Un imperio sin heredero
El presidente de OHL Juan Miguel Villar Mir, se encuentra al parecer en la UVI, por un problema grave estomacal. Hace unos meses nos invitó a almorzar en la torre de su propiedad, que destaca en la City madrileña. Nos explicó detenidamente el Imperio que ha creado desde la nada. En la mayoría de las ocasiones, compró empresas en graves dificultades que luego reestructuraba, como ocurrió con Fertiberia, Ferroatlántica, o la propia OHL fruto de la fusión de Obrascón y Huarte. Uno de los éxitos que se sentía más orgullosos es por el rescate de la química francesa Pechiney, por lo que llegó a ser condecorado por el Parlamento galo. Una obra impresionante, fruto de una cabeza excepcional. Pero no dedicó ni un minuto a hablar de su sucesor. Cuando le preguntamos, contestó: «Yo aún me encuentro bien». Desde luego, tenía en la cabeza cada número de las operaciones que se trae entre manos. Todos creímos que Josep Piqué, nombrado recientemente consejero delegado, iba a ser quien llevara el timón. Pero no, el capitán sigue siendo Villar Mir en persona. El susto que se ha dado, debería servirle para recapacitar y nombrar a un sucesor. Las personas no somos eternas y es necesario tener previsto lo peor, sobre todo cuando se trata de preservar tanta riqueza como la creada por Villar Mir. Ojalá que se recupere pronto.