El conflicto de Panamá

Tengo la impresión de que la mayoría de la gente cree que el desaguisado del Canal de Panamá lo acabarán pagando los españoles. Hasta donde sabemos, esto no es así. ¿Por qué ha ido la ministra de Fomento, Ana Pastor, a negociar si se trata de un empresa privada?, me preguntan. Sacyr es privada, pero el Canal no, es del Gobierno de Panamá. Por tanto, está justificada la intervención de la ministra. Además, paralizar las obras compromete la imagen de marca de España, por lo tanto es necesario el apoyo del Gobierno. La cuestión es cual debe ser el papel de la ministra. Pastor debería mediar entre las dos partes para que lleguen a un acuerdo, pero no intervenir en las negociaciones, que son una opción exclusiva del Canal y Sacyr. La ministra de Fomento lo ha hecho hasta ahora muy bien. El problema que hubo en el acuerdo entre Repsol e YPF, por ejemplo, es que Soria negoció directamente en nombre de Repsol y logró un compromiso que es imposible de concretar por la falta de garantías del Gobierno argentino y que el consejo de Repsol no acaba de ver con buenos ojos. En el asunto de Panamá parece que las cosas se están haciendo de otra manera. Esperemos que  las negociaciones no se tuerzan.

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