Desde el burladero

Me pregunto para qué da Rajoy una entrevista, en la que reitera un motón de lugares comunes, de cosas que le hemos oído hasta la saciedad en sus comparecencias parlamentarias o en sus declaraciones en Moncloa. La directora de informativos de Antena Gloria Lomana, intentó abarcar demasiados temas y no logró novedades más que en apenas un asunto: el de la infanta. No sabemos a qué se debe la confianza del presidente en que la vaya bien a la Infanta, cuando está imputada por colaboración necesaria en los hechos cometidos por su marido. Si Rajoy contestó a la pregunta sobre Bárcenas que respeta la decisión de la Justicia y que prefiere no pronunciarse, porqué está tan seguro del veredicto en el caso de la Infanta. Da la impresión que en este caso la Justicia va a estar teledirigida desde..Moncloa. Ahora quizá se entiende mejor la actitud del Fiscal del Estado, contrario a la imputación. Sería necesario un poco más de independencia, para que los poderosos sufran el peso de la Ley igual que el resto de los mortales..

Sacyr levantó a última hora de ayer el últimatum dado a las autoridades panameñas sobre la construcción del Canal. ¿Es un paso atrás de la empresas española?, ¿Una muestra de debilidad? Al parecer se dejó guíar por el fuerte enfado de sus socios de Impregilo para dar el ultimátum, pero se ha dado cuenta de que su ejecución no sólo tendría un efecto desastroso para las dos empresas, sino para la propia marca España. Por eso dio marcha atrás. Las conversaciones con la Autoridad del Canal parece que están estancadas en la financiación para concluir la obra. El consorcio hispano-italiano busca una respuesta inmediata a sus problemas, pero los panameños no están por la labor. Cualquier reclamación tiene que seguir el largo trámite previsto en el mecanismo de resolución de conflictos pactado entre ambas partes, como es lógico. Por eso, sólo están dispuestos a adelantar 200 millones, que pueden ser utilizados por Sacyr y sus socios como aval para lograr mayor financiación. Pero el presidente de Sacyr, Manuel Manrique, tropieza con la negativa de su socio italiano para aceptar esta solución. En estos momentos, está entre la espada y la pared. Ha dado su compromiso al Gobierno español de seguir adelante, pero tiene en contra a Impregilo. La solución, si la italiana no rectifica, sería romper con esta y seguir adelante. Poco más. Los panameños ya han trasladado al Gobierno español que están contentos con la obra y que no buscan una alternativa en Estados Unidos, como se ha publicado.  También reconocen que existen desviaciones, pero no quieren reconocerlas antes de las elecciones previstas para mayo. Todo a su tiempo.

El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, promete bajar los impuestos, pero en Navidad nos coló una subida de las cotizaciones sociales por conceptos como seguros, tickets de restaurantes o planes de pensiones, que se traducirá en una nueva merma del poder adquisitivo de los trabajadores, ya que los que los disfrutan tendrán que cotizar por ello y en el futuro se quitarán de los incentivos. Si a ello se suma el 5 por ciento de incremento de las cotizaciones máximas, que afectarán a las nóminas más altas, para culminar su política socialdemócrata, el cuadro es más presión fiscal se mire por donde se mire. La Unión Europea y la mayoría de economistas solicita un alza del IVA y una rebaja de las cotizaciones sociales, pero Montoro se empeña en hacer lo contrario, como si fuese el inventor de la penicilina. Este tipo de políticas se traducirá en menor creación de empleo y en puestos más precarios.

La protesta del barrio de Gamonal burgalés contra las obras que pretende imponerles su alcalde, muestra que los gobernantes no aprendieron de sus errores de la crisis. El alcalde burgalés está dispuesto a gastarse 13 millones de euros para convertir en una avenida casi peatonal la calle Vitoria, con un magnífico carril bici incluido, como los que ya deleitan la vida de los burgaleses. El problema es que se suprimen las plazas de aparcamiento y sus vecinos tienen como alternativa pagar casi 20.000 euros por una plaza de parking público en una concesión a 40 años. Gamonal es un barrio sencillo y el poder adquisitivo de sus habitantes es ajustado. Lógico que se nieguen a comprar plazas subterráneas de párking. Me figuro que mucho de ellos tienen ya bastante con llegar a fin de mes o que barajan otras muchas alternativas mejores en las que invertir su dinero. De nuevo, un gobernante decide disponer de los ahorros de sus conciudadanos par dar trabajo a una constructora. Yo le propondría a este alcalde, que baje los impuestos, y que deje que cada uno decida donde gasta su dinero, en lugar de imponer su criterio a los demás. Estamos hartos de gobernantes que se erigen en iluminados, y que se empeñan en cambiar aceras de sitio, levantar avenidas o moles de cemento con el dinero de los demás. Encima, la experiencia demuestra, que parte de este dinero siempre acaba en un bolsillo equivocado. Señor alcalde, márchese, no se ha enterado de nada.

Tengo la impresión de que la mayoría de la gente cree que el desaguisado del Canal de Panamá lo acabarán pagando los españoles. Hasta donde sabemos, esto no es así. ¿Por qué ha ido la ministra de Fomento, Ana Pastor, a negociar si se trata de un empresa privada?, me preguntan. Sacyr es privada, pero el Canal no, es del Gobierno de Panamá. Por tanto, está justificada la intervención de la ministra. Además, paralizar las obras compromete la imagen de marca de España, por lo tanto es necesario el apoyo del Gobierno. La cuestión es cual debe ser el papel de la ministra. Pastor debería mediar entre las dos partes para que lleguen a un acuerdo, pero no intervenir en las negociaciones, que son una opción exclusiva del Canal y Sacyr. La ministra de Fomento lo ha hecho hasta ahora muy bien. El problema que hubo en el acuerdo entre Repsol e YPF, por ejemplo, es que Soria negoció directamente en nombre de Repsol y logró un compromiso que es imposible de concretar por la falta de garantías del Gobierno argentino y que el consejo de Repsol no acaba de ver con buenos ojos. En el asunto de Panamá parece que las cosas se están haciendo de otra manera. Esperemos que  las negociaciones no se tuerzan.

Esta es la columna que jamás desearía escribir. La muerte de Manuel de Uniti, un sacerdote y periodista vasco, comprometido, inteligente, vivaz, el maestro y amigo al que siempre recurría para pedir consejo. Con él aprendí a escribir en un periódico. él me enseño a perseguir las noticias, a correr tras la actualidad y también a analizarla, en aquellas largas tertulias hasta las tantas de la madrugada, él me animó a irme a Londres cuando casi nadie valoraba el ingés. Fue precursor de tantas cosas. Tuve la suerte de visitarlo en el hospital, poco antes de que perdiera la consciencia, hablamos del trabajo, de la familia, de mis inquietudes, tenía planes de cambiar de casa.. Aún no me puedo creer que se haya ido para siempre. Por la Residencia Azorín, que dirigía, pasamos varias generaciones, que hoy informamos con una perspectiva cristiana, en todos los ámbitos del periodismo. Un gurpo de ellos trabajamos en elEconomista, en el que me aconsejó entrar cuando no era más que un nombre sobre el papel. Sé que, allá donde estés, seguirás nuestros, pasos, con la misma ilusión que nos viste nacer y nos animarás a tirar siempre para adelante. Gracias Manolo, por tu sincera y gran amistad.

Hacienda somos todos. El ministro del ramo, Cristóbal Montoro, conocedor del poder que tiene, se dispone a cuadrar el déficit con nuestra colaboración. Iba a bajar los impuestos en esta legislatura,pero ahora sabemos que la rebaja será gradual y probablemente se adentre en la próxima legislatura, aunque no hay garantía alguna de que Rajoy vaya a revalidar su victoria en las urnas. Además, como no se puede recortar más, Montoro decidió socializar el déficit eléctrico. Los 3.600 millones que debería asumir el Estado, los pagaremos ahora entre todos. El asunto ha provocado, de paso, tal tsunami en el sector, que casi nos suben el 11 por ciento la luz. Pero aquí no acaba todo. Hasta ahora creíamos que los malgastadores eran autonomías y ayuntamientos, pero ahora resulta que las autonomías cumplirán sus objetivos y el Estado cuadrará sus cuentas gracias…¡al superávit de las corporaciones locales! Feliz año nuevo…si Hacienda nos deja…en paz

Entre la marabunta de noticias diaria, pasa de puntillas la decisión de la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, de no presentarse a un tercer mandato. En realidad, es que no puede, porque en las pasadas elecciones de octubre su partido no sacó los votos suficientes para reformar las leyes para que pudiera optar a un tercer mandato. Mi primera reflexión, es que la expropiación de YPF, que ella jugó como una baza populista para ganar votos, no funcionó como ella pretendía. La segunda cuestión es cómo va a garantizar ahora el Gobierno argentino a Repsol el pago de los 5.000 millones que acordó en presencia del ministro de Industria, José Manuel Soria. El pacto consistía en un bono a diez años con un alto interés. Pero quién se fía de que el futuro Ejecutivo vaya a cumplir lo acordado. Lo más lógico es que todo termine en papel mojado.

Cada entrevista que leo del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, tengo mayores dudas de que vaya a bajar los impuestosen 2015, como prometió. De la última, publicada hoy, se desprende que quiere reducir las cargas a las clases bajas, que prácticamente no pagan impuesto del IRPF, y seguirá quitando deduccciones a las empresas, lo que se traducirá en una mayor subida del Impuesto de Sociedades. Ni una palabra de reducción de las cotizaciones sociales o de los gravámenes sobre el capital, que incrementó antes de la crisis. Además, hemos descubierto que la reducción de la carga impositiva se producirá en tres años. Es decir, que está prometiéndonos bajar los impuestos más allá de la etapa de gobierno de su partido, ya que las elecciones se celebrarán a finales de 2015. (Esto me recuerda a cuando Felipe González pedía 25 años para completar el proyecto socialista y con 12 tuvimos bastante) ¿Donde está la rebaja que promete? o ¿Qué garantías hay de que gobernará después de 2015? Ver para creer. Si la situación económica no mejora significativamente en 2014 va a tener muy poco margen para reducir el déficit, reformar la financiación autonómica como pretende y, además, bajar los impuestos.

El presidente de las eléctricas, Eduardo Montes, está como una pantera contra el Gobierno a juzgar por las declaraciones de esta mañana. Y no le falta razón, a juzgar por las declaraciones del ministro de Industria, Jose Manuel Soria, sobre el sector. Hablar de manipulación lleva automáticamente a pensar que las eléctricas se dedican a manejar los precios a su favor. La gente es muy desconfiada y hace bien, sobre todo, después de los sustos que nos dio la crisis. Por eso es necesario, como pide Montes, poner sobre la mesa cuanto antes los informes elaborados por el Gobierno para demostrar dónde estuvo el problema. Como contamos en elEconomista, desde el primer minuto, el problema no estuvo en las eléctricas, sino en los brokers que pujan por los futuros. Es urgente reformar el mecanismo de fijación del precio de la luz, la cuestión es que hay que respetar la economía de mercado, y la especulación es algo consustancial a éste. El Gobierno tiene la oportunidad de cambiar las cosas este viernes, aunque, en ocasiones, sea peor el remedio que la enfermedad. En elEconomista de este martes vamos a contar qué dicen estos informes sobre la manipulación del mercado y quiénes son los culpables. No se lo pierdan.