- 28/09/2021, 20:33
El cupón del bono de EEUU a 10 años supera el 1,5% y recupera niveles propios de hace tres meses, cuando los inversores ignoraban la hoja de ruta de la Fed para reducir estímulos.
El cupón del bono de EEUU a 10 años supera el 1,5% y recupera niveles propios de hace tres meses, cuando los inversores ignoraban la hoja de ruta de la Fed para reducir estímulos.
La economía española vive un momento dulce, si no es por los elevados precios al consumo, que encarecen los costes y restan poder adquisitivo a los ciudadanos. Las exportaciones están en récord al igual que la producción industrial, la compraventa de viviendas o el crecimiento. En este último capítulo, tanto la OCDE como el Banco de España revisaron esta semana sus previsiones al alza para este año y el que viene. España se situará a la cabeza de los países en desarrollo en crecimiento, pese al patinazo del segundo trimestre que mermará un punto a las previsiones. Hasta la creación de empleo, con más de 400.000 puestos de trabajo en lo que va de año, marcha mejor de lo esperado. La vicepresidenta primera, Nadia Calviño, saca pecho y asegura que concluiremos 2021 con una tasa de actividad similar a la de antes de la pandemia, eso sí, medida de un día para otro. El crecimiento en un instante, una métrica insólita que muestra lo que es capaz la propaganda oficial.
Lo que ocurra (o no) en las próximas dos semanas podría acabar definiendo la presidencia de Joe Biden en Estados Unidos. El Congreso tiene que aprobar una resolución de gastos antes de finales de este mes para evitar un cierre parcial del gobierno y si no eleva pronto el techo de la deuda se produciría una crisis más grave a finales de octubre, que podría llevar en última instancia al impago.
La resaca dejada por la reunión del Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) puso de manifiesto la entente implícita entre el banco central estadounidense y el mercado. Con la inminente reducción de las compras de deuda, algo también conocido como tapering, Jerome Powell y el resto de funcionarios de la autoridad monetaria han sensibilizado a los inversores sobre la posibilidad cada vez más real de que la primera subida de tasas llegue tan pronto como el próximo año.
En su último Resumen de Proyecciones Económicas (SEP, por sus siglas en inglés), los altos funcionarios de la Reserva Federal presentaron notables revisiones tanto de las perspectivas económicas a corto como a medio plazo. En la trayectoria más inmediata, la mediana de las previsiones de crecimiento se revisó a la baja, mientras que las previsiones de inflación se revisaron al alza. Un contexto que, sin embargo, no implica, ni mucho menos, el acecho de la estanflación.
La reunión del Comité Federal de Mercados Abiertos de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) puso de manifiesto el hervidero de divisiones que se cuecen actualmente en el seno del banco central de Estados Unidos. Donde parece haber consenso es en el progreso experimentado por la economía patria hacia los dos mandatos de la institución, el pleno empleo y la estabilidad de los precios.
El Comité Federal de Mercados Abiertos de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) culminó su reunión de dos días este miércoles anticipando la próxima llegada del comienzo en su reducción de compras de deuda, un proceso conocido en la jerga financiera como “tapering”.
La sólida recuperación económica en la primera parte de este año se está desvaneciendo poco a poco para dar paso a un crecimiento real mucho más lento y a un aumento de la inflación muy por encima del objetivo del 2% de los bancos centrales, debido a los efectos de la variante Delta, los cuellos de botella de la oferta tanto en los mercados de bienes como en los de trabajo, y la escasez de algunos productos básicos, insumos intermedios y bienes finales.
Alan Blinder militó como segundo de a bordo de la Reserva Federal bajo la era de Alan Greenspan. Como vicegobernador del banco central de EEUU entre 1994 y 1996 trajo consigo múltiples puntos de fricción, dada su blanda trayectoria en lo que a la inflación respecta. Sin embargo, este profesor de Economía de la Universidad de Princeton marca de nuevo la pauta con su visión sobre las presiones inflacionistas. De hecho, en el último simposio virtual de Jackson Hole (Wyoming) se presentó un documento que rememoró y reforzó su opinión en la década de los años 80 de que el alto desempleo es un factor más significativo que el aumento de los precios.
Decía Steve Jobs que "si usted quiere que todos estén contentos, no sea un líder, venda helados". La política monetaria de los bancos centrales, tanto la Reserva Federal (FED) como el Banco Central Europeo (BCE), ha seguido esa idea e incluso ha ido más allá: ha regalado los helados bajo inyecciones presupuestarias y monetarias sin precedentes. Pero como nada es gratis, se sospecha que pronto va a empezar a cobrar por ello bajo el pretexto de la subida de la inflación, la moneda de pago y la retirada de estímulos. Y entonces, la simpatía de ambos se va a resentir. Pero la situación de Estados Unidos difiere notablemente de la europea.
El equipo de estrategas de Bank of America, abanderado por Ohsung Kwon, advierte en una nota distribuida entre sus clientes sobre las inquietantes similitudes entre el contexto actual y el que hace tres años llevó a una rápida caída del mercado del 20%.
La reunión del Comité de Mercados Abiertos de la Reserva Federal (FOMC, por sus siglas en inglés) tendrá chicha. Por un lado, el lenguaje de la declaración final que se publicará este miércoles sufrirá cambios que acercarán el comienzo de la reducción en la compra de deuda. Por otro, la actualización del cuadro económico y el diagrama de puntos (también conocido como dot-plot) extenderá sus proyecciones hasta 2024, cuando los altos funcionarios del banco central de Estados Unidos esperan que el precio del dinero alcance un rango del 1,625%
El presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), Jerome Powell, ha ordenado que se lleve a cabo una revisión del código ético del banco central después de que en los últimos días se hayan conocido las multimillonarias transacciones en Bolsa que realizaron el año pasado varios de sus altos cargos.
Maurice Obstfeld, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional y antiguo miembro del Consejo de Asesores Económicos bajo la Administración de Barack Obama, fue uno de los ponentes durante la última conferencia virtual de Jackson Hole (Wyoming) organizada por la Reserva Federal de Kansas City. Durante una conversación con elEconomista, este profesor de Economía en la Universidad de Berkeley avisa de que "los tipos de interés en Estados Unidos subirán en 2022, mucho antes que en Europa, donde las expectativas de inflación siguen estando mucho más contenidas".
Todos los sitios tienen un Elm Street, aseguraba Freddy Krueger en la cinta dirigida por Wes Craven en 1984. Es cierto que si bien las mesas de inversión no enfrentan el acecho de un fantasma vengativo, también sufren su particular pesadilla durante el mes en que nos encontramos. No es para menos. La desaceleración económica, la pandemia, el potencial tapering así como un potencial cierre del Gobierno o un impago de la deuda estadounidense son algunos de los desafíos más inmediatos.
Los mercados están mirando de reojo al dato de inflación de EEUU que se publicará este martes. Tras el 'tropezón' que sufrieron las bolsas el viernes, cada vez parece más evidente el miedo que existe en el mercado a una inflación más alta, que obligue a la banca central a 'retirar el ponche' antes de lo previsto, aguando la fiesta de los mercados. La Fed, el BCE o el BoE empiezan a reconocer que la inflación podría ser más 'pegajosa' de lo que creían.
Poco antes del simposio anual del Banco de la Reserva Federal de Kansas City efectuado el mes pasado en Jackson Hole, Wyoming, el foco de la discusión era si quizá la política monetaria debía volverse más restrictiva para frenar el alza de la inflación en Estados Unidos. Al sugerir que primero se reduciría la compra de activos y que mucho después se aumentarían los tipos de interés, el presidente de la Fed, Jerome Powell, planteó la conversación en términos de cómo dicha política debería volverse más restrictiva.
Desde hace casi una década, los bancos centrales de todo el mundo tienen su atención puesta en el bitcoin, la criptomoneda original que nació para revolucionar el sistema monetario y financiero. Tras la adopción por unos pocos en sus primeros años, su popularidad -y la de sus homólogos- lo ha convertido en un fenómeno mundial que capitaliza 2,2 billones de dólares, aproximadamente el doble del PIB de España.
Malos vientos desde América. La coyuntura norteamericana ha entrado en una espiral que amenaza con extenderse al resto de economías desarrolladas. El mantenimiento de las políticas expansivas, el shock en la oferta, la inflación y la pérdida de tracción en la recuperación son las cuatro amenazas que preocupan ya a los analistas en Washington, que cada vez ven más cerca un escenario de estanflación. Una situación de la que muchos ya alertaron debido a la coyuntura de subida de precios mientras se produce un estancamiento de la economía y el ritmo de la inflación no cede.
Tras la decepción dejada atrás por el dato de empleo de agosto, varios altos funcionarios de la Reserva Federal comenzaron a ofrecer su veredicto sobre el impacto que esto tendrá en los planes de reducción de estímulos que baraja el banco central de Estados Unidos.
El dato de creación de empleo en EEUU de la pasada semana puede haber dejado a la mayor economía del mundo un poquito más cerca de la estanflación. La creación neta de puestos de trabajo estuvo muy por debajo de lo esperado, pero los salarios siguieron creciendo a un ritmo fuerte, sobre todo para los trabajadores de los sectores peor remunerados. Esta combinación en el mercado laboral puede ser el reflejo de una economía cuyo crecimiento real se está ralentizando, mientras que los precios aceleran. Este fenómeno se llama estanflación.
En su informe semanal de flujos de capital, Michael Hartnett, el estratega jefe de inversión de Bank of America (BofA), vuelve a alertar sobre los riesgos de una creciente burbuja alimentada por la política ultraacomodaticia de la Reserva Federal. Además manifiesta que la economía mundial se encuentra "inequívocamente" en un escenario de estanflación.
Las bolsas de Europa terminan la semana con mal sabor de boca. Las ventas se han impuesto este viernes en la recta final del día. ¿El motivo? Las cifras de empleo en Estados Unidos del pasado mes, las cuales se han quedado por debajo de las esperadas y, por tanto, aumentan la incertidumbre sobre la retirada de estímulos (o tapering) por parte de la Fed. En España, el Ibex 35 termina la semana perdiendo los 8.900 puntos y con una caída del 0,65% respecto al pasado viernes. La caída de hoy ha sido del 1,31%, la más dura de Europa con el sector turístico cayendo hasta un 3%.
El empleo aumentó en tan solo 235.000 puestos de trabajo durante el mes de agosto en Estados Unidos mientras la tasa de desempleo se redujo en 0,2 puntos porcentuales, hasta el 5,2%, según informó hoy la Oficina de Estadísticas Laborales del país. Las revisiones al alza de junio y julio resultaron en una suma combinada de 134.000 nóminas más de lo que se había informado anteriormente. El consenso esperaba una creación de al menos 700.000 puestos de trabajo.
El mercado cotiza este viernes el dato de empleo en agosto en Estados Unidos, que los expertos consideran que marcará las expectativas sobre la aproximación al tapering (retirada de estímulos) de la Fed.
La crisis actual nos va a dejar de herencia unos niveles de deuda de gobiernos muy elevados. Desde el año 2009 los bancos centrales han convertido mecanismos no convencionales en convencionales situando los tipos en niveles nunca vistos, en el caso de Europa situándonos mas allá incluso que Japón.
La amenaza de la variante Delta a la recuperación económica, los síntomas de desaceleración en China o la tensión geopolítica en Afganistán no han sido argumentos suficientes para evitar un agosto positivo en los parqués, donde ha pesado más el efecto Jackson Hole, después de que el presidente de la Fed de EEUU, Jerome Powell, desligase el inicio del tapering (retirada de estímulos) de futuras subidas de los tipos de interés, alejando la amenaza de corrección en las bolsas.
Las palabras del presidente de la Fed, Jerome Powell, garantizando una retirada de estímulos muy pautada en EEUU contribuyen sin duda a insuflar tranquilidad en bolsa.
Las bolsas de Europa cuentan con el apoyo de Wall Street para el denominado desde Ecotrader como "último latigazo alcista". "Como venimos reiterando, esperamos subidas del Nasdaq 100 hacia la zona de los 15.700/15.850 puntos, escenario que está tomando cuerpo, y salvo sorpresas todo apunta a que así sucederá en próximas sesiones", explica Carlos Almarza, analista del portal de estrategias de inversión de elEconomista.
El S&P 500 inicia la semana en máximos históricos después de que el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, adelantase el pasado viernes que la retirada de los estímulos comenzará este año. Eso sí, dejó un amplio margen de maniobra y trazó una clara diferencia entre la reducción de las compras de deuda y la próxima subida de tipos de interés.