¡Cuidado con la bolsa!
29 de agosto de 2006
Siempre he sido un arduo defensor de la inversión en bolsa. La rentabilidad de la bolsa es superior a la del ladrillo a medio y largo plazo, con la ventaja de que vender o comprar unas acciones se hace con un sólo click de ordenador, mientras que vender o comprar un inmueble lleva su tiempo. Si los españoles somos unos grandes desconfiados respecto al parqué es en gran parte por culpa de la banca. Como es lógico, los empleados de las entidades de créditos -bancos y cajas de ahorro- recomiendan invertir en productos de su entidad, como fondos de inversión o depósitos, en los que ellos se llevan una comisión, antes que comprar acciones. Debido a esta política y a la buena fé de los ciudadanos, España se ha colocado a la cabeza del ránking europeo en fondos garantizados, por ejemplo, un producto cuya rentabilidad no llega al dos por ciento anual, muy por debajo de la inflación o de la rentabilidad de un simple depósito de renta fija. En la pasada burbuja bursátil, miles de inversores adquirieron productos de alto riesgo, mucho más volátiles que las acciones del IBEX 35, y lo perdieron casi todo, claro, por las comisiones de los empleados de banca. El resultado es la desconfianza de la que hablamos. Pero, en fin, dejémoslo. Sigo pensando, como ha publicado mi periódico, que la bolsa tiene recorrido al alza, porque el ciclo alcista no ha concluido. No hay más que ver la cifra de crecimiento de la economía española en 2005, el 3,5 por ciento. Pero en bolsa hay que entrar a la baja, no al alza, como ahora. Hay pocos valores que se puedan adquirir en la actualidad, si no se es un experto, sin una alta probabilidad de perder dinero. Agosto ha sido un mes excepcional, en el que la bolsa ha recuperado el tiempo perdido en la primavera. Lo lógico es que en los próximos meses corrija para tomar de nuevo impulso hacia final de año. Si quiere entrar en bolsa, espera a la próxima corrección para hacerlo.