Archivo de enero, 2013

Vibraciones positivas

10 de enero de 2013

Aunque la cifra de desempleo se acerque de manera inexorable hacia los seis millones de parados, el año ha comenzado con buen pie desde el punto de vista económico. La prima de riesgo se acerca al nivel de los trescientos puntos, el bono a diez años ya se paga por debajo del 5 por ciento y media docena de grandes empresas han comenzado a financiarse en los mercados internacionales a tipos razonables. Es evidente que la economía española está recuperando la confianza internacional perdida durante los últimos años. Aún es pronto, desgraciadamente, para lanzar las campanas al vuelo y asegurar que vamos a salir de la crisis. Una prueba más de este entorno positivo desde el punto de vista financiero es el alza de la bolsa en más del 5 por ciento desde que arrancó el año. Si este buen tono se confirma, en el segundo semestre se producirá una recuperación, como pronostica el Gobierno, ya que los mercados suelen adelantar entre seis meses y un año la marcha de la economía real. De momento, buenas vibraciones.

La trampa del presupuesto

3 de enero de 2013

El presupuesto de 2012 tenía una trampa que en elEconomista denunciamos nada más presentarse y que ahora se ha puesto de manifiesto: el déficit de la Seguridad social. Montoro puso que cerraría en equilibrio para cuadrar las cuentas, pero nadie lo creía. Al final, lo hará con un desajuste de alrededor del uno por ciento, más de 10.000 millones, debido a la caída de cotizaciones de la Seguridad Social y al incremento del seguro de desempleo en un porcentaje mayor del previsto. La buena noticia es que Hacienda logra contener el déficit en alrededor del 4,5 por ciento como prometió, pese al desvío en la Seguridad Social. Ahora se ve, porqué fue necesario reducir el incremento de las pensiones. Sin ese recorte hubiera sido imposible cumplir con el défict.

Un ajuste fiscal blandito

2 de enero de 2013

Me da risa ver el acuerdo presupuestario en Estados Unidos. Las dos medidas estrella son una subida de impuestos para los que ganan más de 450.000 dólares anuales y un incremento de dos puntos de la Seguridad Social para todos los trabajadores. Es cierto, que aún queda por decidir el recorte de gasto, probablemente en defensa y en las prestaciones sociales, sobre todo de atención sanitarias. Pero comparadas con las subidas de impuestos en España causan sorpresa. Aquí empezaron subiéndonos el IRPF a todos, más a los de mayor renta, luego vieno el IVA, después las tasas escolares y universitarias, luego el copago sanitario, amén de la luz, el transporte y el IBI o las nuevas tasas y retasas como las de basura, que se han inventado los ayuntamientos. En EEUU están preocupados porque un alza de impuestos frenaría su economía y eso que crecen al dos por ciento. En España se decrece al -1,4 y Merkel se empeña en hacernos creer que la única fórmula para salir del bache es recorte y más recorte o austeridad y más austeridad. A la vista de esto, creo que es fácil concluir que en el mundo siguen existiendo ciudadanos de primera y de segunda, es decir, nosotros, los españoles, portugueses, irlandeses y griegos.