Coca Cola hace agua

Coca Cola tiene un problema y gordo. A parte de que va a tener que cerrar el Instituto de la Felicidad que había creado para hacer campaña de su bebida, porque con miles de despidos y pingües beneficios, el sufrido consumidor no entiende donde está la chispa de esa felicidad que vende. Todas las grandes empresas, bancos, telefónicas, etc, que deciden reducir personal suelen ser generosos con sus empleados, ya que estas empresas disfrutan, en líneas generales de una posición privilegiada que les hace ganar más dinero que la mayoría.  Pero la embotelladora de Coca cola, que tiene el monopolio de  producir y distribuir esta genial bebida, optó por la racanería con sus trabajadores. El inconveniente es que para pagar el mínimo establecido de 20 días o un poco más, tiene que acogerse a uno de estos tres supuestos de la reforma laboral: causas económicas, tecnológicas o de reorganización industrial. Sólo puede optar por la última, pero es muy difícil que un juez les de la razón, por lo que al final tendrán que indemnizar por todo lo alto. Entonces, para qué este desgaste, con políticos, medios y consumidores en su contra. Cómo suele decirse, la estrategia de Coca Cola hace agua por todas partes.

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