Desde el burladero

Dicen quienes conocen a Zapatero que el presidente está cada vez más sólo. Si antes era poco dado a consultar sus decisiones, últimamente se ha encerrado en sí mismo como un molusco. Tanto que toma decisiones y luego les toca a los demás justificarlas. El grado de aislamiento es por los visto paralelo al de endiosamiento, de manera que cada vez está más seguro de que hace lo correcto. ¿Recuerdan qué otro presidente se creía siempre en posesión de la verdad? Parece que el síndrome de Moncloa puede haber empezado a hacerle efecto.

El diálogo social va a acaparar nuestra atención durante los próximos días. Sin embargo, la reducción de las cotizaciones sociales (un punto y medio) es tan pequeña que su efecto será muy limitado. Para las empresas, que van a llegar con la caja muy mermada hasta 2010, es mucho mejor concentrarse en una congelación de los salarios para el año próximo. Un alza del 3,8 por ciento, como la que piden los sindicatos de funcionarios sería mortal. Esa es la consecuencia de ir repartiendo dinero a autonomías y agentes sociales, los funcionarios no quieren quedarse fuera del reparto del pastel. El problema es que su subida, marcará las de otros sectores.

Zapatero se la ha vuelto a jugar a Rajoy. En el PP critican la propuesta de financiación autonómica, pero se abstendrán en la votación para facilitar su aprobación. Igual quei hicieron con el fondo de rescate de las cajas, lo criticaron y luego lo apoyaron. Además, el Gobierno puede acabar cerrando el acuerdo sobre el diálogo social antes de julio como había prometido. Eso sí, a costa de más dinero. ¿Donde está la oposición? Zapatero es un maestro…sin oposición.

A falta de conocer los detalles, la primera impresión es que el nuevo modelo de financiación autonómica favorece, sobre todo, a Cataluña, el principal granero de votos del PSOE en estos momentos. El hecho de que las cifras finales se hayan negociado sólo con Cataluña y Andalucía, mientras que se ha dejado al margen a autonomías como Madrid ó Valencia, muestra claramente como el Gobierno quiere cuidar a su clientela. Que ERC haya tenido más protagonismo que algunos gobiernos autonómicos es otra demostración de este clientelismo. Por lo demás, habrá que esperar a conocer cómo funcionan los cuatro fondos que se han creado para compensar a otras autnomías.

La dimisión del presidente de Iberia se venía gestando desde hace semanas o meses, pero ha logrado sorprender a casi todos. Fernando Conte ha decidido acogerse a la jubilación a los sesenta años. El motivo es que el primer accionista de la Iberia, la caja de Miguel Blesa, le hacía la vida imposible. LLegó a negociar con British Airways al margen de Conte para colocarse de consejero independiente. ¿Quien pierde? ¿Conte, Iberia? Creo que perdemos todos. Conte, además de un gestor honrado, es un buen gestor. Es una pena que tenga que jubilarse anticipadamente por las zancadillas del presidente de Caja Madrid, cuyo mayor mérito es amiguísimo del ex presidente Aznar.

La última fórmula de Salgado es que la banca pague la mitad de la factura de la economía sostenible de Zapatero. O sea, unos 10.000 millones. Creo que se la ‘vice’ se ha liado. Como Pepe Blanco va presumiendo de que la mitad de los proyectos de infraestructuras deben ser financiados por el sector privado, ella quiere hacer lo mismo. Lo malo es que no es igual financiar a una empresa, porque tiene un contrato para hacer una carretera, que una instalación fotovoltaica, por ejemplo, cuyos ingresos futuros están en el aire. Tiene que seguir aprendiendo economía.

Es imposible llegar a un acuerdo laboral. La semana pasada había un principio de pacto entre sindicatos y empresarios, que recogía, entre otras cosas, un recorte de medio punto en las cotizaciones sociales. Pero todo saltó por los aires debido a la intransigencia de los sindicatos. En elEconomista dijimos hace mucho que es imposible un pacto por consenso, como pretende el Gobierno. Si este no se atreve a imponer un acuerdo, no lo habrá y el desempleo seguirá subiendo.