Desde el burladero

La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre muestra que la economía española sigue destruyendo empleo, aunque sea a un menor ritmo que en años anteriores y, por tanto, la creación de puestos de trabajo debería convertirse en una prioridad para el Gobierno de Mariano Rajoy de manera inmediata. Hasta que no consiga empleo neto, no podrá decir que la crisis ha concluido. El Gobierno estima que en dos años la economía española será capaza de generar alrededor de 650.000 empleos. El anuncio propició un gran debate en redes sociales, porque muchas patronales advirtieron, con razón, que se trata de empleo de baja cualificación en el mundo de la hostelería. El otro tipo de trabajo que se creará será público. El exceso de funcionarios que tantas veces hemos criticado durante la crisis no sólo no se corregirá sino que seguirá incrementándose. Por si alguien tenía alguna duda, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, lo dejó bien claro en la presentación de la oferta pública de empleo para este año. Me parece una irresponsabilidad anunciar, como hizo Montoro, que se acabó el ajuste, porque podemos revivir el furor contratista anterior a la crisis por parte de corpraciones locales y autonomías. Después de las declaraciones de Montoro, me pregunto ¿cuánto empleo será público de esos 650.000? Si el Gobierno cifra en unos 400.000 los puestos públicos que se suprimieron en la crisis, quizá es que piensa en restituirlos. Declaraciones así pueden tener una efecto de llamada al voto para una parte de la población, pero desde luego surgen el efecto contrario en otra y en los mercados. ¿Quién va a sostener el empleo público? Ahora veo porqué es imposible bajar las cotizaciones sociales. Con políticas así, en breve estaremos creando empleo público y destruyendo el privado. ¡Qué horror!

Rajoy optó por Isaber García Tejerina, una de las personas que conoce más en profundidad el sector, frente al perfil político de Javier Arenas, el otro candidato que más opciones tenía. Tejerina ha sido asesora nada menos que de tres ministros de Agricultura con el PP: Loyola de Palacio, Jesús Posada y Cañete. Rajoy cierrra así la crisis ministerial abierta con la designación de Cañete con el menor ruido mediático posible y reafirma su línea de designar al frente de los ministerios a personas de reconocida experiencia, como ocurre con Montoro al frente de Hacienda o De Guindos en Economía. Creo que es lo acertado, como decía Ortega y Gasset, «los experimentos, con gaseosa».

El Gobierno anunció ayer una revisión del modo de contabilizar la población activa para adaptarse a las exigencias de Bruselas. Hasta aquí todo correcto. Casualmente, la revisión reducirá en alrededor de trés décimas la tasa de paro EPA, lo que equivale a unas 300.000 personas que saldrán de la lista de peticiones de empleo. El asunto es que el Instituto Nacional de Estadística (INE) tenía un amplio plazo para recalcular la población activa, pero al parecer lo ha hecho a toda prisa para que el efecto pueda notarse en la EPA que se dará a conocer el próximo martes, 29 de noviembre. El motivo es que es la estadística  se conocerá antes de las elecciones europeas y se suma así a la catarata de datos económicos positivos que prepara el Gobierno para ganarlas. Estrategia electoral a costa de los parados.

El ministro de Industria, José Manuel Soria, dio por zanjado ayer el ajuste en el sector eléctrico. Ni concesiones a la cogeneración, a las grandes eléctricas o a la biomasa. Un jarro de agua fría para los subsectores más afectados por los recortes. Además, advirtió en el Agora celebrada esta mañana por elEconomista que si alivia a alguno, habría que meter la tijera a otros. En fin, que cada palo aguante su vela. El ministro defendió el nuevo sistema de retribución y presumió de la bajada de los costes de la luz para el ciudadano y para las empresas pequeñas y medianas. Aunque tampoco se atrevió a pronosticar si esta rebaja, que evaluó en el 3,7 por ciento el año pasado, se prolongará en el tiempo.

El desafío soberanista catalán da pasos de gigantes. Estoy sorprendido de la cantidad de órganos que han creado los catalanes, supongo que financiado con su dinero, para promover la independencia. Hasta ahora estábamos pendiente de la Asamblea Nacional de Cataluña (ANC) y su movimiento asambleario. Ayer conocí un nuevo órgano, el Consejo Asesor para la Transición Nacional, íntegrado por juristas y financiado básicamente por la Generalitat. El equipo de juristas argumenta que existe un vacío legal en la jurisdición europea sobre la desintegración de un Estado miembro, porque no se ha planteado jamás, lo que le lleva a pensar que seguirían dentro de la Unión Europea, porque si no tendría que salir y volver a entrar, con lo que así se ahorrarían un paso. Aparte de que no entiendo el razonamiento, a mí me sigue pareciendo lo más lógico salir y ponerse a la cola para entrar, diga lo que diga este comité de sabios a sueldo de Artur Mas, el problema está en el euro. Cataluña puede seguir en la Unión Europea como lo está Hungría, por ejemplo, pero sin una moneda estable, la devaluación que sufriría en los primeros años su moneda podría hacer su economía ingobernable. Un ejemplo, supongamos que esta locura colectiva les lleva a crear el catalonio, por ejemplo. Entre el catalonio o el euro, ¿quién se iba a quedar con el primero?, ¿alguien pondría sus ahorros en catalonios hasta tener la seguridad de que es una moneda estable? Cataluña se arriesga a revivir el proceso de devaluaciones que en España hemos ya olvidado afortunadamente y que periódicamente destruía la riqueza y el ahorro de los españoles. Claro, que no hay peor ciego que el que no quiere ver.

El Gobierno está empeñado en negar el riesgo de deflación, pero el IPC de octubre fue negativo y la evolución de la masa monetaria, la denominada M3 es decepcionante, con una caída del 5% entre octubre y febrero. Los datos, una vez más, se empeñan en desmentir la realidad. Hasta el Fondo Monetario colocó a España como uno de los países de la Unión Europea con más riesgo deflacionario. El problema es, una vez más, que la política monetaria la maneja el presidente del BCE, Mario Drhaghi, que suele moverse por presión germana en lugar de española. Aún es pronto para asegurar que vaya a existir deflación, pero como pase podemos podemos ir poniendo una vela a Santa Rita, porque estaríamos en una situación parecida a la de la última crisis, en la que los ajustes agravaron los problemas del Sur porque a los alemanesse negaba a bajar los tipos por miedo a la inflación.

El presidente del Gobierno parece que, por fin, deshojó la margarita europea, el candidato del PP será Miguel Arias Cañete, pese a que éste se negó hasta el último momento. ¿El motivo? El ministro de Economía, Luis de Guindos, pactó por su cuenta con Alemania la presidencia del Eurogrupo y no existen garantías de que Cañete vaya a ocupar una comisaría de peso en el nuevo organigrama europeo, ya que España tiene que elegir entre el Eurogrupo o una de las vicepresidencias. Cañete llegó a decir, al parecer, «para ser comisario de Agricultura prefieron quedarmen de ministro». Pero tomada ya la decisión, lo importante es mirar hacia el futuro. El sustituto de Cañete sería Javier Arenas, por eso el Gobierno está empeñado en mantener la españolidad de Deoleo (ver elEconomista de mañana). Y lo más importante, Rajoy cerrará la minicrisis de Gobierno con ese sólo cambio, para ofrecer la impresión ante el electorado de que todo marcha sobre ruedas. Una amplia remodelación podría inducir el mensaje erróneo de que algunas políticas son equivocadas, en opinión del presidente. Eso y que le cuesta tomar una decisión más que si le arrancaran un miembro.

España es un país sorprendente. En medio de la marea de chupópteros que ha llenado los telediarios en los últimos años a causa de los escándalos de corrupción, algunos emprendedores logran despuntar de vez en cuando, sorprendiendo al mundo. El caso más conocido es el de la textil gallega Inditex, propietaria de Zara, entre otras marcas. Este lunes se conoció la noticia de que una pyme española, la biotecnológica catalana Oryzon, logró desarrollar un medicamente contra la leucemia -una enfermedad maldita, que en ocasiones se ceba en niños inocentes e indefensos-, que traspasará a los suizos de Roche por la desorbitada cantidad de 380 millones. No conozco a su fundador, Carlos Buesa, pero es de esos héroes anónimos a los que habría que ponerles un monumento, como un ejemplo a seguir por parte de otros emprendedores. Oryzon nació como un proyecto entre la Universidad de Barcelona y el CSIC y cuenta sólo con 20 empleados. ¡Para quitarse el sombrero! Aún me ha sorprendido más, que sólo elEconomista, haya destacado esta noticia en su primera página. Los demás medios parece que están interesados más en noticias lúgubres u oficiales.

No acabo de entender bien la estrategia de las Koplowitz en FCC. Puedo comprender que tuvieran que aceptar a Juan Bejar como consejero delegado por imposición de la banca acreedora, a la que adeuda casi 4.500 millones. Pero que sea éste quien haya capitaneado la negociación con los mismos bancos que lo pusieron puede resultar frustante, ya que el Ejecutivo puede encontrarse con un cruce de intereses: ¿a quién definede?, ¿a las Koplowitz o a los bancos? A la vista del convenio alcanzado, creo que estos han salido victoriosos porqueFCC no logra ninguna quita a su deuda y una parte de ella, 1.350 millones, puede acabar capitalizada en detrimento de la participación de su propietaria, Esther Koplowitz. La dueña de FCC siempre presumió de mantener el control de su emporio, incluso cuando estuvo aliada con Vivendi. Para colmo de males, Béjar puede llegar a cobrar cinco millones si logra los variables por gestionar una empresa con 1.500 millones de pérdidas, y si lo echan antes del año que viene, llevarse una indemnización de hasta 14 millones. En definitiva, Koplowitz está atrapada con una empresa en pérdidas y un ejecutvo al que debe remunerar como si fuera uno de los grandes directivos del IBEX, antes de haber demostrado nada. Una confusión similar se da en Realia, filial de FCC, donde el presidente, Ignacio Bayón, y su lugarteniente se llevan alrededor del 40 por ciento de la masa salarial de la inmobiliaria, que han llevado a la más completa ruina. Koplowitz mima a su directivos, pero echa por la borda a la tropa, cerca de 2.000 empleados han salido en FCC y más de un centenar en Realia. Parece que la buena gestión brilla por su ausencia.

El Estado incumplió su meta de déficit en cuatro décimas porque el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, decidió dar la paga de funcionarios a finales del año pasado con un coste extra de 5.000 millones; la semana precedente devolvió un día de moscosos a la funcionarios, y ayer incrementó el 50 por ciento la oferta pública de empleo, que estuvo congelada en los últimos años, incrementando además las promociones. Es verdad, que son apenas 300 nuevos empleos y que el coste es moderado, pero sumado a lo anterior muestra que los ajustes se han acabado. Casualmente ocurre en vísperas electorales, aunque curiosamente el PP todavía no tenga candidato a las europeas. Hay que reconocer que le están preparando el terreno. Hay que añadir que todas estas mejoras esta vez están respaldadas en un comportamiento de la economía más ágil de lo esperado, lo que permitiría su financiación. Espero que la promesa de Rajoy de continuar con el esfuerzo de austeridad de los últimos años se cumpla.