Desde el burladero

Las decisión de Iberdrola de cortar un tercio las inversiones en España y de concentrar el grueso de su crecimiento futuro por culpa de la reforma eléctrica produce una cierta tristeza, pero es inevitable. La capacidad energética instala es en estos momentos el 20 por ciento superior a la necesitada y el déficit rondó los 4.000 millones de euros el pasado ejercicio, lo que apunta a la necesidad imperiosa de reducir a toda costa. Todos nos hemos tenido que ajustar el cinturón durante esta crisis. En los medios de comunicación, el que más cerca me toca, la caída de la difusión de la prensa supera el 25 por ciento y la publicidad de la prensa escrita ronda el 70 por ciento desde 2007. La diferencia con el sector eléctrrico, es que éste tiene aprobadas las ayudas a su producción en el BOE y suprimirlas contraviene a primera vista el ordenamiento jurídico y crea una inseguridad regulatoria de cara a los inversores. Zapatero dejó un país en ruina. Los españoles tuvimos que asumir 40.000 millones como mínimo para cerrar y reflotar el sector bancario y hay alrededor de otros 30.000 millones de déficit eléctrico acumulados en la última década, que hemos trasladado a la deuda. Es imposible poner fin a esta dinámica sin causar un estropicio en las empresas del sector eléctrico, como ocurrió en el bancario. No sé valorar si la tijera castiga más a una energía que a otras y, probablemente, muchas de las quejas lleven razón. Pero es evidente que es necesario poner fin al déficit. Otro asunto será si dentro de unos años, los tribunales dan la razón a las empresas y el Estado se ve obligado a devolverles lo que ahora les ha quitado.

El baile de ministros que la Prensa lleva anunciando está a punto de abrirse. No sólo porque Rajoy debe elegir en las próximas semanas su candidato para las elecciones europeas, también porque el titular de Economía, Luis de Guindos, ha pactado ya con los alemanes su apoyo para presidir el Eurogrupo. Europa gana un candidato que puede poner como ejemplo de la reforma bancaria ante el resto de países europeos y Rajoy logra un ministro que pueda exhibir ante Europa y ante sus electores como un ejemplo de su política económica. Naturalmente, no es que la reforma bancaria española sea el paradidma de la perfección, sobre todo teniendo en cuenta que nadie sabe cuánto nos costará finalmente la factura de rescate de los bancos y dado el desastre de gestión de la Sareb, pero ya se sabe que una cosa es la realidad pura y dura y otra cómo se percibe y se vende al sufrido ciudadano-contribuyente.

El Estado se quedó el año pasado al borde de cumplir su tope de deuda con 961.555 millones, equivalente al 94 por ciento del PIB. El minisro de Hacienda, Cristóbla Montoro, cumplió así con el tope marcado para el ejercicio, al igual que lo hará con el déficit público. Sin embargo, todo es una pequeña mentira. Desde noviembre Hacienda cerró el grifo de los pagos, para no llevarse sorpresas. Hay 8.000 millones de deuda a proveedores que deberían haberse desembolsado en 2013 y que lo han hecho en 2014, con lo que computará para este ejercicio, en lugar del pasado, como explica hoy elEconomista. Es verdad que Montoro ha progresado mucho en el cumplimineto de los objetivos de déficit y deuda y que ha salvado al país de la catástrofe al poner en marcha el plan de proveedores, pero seguimos incumplimiendo lo prometido, pese a que vendemos lo contrario. Todo sigue pendiente de hilo, pese a la aparente mejoría de la economía, y pendiente de que el crecimiento de la actividad vaya mejor de lo esperado. Crucemos los dedos porque así sea.

Si atendemos a lo publicado hoy por los periódicos, el acuerdo del Canal de Panamá está prácticamente concluido. La Autoridad del Canal (en adelante ACP) acepta la reivindicación más difícil, un nuevo calendario para devolver los más de 800 millones de dólares adelantados al consorcio constructor encabezado por la española Sacyr. Todo queda pendiente de la utilización de un aval de Zurich por unos 400 millones de dólares (290 millones de euros), que la propia aseguradora había ofrecido para desatascar las negociaciones. La conclusión de un acuerdo es una buena noticia para la marca España, ya que en círculos empresariales y diplomáticos ya se había comenzado a criticar la ‘informalidad’ de las grandes empresas españolas. Sacyr presentó una oferta tan ajustada, que la posible desviación de alrededor de 1.600 millones de dólares, puede acabar pasando factura a sus cuentas. El compromiso resuelve el problema de liquidez, pero no garantiza más dinero para la constructora, hasta que se pronuncien los órganos de arbitraje. La firmeza del Canal de Panamá para que se cumpla el contrato sin desviaciones es un ejemplo a seguir por las administraciones españolas en las adjudicaciones de obras públicas.

Coca Cola tiene un problema y gordo. A parte de que va a tener que cerrar el Instituto de la Felicidad que había creado para hacer campaña de su bebida, porque con miles de despidos y pingües beneficios, el sufrido consumidor no entiende donde está la chispa de esa felicidad que vende. Todas las grandes empresas, bancos, telefónicas, etc, que deciden reducir personal suelen ser generosos con sus empleados, ya que estas empresas disfrutan, en líneas generales de una posición privilegiada que les hace ganar más dinero que la mayoría.  Pero la embotelladora de Coca cola, que tiene el monopolio de  producir y distribuir esta genial bebida, optó por la racanería con sus trabajadores. El inconveniente es que para pagar el mínimo establecido de 20 días o un poco más, tiene que acogerse a uno de estos tres supuestos de la reforma laboral: causas económicas, tecnológicas o de reorganización industrial. Sólo puede optar por la última, pero es muy difícil que un juez les de la razón, por lo que al final tendrán que indemnizar por todo lo alto. Entonces, para qué este desgaste, con políticos, medios y consumidores en su contra. Cómo suele decirse, la estrategia de Coca Cola hace agua por todas partes.

El ICO anunció ayer que pone a disposición de pymes y autónomos una línea por 16.000 millones para impulsar la economía y la creación de empleo, el 15 por ciento más que el año pasado. La mayoría de estos préstamos, además, va dirigida a micropymes de menos de ocho trabajadores. El gran tejido empresarial de nuestro país, por desgracia. Es de agradecer que el banco público alargue estas líneas de asistencia, pero echo en falta un recorte de los tipos a los que presta. Los créditos se dan con más de cinco puntos sobre el euribor, lo que acerca el tipo de interés final a pagar al 7 por ciento. Una cuantía prohibitiva para competir en un entorno como el actual. Si gracias al descenso de la prima de riesgo, el Tesoro logra financiarse ahora mucho más barato que hace un año. ¿Por qué el Gobierno no traslada esta rebaja a los clientes del ICO? Eso si que sería una manera genuina de impulsar la economía.. Parece que seguirá habiendo clientes de primera y de segunda, las pymes y autónomos.

No sé si reírme o echarme a llorar. La baja progresiva de impuestos que ayer anunció el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, es de las peores noticias que podíamos esperar. Quiere decir que el Gobierno aún no se fía de la recuperación económica y tendrá que ir bajando impuestos a medida que mejoren las cosas. Ello quiere decir, también, que no se revertirá la subida de impuestos en esta legislatura, como adelantamos ya en elEconomista. Rajoy está pensando en reducir los gravámenes a las rentas de capital en sus próximos cuatro años de Gobierno. Ahora se concentrará en el Irpf y poco más. El problema es que ni él mismo sabe si seguirá.

El Fiscal de Cantabria estudia si Liberbank falseó el contrato del mardio de María Dolores de Cospedal, Ignacio López Hierro, quien cobraba algo más de 6.000 euros de esta entidad financiera, que el Estado tuvo que rescatar con miles de millones para salvarlo de la ruina. Hay que dejar trabajar a la Justicia. Pero fue curioso ver como la actual presidenta de Castilla-La Mancha pasó de atacar a Liberbank y a decir que le exigiría cuentas cuando llegar al poder por la absorción de la antigua Caja Castilla-La Mancha, al más absoluto silencio. Cospedal se olvidó de los cargos contra el banco cuando accedió a la presidencia, nunca más se supo de su exigencias. El Fiscal tenga quizá una materia nueva de estudio.

Es una pena que la Comunidad de Madrid haya tirado la toalla en la defensa de la gestión privada para la sanidad pública. Está demostrado que funciona de manera muy eficaz en los hospitales donde se aplica. El problema es que el consejero de Sanidad intentó que los empleados públicos de otros hospitales se pasaran al sector privado, en el que las condiciones horarias y laborales son más exigentes. El rodillo sindical y los intereses de la asociación de médicos, en mano de un presidente prosocialista, se encargó de derribar a un consejero novato, como Javier Fernández-Lasquetty, que pecó de ingenuidad y bisoñez. Los proximidad de las elecciones autonómicas y los problemas personales y políticos del presidente Ignacio González han hecho el resto.

La firmeza de Rajoy con respecto a Cataluña sorprende un poco.  En la entrevista en A3 dijo que tenía un plan, espero que no sea este, porque ir a Cataluña a proclamar  que no se separarán es como mentar la soga en casa del ahorcado. Sería más prudente tender la mano. El PP no quiere perder votos por la derecha ante la aparición de Vox y se ha lanzado de nuevo al monte. Por lo demás, Rajoy dijo lo obvio. Es difícil que los catalanes se separen antes de 2015 que termina su mandato. La estrategia de Mas es precisamente esa, alargar el conflicto hasta las elecciones generales, para negociar con un Gobierno probablemente sin mayoría absoluta y más debilitado. Por eso, quizá están tan nerviosos en el Gobierno.