Desde el burladero

Todo nuestro apoyo a la entusiasta propuesta de Esperanza Aguirre de bajar los impuestos cuanto antes, que ayer fue desgraciadamente derrotada en el comité ejecutivo del PP presidido por Rajoy. Miente, además, el presidente cuando recurre a su clásica muletilla, de que no le queda más remedio. Hay muchas otras cosas que pueden hacerse, como suprimir tribunales de cuentas, embajadas autonómicas, ayuntamientos o incluso diputaciones. No voy a insistir en el tema. Aguirre, efectivamente, bajó impuestos durante su mandato, pero no redujo el tamaño de la administración madrileña, sino que duplicó los instituciones frente al Ayuntamiento de Madrid y creó una red hospitalaria, que  acabó pesando como una losa sobre la economía madrileña y que su sucesor, Ignacio González, trata de reducir como sea mediante la privatización de la gestión y otras técnicas impopulares. En fin, que una cosa es predicar y otra es dar trigo.

Tengo muchas dudas de que la bajada del precio del dinero a un mínimo histórico del 0,5 por ciento vaya a servir para algo. El euríbor  ya no es referencia más que para las hipotecas ya concedidas y,por lo tanto, no va a estimular la concesión de nuevo crédito. Tampoco dejó muy claro el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, como va facilitar la financiación  de las pymes,  Lo único positivo es que sus palabras van en la buena dirección. Si en julio sirvieron para calmar a los mercados, ahora dan apoyo moral. Hasta sobré los impuestos, donde no tiene competencia, Draghi acierta, al señalar que no es la vía adecuada. Que tome nota Montoro.

Es patético que el Gobierno de Rajoy se resigne a llegar a 2019 con un paro del 15 por ciento y hasta esa fecha España no vuelva a crecer al 3 por ciento. Patético a la par que inverosímil, porque si no somos capaces de prevenir la evolución económica a un año, imaginese a siete años vista. Pero la pregunta que se harán muchos ciudadanos es y, entonces, para qué queremos una Gobierno si no es para mejorar esa previsión. Ese es el fallo de Rajoy, su falta de coraje. El todo vale, porque la vida es así. Y si hemos venido a sufrir, qué le vamos a hacer! Por eso no se atreve con la reforma de la administración y la deja sin fecha, al igual que otras muchas; por eso no para los pies a Montoro, que prepara nuevas subidas de impuestos; por eso es incapaz de reactivar el crédito a las pymes, las mismas que elogia por ser el motor de la economía. Para colmo de males, el Banco de España le cuela un incremento de las provisiones a la banca para las re financiaciones. Una prueba de que la reforma financiera también hace agua. El agua de la crisis nos inunda y Rajoy sigue disfrutando del baño, desde su posición privilegiada en Moncloa, y pese a los miles de ahogados a su alrededor. ¿Resignación? Muévase, haga reformas, para eso lo han votado.

Es preocupante que unas semanas después de que Montoro asegurara que no iba a producirse una subida de impuestos, el presidente, Mariano Rajoy, diga que no hay nada imposible si las cosas se ponen peor. Este no es el programa con el que se presentaron a la elecciones, deberían antes abordar la supresión de órganos repitidos y de esquemas caducos, como las diputaciones, que nos cuestan un riñón. Sobre la mesa está un recorte de la prestación por desempleo y adelantar la jubilación a 67 años, que son medidas que deberían haber aprobado ya. Basta ya de subirnos los impuestos, señor Rajoy, tiene mucho que cortar en todo lo demás.

La bajada de la prima de riesgo a 300 puntos, que contribuyó ayer además a que el IBEX volviera a las ganancias en el año tras subir el 3,2 por ciento, puede salvarnos. Comparado con los máximos del verano pasado (650 puntos) representa una caída del 50 por ciento y sólo durante este ejercicio podría ahorrarnos alrededor de 7.000 millones en el pago de los intereses de la deuda. Eso equivale a la mitad del ajuste previsto por Montoro,  en el caso de que Europa no relajara los objetivos de déficit. Cómo los va a reducir considerablemente, significa que Hacienda podría ahorrarse los recortes. Rajoy insistió ayer en que habrá reformas. Pero no sé si su discurso estará hecho antes de conocer el descenso de la prima. Conociéndolos, en vez de aprovechar para arreglar el déficit son capaces de pasar de nuevo de puntillas hasta que las cosas se pongan otra vez feas…

Interesante entrevista de Faciani en El País, en la que se pone de manifiesto la existencia de una maquinaria para evadir dinero por parte de los bancos suizos. El país helvético es uno de los que se opone fieramente a levantar el velo a los paraísos fiscales, que sirve para defraudar miles de millones y es el nido de corruptos, mafiosos y dictadores tercermundistas. Es una pena que bajo la aparente seriedad suiza se permitan estas actuaciones, que deberían ser penadas. Faciani merece un monumento.

El déficit público no tiene freno. Por eso Luis de Guindos implora en Bruselas que nos den dos años más. Pero en las últimas semanas, el desajuste eléctrico vuelve a amenazar las cuentas públicas, hasta el punto de que puede volver a alcanzar los 6.000 millones a fin de año. Es un escándalo a voces en el sector. El fenomenal año hidráulico, que ha permitido reducir prácticamente a cero el coste de producir electricidad, disparará las primas a las renovables por un error en la reforma. Esto es lo que nos faltaba. Este ministro debería empezar a buscar la puerta de salida..y alguno más.

El ministro de Hacienda es una caja de sorpresas..pero negativa. La deuda se acerca ya al 86 por cento del PIB gracias a su estrategia de desviar el déficit autonómico hacia deuda. Es un secreto a voces que muchas autonomías cumplieron el último ejercicio gracias al retraso en el pago de facturas, que ahora se acogerán al nuevo plan de proveedores que prepara el Gobierno. Pero es que hay más. Montoro en lugar de premiar a las autonomías incumplidoras, parece dispuesto a premiarlas. Quiere que Barcelona, Valencia y Murcia puedan tener un déficit cercano al dos por ciento después de incumplir ampliamente los objetivos del año pasado, en vez de intervenirlas. Este ministro es un desastre sin paliativos.

Todos los datos que se van conociendo apuntan a que el presidente de Pescanova, Manuel Fernández Sousa, se había convertido en un empresario tramposo, que actuaba al margen de la Ley. Existen operaciones fuera de balance, facturas presuntamente falsificadas en su factoría chilena, que tiene a la venta, y ahora nos enteramos que había vendido el 7 por ciento de Pescanova para dar liquidez a la sociedad, pero no aparecen las pruebas de que así sea. Además, lo hizo sin comunicarlo ni al consejo de administración, ni a las autoridad brusátil, con lo que contravino gravemente la Ley. Las cuentas del año pasado están sin auditar, sin firmar por todos los consejeros y sin presentar. ¿Queda alguna norma por infringir? Es una pena que una empresa tan prestigiosa se vaya a pique en tan poco tiempo.

Después de muchos dices y diretes, parece que algo se mueve, por fin, en la UE. El fin de semana se abordó cómo compartir la información bancario e impositiva de los no residentes. Es decir, las empresas multinacionales que suelen eludir el pago de impuestos, lo irónico es que el compromiso se logró en Irlanda, uno de los países de la UE que sirve de refugio a estas multinacionales. El otro asunto importante es la Unión Bancaria, que parece lista para aprobarse en junio. Eso sí después de que los alemanes dejaran claro que quieren separa del BCE. El motivo es que no quieren que éste acabe financiando los problemas de la banca europea. Algo es algo. Más información en elEconomista de este lunes.