Desde el burladero

Es sorprendente el giro que han dado varios medios situados en el espectro del centro derecha en defensa de los controladores. Han pasado de aplaudir la firme intervención del Gobierno para poner fin en 24 horas al plante incontrolado, a comenzar a exigir explicaciones de porqué no se habían tomado medidas con anterioridad. No sólo se asegura con rotundidad que Zapatero no viajó a la cumbre latinoamericana porque sabía del posible conflicto, sino que además se reprocha al ministro de Fomento, José Blanco, que quiso dar un golpe de ordeno y mando con la militarización. Pero lo más ridículo de todo es que se llega a atribuir todo a una campaña planificada cuidadosamente por el vicepresidente primero y ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba. Esto sí que es es una barbaridad. El Gobierno pudo haber solucionado antes el conflicto, pero ante el abandono masivo de los controladores de sus puestos de trabajo hizo bien en aplicar mano dura, aunque fuera bordeando los límites constitucionales. Si no lo hubiera hecho, ahora estaríamos todos criticándole de manera furibunda.

La última exclusiva de wikileaks sobre España, muestra como empresas como Repsol, Santander o Sabadell cerraron sus operaciones en Irán por indicación del Gobierno estadounidense entre 2008 y 2009. Si se siguen las operaciones económicas de estas sociedades, puede comprobarse fácilmente como, posteriormente, Sabadell pudo comprar el americano Mellon National Bank; Santander ha proseguido su crecimiento americano con la posible adquisición de M&T, mientras que Repsol ha logrado importantes adjudicaciones de exploraciones en la zona del golfo de México. Pero lo más sorprendente no es lo acontecido en estas compañías, sino que el anterior subgobernador del Banco de España, José Viñals, quien fue el encargado de interceder ante los bancos españoles, ocupe en la actualidad un alto cargo en el Fondo Monetario Internacional (FMI). Viñals ya estaba enfrentado en esos momentos al gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, quien probablemente estaría pensando en sustituirle. El directivo sorprendió al conseguir en los momentos más tensos este lucrativo puesto en la institución internacional. Probablemente, el amigo americano no fue ajeno a su destino, como al de las inversiones españolas en EEUU.

Zapatero sacó ayer pecho por la actuación del Gobierno en el caos de los controladores, lo que nadie habla es la repercusión que el caos aéreo puede tener sobre Aena. Los controladores abandonaros sus puestos de trabajo y son responsables de los daños causados, pero ellos no van a hacer frente a las indemnizaciones. Tendrá que ser Aena, como responsable subsidiaria, la que tenga que afrontar los pagos. Es decir, que la empresa, con una deuda de alrededor de 11.000 millones deberá sumar otros 500 millones como una contingencia ante las reclamaciones. Eso sí, cuando los jueces resuelvan, probablemente hayan pasado una decena de años.

Zapatero ha sacado pecho, con ocasión de los festejos del Día de la Constitución, por haber resuelto el conflicto de los controladores en 24 horas. Lo cierto es que, aunque Blanco tuvo la falta de delicadeza de empeorar las condiciones de trabajo de los controladores justo en las vísperas del Puente, la respuesta de este colectivo fue bárbara y desproporcionada. La respuesta del Gobierno resultó, por contra, contundente y acertada. Rajoy, de vacaciones en Canarias, ha quedado una vez más fuera de juego. Nadie puede entender que, en privado, recomendara a Zapatero, según desveló ayer éste, mano dura y luego él y sus portavoces se hayan dedicado a criticarlo porque no había dado la cara directamente. Una estupidez. Como ayer explicó el presidente, con ello pretendía sólo graduar la importancia del conflicto. La comparecencia de Zapatero cuando se cerró el espacio aéreo hubiera creado un estado de inquietud añadido en el ánimo de los ciudadanos. El presidente puede presumir de haber resuelto con rapidez el bloqueo de los aeropuertos. Yo le pediría, que, por favor, aplique esta agilidad a la resolución de la crisis económica. Los mercados dejarían de atacarnos inmediatamente. Quizá haya aprendido una lección.

La manipulación de los controladores es tal, que el sindicato Usca emite un comunicado en el que insta a los trabajadores a reincorporarse a los puestos de trabajo, cuando es evidente que se trata de un paro organizado, en el que están detrás. Deben de pensar que la opinión pública somos idiotas. Zapatero y Blanco han estado, en esta ocasión, muy ágiles. La militarización es una iniciativa para situaciones de urgencia como la que se vivió en los aeropuertos españoles. Los que desobedezcan las órdenes se enfrenta a once años de penas de cárcel. No se puede dejar a millones de ciudadanos sin vacaciones e irse a casa de rositas, como si no hubiera pasado nada.

Zapatero ha culminado una semana gloriosa. Comenzó el jueves anunciando la privatización parcial de Loterías y Aena, así como la supresión de la cuota de las cámaras y una pequeña rebaja fiscal de las pymes, y terminó ayer con un alza de impuestos al tabaco y la promesa de que acelerará la reforma de las pensiones. Se trata de medidas insuficientes, sobre todo porque no implican reformas de calado destinadas a cambiar el rumbo de la economía española, pero que por lo menos demuestran que reacciona. El presidente ha aprendido de Sócrates, su homólogo portugués, que ha acabado asumiendo parte de las reformas que defendía la oposición, con lo que ha dejado fuera de juego a ésta. La prueba de que esto comienza a ser así es que ayer el portavoz económico de la oposición, Cristóbal Montoro, criticó las privatizaciones de Zapatero, cuando el PP fue el que las puso en marcha en la mayoría de empresas públicas durane la pasada legislatura.

El presidente del Gobierno debe de estar muy asustao o ha recibido un nuevo toque de su amigo Obama, porque el sábado salió del encuentro con los 37 empresarios más importantes de este país diciendo que no habría nuevas reformas, sino una aceleración de las prometidas. Ayer dio a conocer un batería de iniciativas, en parte conocidas -la privatización de Aena o Loterías-, y que van en la buena dirección. Véase la rebaja del impuesto de sociedades para las pymes, las más castigadas por la crisis o la supresión de la cuota cameral, la mitad de las Cámaras son dirigidas por la misma persona de la patronal, con lo que carecía de sentido mantenerla. Por supuesto, lo ha hecho presionado por esos mercados de los que él presume no hacer caso. Pero eso qué más da. Lo importante es que reacciona.