Desde el burladero

En Portugal hay un dicho que dice que lo que no es del Estado es del Espíritu Santo, me refiero al Banco Espíritu Santo (BES), en España conocido por sus patrocinios de Ronaldo. Hace unos años tuve la oportunidad de conocer de primera mano el conglomerado financiero portugués en una visita, en la que pude conversar con sus principales directivos y propietarios. Me quedé impresionado del grupo empresarial montado alrededor de la entidad financiera, que incluye desde negocios de minería a extensos terrenos de cultivo en Angola o Brasil. Son los problemas precisamente de este grupo no bancario los que arrastran ahora a la primer entidad financiera al precipicio. A ello se añaden las guerras de familia entre dos conocidos primos por el control de la entidad. El resultado es que grupo ha perdido en los últimos meses casi el noventa por ciento de su valor en bolsa y el agujero parece no tener fin. En estas circunstancias, lo más probable es que el Estado portugués tenga que tomar el control de la entidad financiera o pedir ayuda a Europa, como hizo nuestro país. El problema es el lío que se puede crear en los mercados, si no se sabe explicar bien, por el riesgo de contagio a otras entidades portuguesas.