Empleo sí, ¿pero público?

La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre muestra que la economía española sigue destruyendo empleo, aunque sea a un menor ritmo que en años anteriores y, por tanto, la creación de puestos de trabajo debería convertirse en una prioridad para el Gobierno de Mariano Rajoy de manera inmediata. Hasta que no consiga empleo neto, no podrá decir que la crisis ha concluido. El Gobierno estima que en dos años la economía española será capaza de generar alrededor de 650.000 empleos. El anuncio propició un gran debate en redes sociales, porque muchas patronales advirtieron, con razón, que se trata de empleo de baja cualificación en el mundo de la hostelería. El otro tipo de trabajo que se creará será público. El exceso de funcionarios que tantas veces hemos criticado durante la crisis no sólo no se corregirá sino que seguirá incrementándose. Por si alguien tenía alguna duda, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, lo dejó bien claro en la presentación de la oferta pública de empleo para este año. Me parece una irresponsabilidad anunciar, como hizo Montoro, que se acabó el ajuste, porque podemos revivir el furor contratista anterior a la crisis por parte de corpraciones locales y autonomías. Después de las declaraciones de Montoro, me pregunto ¿cuánto empleo será público de esos 650.000? Si el Gobierno cifra en unos 400.000 los puestos públicos que se suprimieron en la crisis, quizá es que piensa en restituirlos. Declaraciones así pueden tener una efecto de llamada al voto para una parte de la población, pero desde luego surgen el efecto contrario en otra y en los mercados. ¿Quién va a sostener el empleo público? Ahora veo porqué es imposible bajar las cotizaciones sociales. Con políticas así, en breve estaremos creando empleo público y destruyendo el privado. ¡Qué horror!

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