Respuesta al post: no hay censura
He visto con sorpresa que en la respuesta a mi último post alguno hablábais de que se habían suprimido comentarios porque a mi no me gustaban. Simplemente tengo que decir, que no es cierto. Comprendo que habrá quien no le gustan mis opiniones y asumo que se critiquen. Si es cierto que me gustaría que hubiera un respeto mutuo, y que no se llegara al insulto, porque eso descalifica a quien lo hace, si no que se conteste con argumentos. Cuando empecé a escribir el blog, me advirtieron que lo peor son los que te insultan. Yo pregunté en el periódico qué se hacía en esos casos a nuestro coordinador del área de Internet, Manu Bonachela. Me contestó, que no me preocupara porque había un filtro informático, de manera que cuando los comentarios incluían insultos no entraban. Con eso me quedé tranquilo. Pero luego comprobé que no era del todo cierto. El otro día, alguien me llamaba lover, por Amador, y me aconsejaba aprender inglés y leer The Economist en vez de «panfletos como La Razón y El Economista», dos de los periódicos en los que he trabajado. Sólo le faltó llamarme analfabeto. Me dieron ganas de explicarle que, probablemente, soy periodista económico, porque fui el único becario que allá por el año 1986 hablaba inglés en la recién creada plantilla de Expansión, pero luego pensé… seguro que tenía un mal día y se ha quedado contento. Y eso es todo.
Como se suele decir, ya llevamos muchas horas de vuelo… Cuando fundamos La Razón, en 1998, recibíamos muchas llamadas y cartas llamándonos fachas, porque el presidente era Anson. Las cartas, cuando no contenían insultos, se solían publicar. El periódico salió adelante, no por su ideología, porque había otras cabeceras similares, si no porque se dieron buenas informaciones, en ocasiones con riesgo para la vida de su plantilla -como cuando ETA intentó colocarnos una potente bomba en la puerta que hubiera dejado el edificio sólo con el esqueleto- , y se mantuvo fiel en la defensa de principios como la unidad de España, pese a que había muchas cosas que molestaban, y mucho, a varios ministros del PP. Hoy, guste o no, es una de las cuatro grandes cabeceras nacionales. Es lo que procuro seguir haciendo. Habéis visto que he criticado al Gobierno en el tema de los sellos y también en el de la opa de E.ON sobre Endesa, por citar dos ejemplos, que soy consciente de que habrán escocido. Y alguien intentará devolverme la pelota. Pero es que no hemos fundado un periódico económico en el Siglo XXI para agradar a los poderosos, si no para criticarles cuando creamos que se equivocan y también, por supuesto, para elogiarles cuando creamos que aciertan. Todo dentro de un tono positivo, juego limpio y resignación cristiana cuando vengan mal dadas. ¿Recordáis quién fue el primer periódico que denunció la indefensión de las mujeres en El Corte Inglés? Para lo contrario, ya hay otros…
En fin, no quiero aburriros con batallitas. La mejor prueba de que no hay censura, es que nadie ha suprimido las acusaciones que habéis hecho. Pero es que, además, no sé cómo se eliminan los comentarios. LLevo casi un mes fuera del periódico, de vacaciones, y como podéis comprender he procurado no estar pendiente del blog, si no aprovechar para desconectar. En ocasiones, a la fuerza, como cuando estuve sin cobertura en la serranía de Cuenca. En fin, no sé qué más decir para que me creais. Sólo se me ocurre pensar que quizá no se llegó a recibir el mensaje en la web y animaros a volver a escribir.
¡Ah!, por cierto, este verano no recuerdo haber leído ninguna respuesta ofensiva, lo que os agradezco. Criticadme, o crucificarme si queréis, pero con argumentos, por favor. ¡Y, si es posible, con cariño!
3 septiembre, 2006 a las 4:24 pm
el trabajo que estais haciendo esta bien yo no dudo de que no hay censura, un blog sirve para que todos nos expresemos sin ningun problema pero con respeto, por cierto AUPA ESPAÑA CAMPEONES DEL MUNDO DE BALONCESTO