Desde el burladero

Resulta que CajaSur, recién intervenida por el Banco de España, no cobró los créditos dados a Izquierda Unida durante la última década. En 2009, la caja otrora propiedad de la Iglesia, declaró como impagado un préstamo de 1,4 millones con la formación izquierdista. Pero a continuación, le concedió otro por un importe similar con una carencia de tres años. Ahora empiezo a entender a los políticos. Gastan y gastan sin devolver un euro. No me extraña que cuando lleguen al Gobierno crean que el dinero es infinito o sean incapaces de ponerse en la piel de los empresarios, a los que los bancos no perdonan ni un céntimo.

La Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) anunció ayer su fusión con Cajastur, un día después de la intervención de CajaSur. Quizá sea casualidad, pero es evidente que con un plazo límite para pedir ayudas del Frob del 15 de junio y la presión del Banco de España de o te fusionas o te intervengo, las cosas empiezan a funcionar. La cuestión es porqué no se ha metido presión antes, ya habríamos arreglado los problemas del sistema financiero. Porqué se tardó nueve meses en esperar a que se rompiera la fusión de CajaSur y Unicaja. El gobernador del Banco de España, Míguel Ángel Fernández Ordóñez, pide reformas estructurales en lo laboral y en lo fiscal, pero se olvida de las que le toca acometer a él. El gobernador debe aplicarse la lección.

Somos de los pocos periódicos, quiza el único, que advertimos de que CajaSur estaba en el punto de vista del Banco de España. Pero no nos sentimos orgullosos de ello. Sí que lo estamos de que llevamos meses, casi años, avisando de que es mejor intervenir las entidades con dificultades. La escasez de crédito para pymes y familiares se ve, además, agravada por el número de entidades en quiebra técnica que tenemos y que nadie se ha atrevido a ponerlas en su sitio. Con esta política del Banco de España de retrasar los problemas no logramos más que encarecer la factura a pagar. Veremos por cuánto nos sale. En el caso de Caja Castilla-La Mancha se han multiplicado varias veces las estimaciones originales. Al final, en CajaSur todo se ha ido al garete por culpa de unos sindicatos empeñados en mantener los niveles de empleo y sueldo, que se habían puesto en unos tiempos de bonanza que ya se han acabado. LLegaron incluso a repartirse una paga extra por la buena gestión, momentos antes de que la entidad cayera en manos de Unicaja por imposición del Banco de España. Los gestores de estas entidades y, desde luego, los sindicatos se han quedado atrapados en el tiempo. Esperar a que cambien de opinión no es la solución, el Banco de España precisa intervenir ya.

La canciller alemana se ha vuelto a desmarcar de sus socios de la UE. Primero adoptó medidas para evitar compras especulativas en su país y después dio un decálogo para los países que incumplan las normas del euro. Se ve que Merkel, o tiene poca fe en el consenso con el resto de miembros de la Unión Monetaria, o las reuniones del Eurogrupo se han convertido en un coro de grillos, difícil de armonizar. El desplante de Merkel ha hundido más el euro, que camina a la paridad con el dólar. Lo curioso es que el euro débil favorece la recuperación alemana extraordinariamente, dada su fortaleza exportadora. No se sabe si Merkel ha perdido la perspectiva o ha decidido actuar por su cuenta sin tener en cuenta a los demás. En cualquier caso, mal asunto.

Ha muerto Alfonso Escámez, una gran hombre de negocios, en el que deberíamos mirarnos todos como en un espejo al que imitar. Empezó como el chico de los recados en una sucursal de su pueblo, Águilas, en Murcia, y terminó de presidente del Central Hispano. Pocas veces se da esta circunstancia, que uno pase de botones a presidente, como suele decirse. En el camino protagonizó la fusión de dos grandes bancos, la internacionalización de esta entidad y el apoyo a la industria española desde empresas como Cepsa. Era un hombre comprometido con su tiempo, de los que surgen una vez cada cien años. Un ejemplo.

Con las pérdidas de hoy, viernes, el IBEX, el índice de la bolsa española, ya se coloca casi en los niveles que obligaron a la UE a tomar medidas adicionales para frenar la fuerte especulación sobre los impagos de deuda de España, Grecia y Portugal. Zapatero ya tiene veredicto para sus medidas. Los mercados las consideran insuficientes.

Zapatero se ha dejado algunas cuestiones en el tintero como la reforma laboral o financiera, pero es la primera vez que anuncia medidas concretas y en serio para atajar el déficit público. En elEconomista ya dijimos que los mercados impondrían su disciplina y así ha sido. ¡Bienvenido a la realidad! Aunque haya sido tarde

El mundo ha cambiado de la noche a la mañana. El viernes se preveía el crash y el lunes, la bolsa se anota la mayor subida de la historia. ¿Qué ha pasado? España era como Lehman Brothers. Si hubiera tenido dificultades para pagar, el mundo se hubiera asomado de nuevo al abismo. Los ministros de Finanzas de la UE lo entendieron y arbitraron las medidas para crear un fondo de rescate. El error en EEUU fue no rescatar a Lehman, el acierto de la UE ha sido tomar medidas por si acaso, lo que echó a los especuladores. De todas formas, ahora falta cumplir las promesas y empezar a reducir los déficit como se ha dicho. Ya se sabe que no es igual predicar que dar trigo.

La economía española creció el 0,1 por ciento en el primer trimestre del año. Un dato raquítico, que pone fin a la recesión, y con el que se intenta transmitir confianza al ciudadano. La realidad es diferente. En primer lugar, es muy posible que este dato positivo se deba a la estrecha colaboración que ya antes de las elecciones generales mostró el gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, con Zapatero. Los datos provisionales pueden esconder desviaciones de hasta tres décimas con facilidad, por lo que habrá que esperar al dato definitivo. El hecho de que se haga público el mismo día del consejo de ministros para dar pie a De la Vega a lucirse es un indicio más de este posible apaño. Pero da igual, lo importante es la creación de empleo. Y esa se encuentra aún muy lejana.

La Unión Europea aprobó este fin de semana el paquete de rescate de Grecia valorado en 110.000 millones a cambio de un ajuste draconiano. Los expertos económicos aseguran que el virus de la desconfianza sobre el pago de la deuda se seguirá extendiendo por Portugal y España, si sus gobiernos no toman medidas ejemplarizantes para los mercados. El primer ministro portugués, José Sócrates, sí lo ha hecho, pero Zapatero sigue mirando para otro lado, pensando en que duerme sobre un mullido colchón mullido de billetes de euro. Pero es mentira. Hay quien cree que hemos entrado en el punto de no retorno, que la crisis de la deuda se extenderá como el virus del Ébola. ¿Vamos hacia el agujero negro?