Divisas
- 02/12/2022, 07:00
El receso del dólar estadounidense en las últimas jornadas ha favorecido el repunte de las monedas más negociadas del planeta contra la divisa norteamericana.
El receso del dólar estadounidense en las últimas jornadas ha favorecido el repunte de las monedas más negociadas del planeta contra la divisa norteamericana.
El Libro Beige de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, documento que proporciona una evaluación de la economía detallada por los 12 bancos centrales regionales estadounidenses con información recopilada entre el 8 de octubre y el 23 de noviembre, ha indicado que la economía del país se estancó durante esas semanas.
Hace ya un mes de que el dato de inflación de Estados Unidos servía de resorte para un fuerte rebote de las bolsas mundiales. En los próximos días es el turno de Europa, y de la primera cifra que aporte sobre la evolución de los precios en noviembre dependerá que las bolsas tengan un último arreón este año o, por el contrario, que la decepción sea vista como un paso atrás y el mercado recule toda o parte de la gran subida protagonizada en los últimos días.
En las últimas semanas muchos inversores han estado muy atentos a lo que se ha llamado el "pivot [cambio]" de la política monetaria de la Reserva Federal, el momento en el que el ritmo de subidas de tipos pasará de ser de 75 puntos básicos a 50 puntos básicos.
Este miércoles se conocieron las actas de la reunión de la Fed de principios de noviembre en la que se decretó la cuarta subida seguida de tipos en 75 puntos básicos hasta el rango 3,75%-4%. Aunque la transcripción de la discusión de los miembros del FOMC (Comité Federal de Mercado Abierto, el que vota la variación de tipos) dejó su habitual mensaje vago, el mercado las interpretó en sentido dovish. Según recalcan desde ING, hubo dos frases clave:
Los miembros de la Reserva Federal en su reunión a principios de este mes concluyeron que pronto sería apropiado reducir el ritmo de los aumentos de los tipos, lo que indica que el banco central se inclinaba a reducir la marcha a un aumento de 50 puntos básicos en diciembre. Así ha quedado reflejado en las actas de la última reunión de la institución monetaria.
La Reserva Federal de Estados Unidos echó por tierra las aspiraciones de aquellos que contaban con divisar el final del camino de las subidas de tipos de interés. Puede que a partir de ahora no se vean incrementos del precio del dinero tan drásticos como en lo que va de 2022 en las principales economías del mundo, pero el horizonte de los bancos centrales se ha extendido tras la última intervención del presidente de la Reserva Federal (Fed).
Las comparaciones son odiosas. O eso es lo que habrá pensado Christine Lagarde el jueves pasado cuando le preguntaron si iba a replicar o no el cambio de ritmo de la Reserva Federal de Estados Unidos. Aunque ambos bancos centrales tienen el mismo objetivo para la inflación de sus respectivas economías, en el 2%, el camino hasta llegar a ese resultado no será el mismo. "No somos iguales y no podemos avanzar al mismo ritmo ni con el mismo diagnóstico, pero también nos influyen las consecuencias [de las decisiones de la Fed] en los mercados", apuntó la presidenta del BCE.
El mercado no siempre da oportunidades de entrada atractivas. La renta fija ha sido el mejor ejemplo de ello en los últimos años, cuando encontrar rentabilidades a vencimiento interesantes era más complicado que hallar una aguja en un pajar. Todo el mundo esperaba que se produjese un desplome que volvería a dejar a este tipo de activos en una buena posición para empezar a construir cartera, pero esta reacción se demoró, y no llegó hasta el inicio de 2022. Con la aparición de tasas de inflación disparadas, los bancos centrales han dado un giro de 180 grados a su política monetaria. La subida de tipos y la promesa de desmantelamiento de los balances de activos han hecho que los inversores vendan deuda de forma acelerada, generando el peor año de la historia para este tipo de activos, con una caída por precio del 20%en el índice mundial de deuda de Bloomberg, una cesta que recoge todo tipo de bonos, con todo tipo de calificación.
La reunión de la Reserva Federal estadounidense de este miércoles ha dejado huella en los mercados. El ánimo de los inversores pasó del optimismo al pesimismo en pocos minutos, por un mensaje de Jerome Powell, presidente de la institución, que confirmó la determinación del organismo de mantener los tipos altos durante el tiempo que sea necesario.
La Reserva Federal ha subido de nuevo los tipos de interés en 75 puntos básicos, llevándolos a un rango de referencia de entre el 3,75% al 4%. Con esta nueva subida la Fed ha vuelto a hacer historia. Se trata de la cuarta subida consecutiva de 75 puntos básicos, que deja los tipos en su nivel más alto desde enero de 2008, cuando lo peor de la crisis financiera se manifestaba y obligaba a los bancos centrales del mundo a actuar con contundencia.
La rueda de prensa del presidente de la Fed ha atraído más el foco del mercado que la propia decisión de subir los tipos 75 puntos, que Wall Street ya descontaba. Jerome Powell ha adelantado lo que el comunicado hacía intuir, la puerta a bajar los tipos está abierta, aunque insistió que esa no es la clave, sino cuánto será el pico. En ese sentido, advirtió de que hará falta subir los tipos más de lo previsto, un tono hawkish que ha provocado que los mercados pierdan todo lo ganado tras el comunicado.
Este no está siendo un año apacible para las bolsas. La española ha caído un 8,8% desde que terminó 2021. Sin embargo, la renta variable europea ha vivido una significativa remontada en octubre. El Ibex 35 ha rebotado cerca de un 8% este mes, registrando su mejor balance mensual desde noviembre de 2020. Este lunes el principal selectivo patrio ha cerrado en los 7.956,5 puntos. Pero ¿qué explica la remontada generalizada de las últimas semanas en el Viejo Continente? Las crecientes expectativas de que los bancos centrales, y más en concreto la Reserva Federal estadounidense (Fed), moderen el ritmo de las subidas de los tipos de interés en los próximos meses ante una recesión global al acecho.
Los funcionarios de la Reserva Federal mantendrán su postura decididamente agresiva la próxima semana, sentando las bases para que las tasas de interés alcancen el 5% para marzo de 2023, medidas que probablemente conducirán a una recesión en EEUU y en el mundo, dijeron economistas encuestados por Bloomberg.
Tras un primer y segundo trimestres de 2022 en contracción (un -1,6% y -0,6% anualizados), lo que se conoce como recesión técnica, el PIB de EEUU volvió a terreno positivo y con fuerza en el tercer cuarto. Según los datos de la Oficina de Análisis Económico (BEA por sus siglas en inglés), el PIB del país subió en el tercer trimestre un 2,6% anualizado (un 0,6% intertrimestral), incluso más que el 2,4% que esperaban los analistas.
El mercado parece haber asimilado lo difícil que va a ser volver a domar la abrasadora inflación, pero el problema es el 'cuánto'. El nivel máximo de tipos de interés que alcance la Reserva Federal de EEUU en este ciclo es el dato que quiere conocer el mundo entero, porque de él dependerá en gran parte la evolución de la economía global. Buscando ponerse la 'tirita', los apostantes del mercado sitúan por primera vez en este ciclo esa tasa terminal por encima del 5%.
El Libro Beige de la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos, documento que proporciona una evaluación de la economía detallada por los 12 bancos centrales regionales estadounidenses con información recopilada antes del pasado 7 de octubre, ha indicado que varias regiones del país ya se encuentran en recesión.
Ante la más mínima incertidumbre económica, siempre vuelven las mismas cuatro cifras: 2008. Es el año maldito en el que la gran crisis financiera se convirtió en la gran lengua de fuego que abrasó al mundo. La delicada situación actual, con desajustes derivados de la pandemia y de una guerra en Ucrania que ya supera los seis meses, hace que los analistas recuperen esa fecha para avisar de lo que puede pasar. Esta vez han sido los estrategas de Bank of America (BofA) los que han puesto la chincheta en el corcho: si los bancos centrales fallan, estaremos ante otro 'momento Bear Stearns'.
La Reserva Federal está registrando su primera pérdida operativa en años a medida que los tipos de interés se disparan y la demanda de bonos estadounidenses se derrumba. Los datos de la Fed muestran que el banco central reportó pérdidas adeudadas al Tesoro de 2.900 millones de dólares a fecha de 5 de octubre.
La posibilidad de ver cómo la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed) levantaba el pie del acelerador en sus subidas de tipos de interés bastó a los inversores para tomar posiciones de nuevo tanto en renta variable como en el mercado de bonos.
Como si de una competición de curling se tratara, los bancos centrales han elevado los tipos de interés con la esperanza de frenar la escalada de precios, pero sin hacer descarrilar a la economía. Un juego de precisión en el que si lanzas la piedra demasiado rápido (o fuerte) puedes errar en tu objetivo.
El Ibex 35 ha cortado la 'hemorragia' de principios de sesión, tras acabar prácticamente plano, con un retroceso del 0,05% (el séptimo consecutivo) y salvar los 7.400 puntos. En concreto, ha terminado en los 7.442,2 puntos. Los índices de referencia en Europa comenzaron este miércoles con tono negativo y los descensos han llegado a superar el 2% en la primera mitad de la sesión, aunque en la segunda parte se han aminorado. La intervención del Banco de Inglaterra (BoE) en el mercado de deuda para frenar el ascenso de los yileds ha conseguido animar al mercado.
Evan Brown empezó su andadura en los mercados financieros trabajando para la Reserva Federal de Nueva York en 2006. Posteriormente pasó por Morgan Stanley, donde codirigió la estrategia de divisas estadounidenses, y en enero de 2017 entró a formar parte de UBS AM, la gestora del banco suizo, donde ahora dirige la estrategia multiactivos.
La Fed decidió este miércoles mantener el rumbo fijado en las anteriores reuniones de política monetaria. El banco central estadounidense anunció una subida de tipos de 75 puntos básicos, hasta el nivel de 3%-3,25%, la tercera subida consecutiva de este ritmo. La medida fue aprobada por unanimidad y se espera que en los meses venideros se mantenga una política similar. Sin embargo, desde Renta 4 cada vez ven más cerca el final en el incremento de los tipos de interés por parte de la Reserva Federal estadounidense... y del BCE.
La previsión de los directivos de la Fed sobre los tipos para los próximos años, el llamado 'dot plot', ha sentenciado definitivamente la previsión de su presidente, Jerome Powell, de que los tipos terminarían el año sobre el 3,5%. Con la subida anunciada hoy, de 75 puntos básicos, también han crecido las expectativas para final de año: los directivos del banco central ahora esperan cerrar 2022 entre el 4 y el 4,25%.
La Fed sigue el rumbo que había fijado en las anteriores reuniones. El banco central estadounidense ha anunciado una subida de tipos de 75 puntos básicos, hasta el nivel de 3%-3,25%, la tercera subida consecutiva de este ritmo. La medida fue aprobada por unanimidad.
La Reserva Federal vuelve a elevar los tipos de interés con decisión, 75 puntos básicos, de modo que las tasas se sitúan ahora en el rango del 3%-3,25%.
El planteamiento estratégico antes del verano era que el aldabonazo para que el castigo bursátil no nos derrumbe de nuevo a los mínimos anuales o, peor aún, a excavar debajo de ellos, era que tuviésemos señales inequívocas de que la inflación comenzaba a controlarse.
Los últimos datos de inflación en Estados Unidos han demostrado que la tendencia de los precios en el país es descendente, si se mira el IPC interanual de los últimos dos meses. Pero el dato subyacente, descontando energía y alimentos básicos, ejemplifica que un entorno de precios altos seguirá pegado a la cartera de los estadounidenses.
Las bolsas de Europa se despiden este miércoles del octavo mes de 2022 y el balance no es precisamente positivo. El temor a una pronta recesión económica con unos bancos centrales invocando mayores subidas de tipos se ha recrudecido en las últimas semanas y ha golpeado de nuevo a la renta variable, aunque no con la misma fuerza que en junio. El retroceso mensual en los parqués europeos ha superado el 5%. En el caso del Ibex 35 español, el descenso rebasa el 3%, borrando de golpe el rebote del mes pasado. De hecho, el indicador patrio ha encadenado 11 sesiones en negativo, algo que no ha sucedido antes desde su nacimiento a principios de 1992. El selectivo español termina agosto bajo los 7.900 puntos.