Un empresario tramposo

Todos los datos que se van conociendo apuntan a que el presidente de Pescanova, Manuel Fernández Sousa, se había convertido en un empresario tramposo, que actuaba al margen de la Ley. Existen operaciones fuera de balance, facturas presuntamente falsificadas en su factoría chilena, que tiene a la venta, y ahora nos enteramos que había vendido el 7 por ciento de Pescanova para dar liquidez a la sociedad, pero no aparecen las pruebas de que así sea. Además, lo hizo sin comunicarlo ni al consejo de administración, ni a las autoridad brusátil, con lo que contravino gravemente la Ley. Las cuentas del año pasado están sin auditar, sin firmar por todos los consejeros y sin presentar. ¿Queda alguna norma por infringir? Es una pena que una empresa tan prestigiosa se vaya a pique en tan poco tiempo.

Los comentarios están cerrados.