La previsión de los directivos de la Fed sobre los tipos para los próximos años, el llamado 'dot plot', ha sentenciado definitivamente la previsión de su presidente, Jerome Powell, de que los tipos terminarían el año sobre el 3,5%. Con la subida anunciada hoy, de 75 puntos básicos, también han crecido las expectativas para final de año: los directivos del banco central ahora esperan cerrar 2022 entre el 4 y el 4,25%.
Esta nueva previsión supondrá un alza de entre 75 y 100 puntos básicos, lo que probablemente avance una subida de 50 puntos en la reunión de octubre y una decisión abierta, de entre 25 y 50, en noviembre, según reaccione la inflación.
Para 2023, los miembros del Comité de Mercados Abiertos esperan tipos entre el 4,25% y el 4,75%, avanzando algunas subidas más ante la insistencia de la alta inflación. Pero es en 2024 cuando la 'bola de cristal' de la Fed empieza a tener muchas interferencias: las previsiones van desde un 4,5% de los dos mayores 'halcones' hasta el 2,5% del directivo más optimista, con paradas en los siete escalones intermedios.
Este último aumento implica que los directivos estarían satisfechos con un incremento mensual del 0,32% de la inflación subyacente y un 0,22% del IPC general. En caso de cumplirse estas previsiones se puede prever que la Fed mantenga su hoja de ruta o incluso que muestra una postura más laxa en próximas reuniones y actualizaciones de la hoja de ruta.
Queda por ver si el presidente de la institución monetaria explica más a fondo cuáles serán los siguientes pasos en esta hoja de ruta que, por el momento, solo se sabe que será más agresiva de la planteada en la última reunión, el mes de julio. En aquel entonces la idea era una recta final del año más laxa si se contenía la inflación o, al menos, si esta retrocedía de forma importante este verano.
Los datos del IPC del mes de agosto mostraron una importante bajada hasta el 8,5%, una decepción para los mercados debido a que habían previsto mayores caídas dado el descenso del precio de los carburantes. De hecho, la inflación subyacente aumentó cuatro décimas. Unas cifras que sin duda han provocado un cambio en los planes de la Reserva Federal, que ahora apuestan por un 'dot plot' más agresivo.
Powell: "No es lo que esperábamos ni lo que queríamos"
En la rueda de prensa posterior a la reunión, Powell recordó que ya han subido los tipos 3 puntos porcentuales este año, por lo que "pronto será apropiado frenar el ritmo de alzas", lo que irán señalando a los mercados. "Seguiremos con el trabajo hasta completarlo", afirmó, lo que implica "llegar a un nivel restrictivo y mantener ahí los tipos un tiempo". La señal para empezar a frenar las subidas será el elusivo enfriamiento del mercado laboral, algo que todavía no se ve.
En su conferencia, el presidente de la Fed reconoció que la inflación subyacente trimestral, semestral y anual no se ha movido, sino que sigue en el entorno del 4,5% al 4,8%, "algo que no esperábamos ni donde queríamos estar". El directivo dejó claro que "todavía hay un camino por recorrer" antes de que cambie la política monetaria. Solo entonces empezará a plantearse efectos como la subida de las hipotecas sobre el mercado de la vivienda y otros daños producidos por los tipos altos. "Nuestra prioridad es la inflación", insistió.
El presidente de la institución reconoció que uno de sus problemas es la dificultad para afectar directamente al mercado laboral, que sigue siendo "históricamente fuerte", en parte como consecuencia de los efectos secundarios de la pandemia. "Podemos afectar a los sectores que dependen directamente de los tipos de interés, como la vivienda", pero las enormes cantidades de ahorro y estímulos que dejó la pandemia "siguen impulsando el crecimiento a estas alturas". La buena noticia, añadió, es que es probable que la economía en general resista mejor a una posible recesión provocada por la política monetaria restrictiva.
Este cambio de rumbo ya está teniendo consecuencias en los mercados financieros. Wall Street se hunde un 1% tras subir un 0,6% en los minutos previos a la decisión de la Fed. Además, el euro ya reacciona a la baja cayendo un 1,3% cotizando en 0,98% y poniendo en peligro la paridad con el dólar.