Archivo de abril, 2015

El cuento de la lechera

30 de abril de 2015

El cuadro macroeconómico para los próximos tres años que el Gobierno cocinó hasta última hora de la tarde me deja estupefacto. Los últimos años nos han demostrado la dificultad de mantener previsiones mínimamente realistas a más de seis meses, hacerlo a tres años me parece totalmente ficiticio. Pero si, además, la previsión oficial es crecer el 3 por ciento durante cuatro años consecutivos, entonces calificaría la estimación de ilusoria. Es imposible prever un ciclo expansivo tan largo sin riesgo a equivocarse gravemente. Para empezar, el resultado electoral condicionará la estabilidad del futuro Gobierno y, por ende, su política macro, así como el futuro de Grecia en la moneda única. Aún más estupor me produce comprobar que todo ese crecimiento está basado en la demanda interna porque la externa, o sea las exportaciones, apenas va a aportar un décima de crecimiento. ¿Pero no quedamos en que habíamos logrado cambiar el modelo de crecimiento? Pues parece que no es así. También resulta chocante, que Montoro piense que las autonomías van a cumplir sus objetivos de déficit, cuando después de cuatro años con oxígeno estatal, muchas de ellas aún son incapaces de pagar a sus proveedores y casi ninguna lo hace en los plazos legales. En fin, que es como el cuento de la lechera. ¡Muy desesperado debe de estar Rajoy para presentar un escenario tan positivo! Se ve que es la única baza que cuenta para ganar los comicios.

¿Rajoy lee prensa económica?

23 de abril de 2015

Me he quedado de piedra al ver cómo el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, aprovechó la última EPA para difundir un vídeo en el que habla del desempleo desde su despacho y sobre su mesa aparece una pila de periódicos, encabezados por los económicos. El presidente jamás se dignó a dar una entrevista a los periódicos económicos, ni siquiera antes de llegar a la presidencia. Por eso resulta inconcebible que ahora pose con la portada de un diario salmón, dudo que la haya leído alguna vez. Aún más grave es que aparezca con el ordenador encendido y una página en blanco, como si no lo consultara. Clara que el último posado el ordenador estaba apagado. ¿No conoce todavía las tabletas? En fin, mejor ni lo vean. Antes debería asesorarse adecuadamente.