Es el fin de la tregua, no el fin del mundo
31 de diciembre de 2006Por mucho que ahora diga Zapatero, la ruptura de la tegua de ETA se veía venir. Estaba en el run-run político desde hace semanas. A ver si ahora le va a pasar igual que a Aznar, que fue el último en enterarse de que el atentado del 11-M no era de ETA. No había más que ver que uno de los primeros planteamientos de los etarras era el acercamiento de los presos, cuando eso suele ser lo último que se negocia, para entender que aún era muy pronto para lograr un acuerdo. De todas formas, ha hecho bien el presidente del Gobierno en suspender, pero no romper la tregua. No llevan razón quienes quieren demonizarle. La única manera de llegar un día a acabar con el terrorismo no es sólo la fuerza de las armas, si no el diálogo y el convencimiento. ¿Quien dijo que iba a ser fácil la paz? Será un proceso que dure muchos años. Otro asunto es que la oposición quiera rentabilizar electoralmente la ruptura de la tregua, lo que me parece legítimo. Pero al Gobierno le va a venir bien que se haya producido la interrupción en estos momentos, porque todavía queda mucho tiempo para las elecciones. Lo peor para él es que el atentado de ayer hubiera sido en vísperas de una cita con las urnas. Ahora, lo lógico es que espere a que pasen las próximos comicios generales para reanudar el diálogo. En estos momentos es necesario serenidad y ver las cosas con perspectiva. Es el fin de una tregua, no el fin del mundo.