Pepito grillo
30 de marzo de 2006Hola, hace unos meses, cuando en elEconomista eramos apenas media docena de personas, Sonia Franco me propuso que escribiera un blog. Yo no conocía bien a qué se refería. Y entre veras y bromas le contesté que sí. Y hasta hoy. Como siempre, suelo cumplir con mi palabra, y por eso he decidido seguir adelante. No pretendo ser sesudo, ni gracioso. Voy a contarles cómo es la vida de un periodista económico. Cómo lo veo yo. Qué pasa en la redacción de un periódico. Cómo vemos los periodistas lo que nos rodea. Quiénes son nuestros amigos y nuestros enemigos. Los días buenos y los malos. Con lluvia o con sol. En el trabajo o en días de descanso.
Para los que no me conocen, que espero que sean la inmensa mayoría, les diré que tengo fama de destilar, en ocasiones, mala leche. Por supuesto, siempre he creído que era una fama injusta. Pero hasta mi mujer, me dice que, a veces, no hay quien me aguante. ¡Seguro que les sonará familiar! Esta es una profesión en la que no desconectas nunca y la familia tiene que ser muy paciente. A mí me apasiona. Por eso, probablemente, me embarqué en esta aventura de fundar elEconomista. Es el tercer periódico que creo. Estoy muy contento. Tenemos un buen equipo. El mejor de la prensa económica. Y, si ustedes tienen paciencia, se lo vamos a demostrar poco a poco. Les vamos a contar la vida económica de este país de manera desenfadada, pero con rigor y, a veces, con… un poco de mala uva.
Mi compromiso es no mentirles nunca. Si no puedo contar todo lo que sé por exigencias del guión y respeto a mis fuentes ó mis compañeros, me callaré y punto. Se preguntarán porqué llamo a este blog «Desde el burladero». Lo primero, porque me gustan los toros. Después, porque los periodistas siempre vemos las cosas desde la barrera. Aunque, a veces, ni el burladero sirve para protegernos de las cornadas de los miuras. Y, por último, porque hay que ver la vida con ironía. Ya saben, aquello de todo llega y todo pasa. En fin, que les espero mañana.