Sánchez

La victoria de Pedro Sánchez en el Congreso del PSOE celebrado este fin de semana puede representar la vuelta a la normalidad política e institucional, que se veía amenazada en los últimos meses. Sánchez es el candidato más centrista de los tres que concurrían a la elección, lo que asegura que los socialistas defenderán posiciones de centro izquierda en lugar de lanzarse a competir con Podemos e IU. Un escoramiento a la izquierda puede llevar al PSOE a confundirse con estas siglas nuevas y a su autodestrucción. El triunfo siempre está en el centro.

El triunfo del nuevo líder socialista, Pedro Sánchez, es un paso en la buena dirección hacia la normalización de la vida política. Sánchez es el candidato más centrista de los tres que se presentaron, es la opción de la línea regeneracionista emprendida por Susana Díaz y debería servir para frenar a la izquierda de Podemos e IU. Estas dos últimas opciones, que están cosechando un creciente espacio entre el electorado lo hacen por el desprestigio en el que se habían sumido los socialistas desde la era Zapatero y porque el público demandaba una renovación que no se veía por ninguna parte. La única manera de que el PSOE vuelva a ocupar un lugar representativo en la sociedad es con una propuesta de centro izquierda, no echándose al monte. Los extremismos o los populismos suelen tener un techo, como se ha visto en países como Italia o Francia con Pepe Grillo y Marine Le Pen, respectivamente. Sánchez es la única opción para volver a un bipartidismo, aunque ambas formaciones deben entender que tienen que adoptar una política más cercana a la gente y acabar con sus privilegios si quieren seguir en el machito.

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