El fiasco del gobernador

elEconomista fue el primer periódico en denunciar que la reforma de las cajas de ahorros propuesta por Miguel Ángel Fernández Ordóñez es un fiasco de proporciones bíblicas. Otros medios nos han seguido y la opinión pública empieza a ser consciente de que la reforma de las cajas está haciéndose a destiempo y mal. Hasta tal punto, que muchos piensan que el prestigio acreditado por el Banco de España se lo va a cargar en sólo unos años. Como Ordóñez no quiere cargar con las culpas, ayer responsabilizó a los gobiernos del ‘boom’ económico por no haber reformado la ley de cajas, que hubiera permitido su privatización. En lugar de tomar decisiones, sólo se le ocurre echar balones fuera. La Caja de Ahorros del Mediterráneo va a tener que ser intervenida porque Emilio Botín ya no la quiere sino es regalada y con un esquema de garantías por si tiene gusanos dentro y no hay más compradores. Hay otros dos grupos de cajas con graves dificultades y hoy se conoce que Banca Cívica ha tenido que paralizar su proyecto estrella en EEUU porque la Reserva Federal no lo autoriza, del que esperaba obtener 300.000 clientes en cinco años. Ordóñez debería coger el toro por los cuernos, empezar a intervenir y reconocer de una vez la verdadera dimensión del problema, en lugar de seguir ocultándolo. Con ello no consigue más que la bola de nieve de falsesadades que ha creado siga engordando.

Los comentarios están cerrados.