
En su informe semanal de flujos de capital, Michael Hartnett, el estratega jefe de inversión de Bank of America (BofA), vuelve a alertar sobre los riesgos de una creciente burbuja alimentada por la política ultraacomodaticia de la Reserva Federal. Además manifiesta que la economía mundial se encuentra "inequívocamente" en un escenario de estanflación.
En este sentido señala cómo el mercado está negociando la desaceleración del crecimiento en la segunda mitad del año asumiendo que ésta será transitoria. De no ser así, los inversores descuentan que "no habrá reducción en el programa de compra de deuda" y que la "era de liquidez infinita de los bancos centrales continuará a pesar del aumento de la inflación". Hartnett hace mención, por ejemplo, al índice de precios de producción europeo, que acumula una subida interanual del 12,1%, la más alta desde la década de 1970.
"El riesgo de que la burbuja inducida por la Reserva Federal siga creciendo en ausencia de más de un millón de nóminas y un paquete fiscal de reconciliación de más de 3 billones de dólares", asegura.
Al mismo tiempo menciona que, en lo que al consumo se refiere, la transferencia de 1,9 billones de dólares del gobierno a los hogares en los últimos 18 meses terminará en las próximas semanas. El endurecimiento fiscal, en el que no solo expiran la ayudas adicionales por desempleo sino también la moratoria de los desahucios a este lado del Atlántico, resultará en la disminución de la renta disponible.
Esto, junto con la variante Delta y la inflación, "son los culpables del debilitamiento de la confianza y el gasto de los consumidores en EEUU", según el estratega de BofA, quien menciona que las ventas reales al por menor han sido negativas en los últimos meses y las ventas de automóviles han bajado un 14% en su tasa interanual.
Hartnett también hace hincapié en los 5.300 millones de vacunas administradas en lo que llevamos de año, que según afirma "no han servido para impulsar la reapertura ni los rendimientos de los bonos en los últimos meses".
Durante la semana pasada, los inversores se volcaron en activos que se perciben como rentables por la ralentización del crecimiento y el aumento de la inflación, según el resumen de BofA, en el que los valores tecnológicos registraron sus mayores entradas en seis meses y las grandes salidas de la deuda pública estadounidense.
Con 2.500 millones de dólares, las acciones tecnológicas registraron las mayores entradas desde marzo de 2021, mientras que las salidas de los bonos del Tesoro estadounidense aumentaron hasta los 1.300 millones de dólares en la semana -su máximo desde febrero de 2021-, ya que las operaciones de "estanflación" cobraron impulso.
La renta variable de los mercados emergentes disfrutó de entradas de 4.400 millones de dólares, según los datos de BofA. Los clientes privados del banco de inversión estadounidense, que poseen 3,2 billones de dólares en activos, aumentaron su asignación a las acciones hasta un nuevo máximo histórico del 65,2%, pero recortaron los bonos hasta un mínimo histórico del 17,7%.
La estanflación se caracteriza por un crecimiento débil y una inflación persistentemente alta. Suele considerarse como un periodo especialmente vicioso del ciclo económico, en el que muy pocas clases de activos se comportan bien.
El indicador alcista y bajista del banco se mantuvo muy por debajo de los máximos de febrero, ya que el descenso de los rendimientos de los bonos y la menor exuberancia de las entradas de acciones mundiales pesan sobre el sentimiento del mercado. En cuanto a los hitos notables, BofA indicó que el mercado bursátil estadounidense registra ya 53 máximos de cierre en 2021, la quinta mayor cantidad en los últimos 100 años. Los cuatro episodios anteriores fueron seguidos de fuertes caídas del mercado.