesita una ampliación de capital. El problema es que nadie se atreve a cuantificar el agujero. El BES había cuantificado en un tope de 1.800 millones la deuda sin garantías con el hólding familiar. Pero ahora se ve que a elllo hay que sumar 3.700 millones de pérdidas y lo que aún desconocemos. Hay quien cifra el quebranto en cerca de 10.000 millones. En estas circunstancias, es normal que tiemblen los mercados. Portugal no ha resuelto aún sus problemas, los bancos periféricos dan sustos permanentes, y a la vuelta de la esquina aguarda el polvorín de Grecia. El caso argentino es diferente. Todos conocemos el populismo de Critina F. Kirchner en temas como el de Repsol. Pero parece difícil que un país entero vaya a la quiebra por mil millones de dólares, casi la cuarta parte de lo que abonó a Repsol. Todo apunta a que estamos en el tira y afloja entre deudores y acreedores y que el asunto puede resolverse en un acuerdo próximo. El dinero es asustadizo y cualquier acontecimiento provoca una vuelta atrás.