Archivo de abril, 2011

¿Quien es el siguiente?

7 de abril de 2011

El rescate de Portugal era algo descontado desde hace tiempo por los mercados. Afortunadamente, éstos no nos incluyen en el mismo saco. La ayuda de la UE al país vecino coincide con un descenso de nuestra prima de riesgo, el ya conocido como marcapasos de Zapatero, que confirma que España está libre de riesgo, como asegura la vicepresidenta Salgado. Creo que el anuncio de la marcha de Zapatero está ayudando a esta estabilidad. El mensaje es que las cosas irán bien si seguimos aplicándonos en la reducción de nuestro déficit y en la consecución de una reforma del mercado laboral. Todo va por buen camino. En estos momentos, el frente financiero es el que genera mayores incertidumbres. En cualquier momento, pueden darnos un susto, como ocurre con la CAM. elEconomista daba cuenta esta semana de los problemas también en Banca Cívica, que vendió a bombo y platillo la apertura de una sede en EEUU, y ha tenido que retirarse de este mercado, a la par que mantiene el megaproyecto de construir por 300 millones una megatorre en Sevilla, en honor del presidente de Cajasol -socio de Banca Cívica-, Antonio Pulido. Hay que acabar con estas incertidumbres, nos jugamos demasiado. El Banco de España debería intervenir las alianzas o SIP que no son viables antes de que estallen los problemas y todos conocemos cuales son. Luego que no nos venga el gobernador, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, con que se debería haber actuado antes. Ahora tiene la oportunidad de hacerlo. De esa manera, podremos decir con la cabeza bien alta que no somos el siguiente.

El fiasco del gobernador

5 de abril de 2011

elEconomista fue el primer periódico en denunciar que la reforma de las cajas de ahorros propuesta por Miguel Ángel Fernández Ordóñez es un fiasco de proporciones bíblicas. Otros medios nos han seguido y la opinión pública empieza a ser consciente de que la reforma de las cajas está haciéndose a destiempo y mal. Hasta tal punto, que muchos piensan que el prestigio acreditado por el Banco de España se lo va a cargar en sólo unos años. Como Ordóñez no quiere cargar con las culpas, ayer responsabilizó a los gobiernos del ‘boom’ económico por no haber reformado la ley de cajas, que hubiera permitido su privatización. En lugar de tomar decisiones, sólo se le ocurre echar balones fuera. La Caja de Ahorros del Mediterráneo va a tener que ser intervenida porque Emilio Botín ya no la quiere sino es regalada y con un esquema de garantías por si tiene gusanos dentro y no hay más compradores. Hay otros dos grupos de cajas con graves dificultades y hoy se conoce que Banca Cívica ha tenido que paralizar su proyecto estrella en EEUU porque la Reserva Federal no lo autoriza, del que esperaba obtener 300.000 clientes en cinco años. Ordóñez debería coger el toro por los cuernos, empezar a intervenir y reconocer de una vez la verdadera dimensión del problema, en lugar de seguir ocultándolo. Con ello no consigue más que la bola de nieve de falsesadades que ha creado siga engordando.

El presidente antireforma

3 de abril de 2011

Hace ya unos días que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció su decisión de marcharse y comienzan a conocerse los análisis de su decisión. Él lo atribuye a motivos familiares y a la necesidad de tener las manos libres para emprender las reformas que España necesita. La primera es la excusa usada por la mayoría. Puede ser que a Sonsoles no le guste Moncloa, pero si las encuestas no fueran tan negativas, le auguro otra temporadita entre las cuatro paredes del palacio presidencial. El de las reformas es un argumento contradictorio. No conozco ningún presidente que haya tenido que irse para hacer reformas. Aznar las hizo y el electorado le premió. Más bien, la lectura en este caso es la contraria, se va por no haber hecho a tiempo lo que debía. Las reformas son impopulares al principio, pero luego el público lo apoya porque la economía mejora y con ellas el empleo. Es como las obras, causan muchas molestias, pero luego se agradecen. Seamos, sinceros, Zapatero no tiene tiempo para emprender los cambios económicos que este país necesita. Y menos con tanta cita electoral y primarias por medio. Por otro lado, si enoja a los votantes, el candidato socialista que salga se amenazará con rectificaar cuando gobierne, es decir, puede desautorizarlo. Además, con excepción de unos leves cambios en los convenios colectivos para dotarlos de mayor flexibilidad, no quedan muchas más reformas en su calendario. Ayer dió una lista de 21 materias por actuar, pero la mayoría son cosas que lleva arrastrando desde comienzos de legislatura. Zapatero tendrá menos autoridad que nunca para emprender cambios de calado y, por tanto, si se marcha es porque la presión interna de su partido no le permitía ya seguir. Para más Inri, se ha reservado la secretaría general del PSOE hasta el final de la lelislatura para poder controlar primero las primarias y luego el congreso que elija a su sucesor. Zapatero quiere controlar el postzapaterismo. ¿No me digan que eso es marcharse por motivos familiares y para acometer reformas?

El fracaso del gobernador

1 de abril de 2011

La caída de la Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) representa el último ejemplo de las dificultades por las que atraviesa el sector financiero nacional. El gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, se verá abocado este fin de semana a intervenir la entidad alicantina si no logra un acuerdo para que se la quede el Santander, como a él le gustaría. Se trata del mismo gobernador que desmintió a elEconomista porque dijo que había varias cajas en quiebra o que hace tres meses aseguró que el mapa financiero había quedado completamente arreglado. Primero intervino Caja de Castilla-La Mancha, después tuvo que colocar CajaSur a toda prisa y ahora tiene graves problemas con CAM. Hay otros dos grupos en dificultades (CatalunyaCaixa y NovaCaixaGalicia) cuya entrada del Frob equivale sólo a una solución temporal. La estrategia consiste en aguantar hasta que no se pueda más por si la economía mejora. Esta sensación de provisionalidad es lo que mantiene desconfiados a los mercados.