Redactor de Internacional. Aprendí a cubrir economía en Argentina, aunque mi pasión siempre ha estado en Reino Unido y EEUU, en las que me centro actualmente, porque si algo no son precisamente estos dos países es aburridos. Estudio sobre el bitcoin y el universo de ideas y fraudes que ha crecido alrededor en mis ratos libres.

Las bolsas norteamericanas han concluido la sesión con caídas de casi el 2% ante el recrudecimiento de las hostilidades entre Israel e Irán. La pasada madrugada, el estado judío atacó instalaciones militares y nucleares persas, asesinando a miembros clave de la cúpula militar y del programa nuclear de Teherán. Esta tarde, tras el envío de cien drones, Irán ha desplegado la Operación Venganza III, lanzando proyectiles sobre distintos puntos del territorio israelí, algunos de los cuales han alcanzado Tel Aviv. El bombardeo sobre la capital de Israel ha acelerado los descensos en los parqués, impulsando las alzas del petróleo y ha llevado al oro a registrar máximos históricos. En este contexto, Wall Street ha borrado las ganancias acumuladas durante una semana en la que EEUU y China habían alcanzado un acuerdo comercial, según afirmó Donald Trump.

¿Qué hacen los empleados del Pentágono cuando reciben la alerta de que va a estallar una crisis mundial y necesitan quedarse en el trabajo más de lo previsto? Pedir una pizza. O más bien un centenar, teniendo en cuenta las 27.000 personas que trabajan en la sede del Departamento de Defensa de EEUU. Esta es la teoría detrás del "Pizzómetro", un indicador que lleva usándose desde los años 80 para predecir guerras, ataques e invasiones, y que ha vuelto a triunfar este jueves, al señalar que algo estaba ocurriendo poco antes de que Israel lanzara sus ataques contra Irán.

Donald Trump sigue disparando contra la independencia de la Reserva Federal. Tras reunirse con el presidente del banco central, Jerome Powell, para pedirle que bajara los tipos de interés, Trump se ha despachado hoy contra él por su negativa a hacerle caso: "Vamos a perder 600.000 millones de dólares al año [en intereses], 600.000 millones por un cabezahueca que se sienta ahí y dice 'No veo suficientes motivos para bajar los tipos'", ha dicho Trump ante la prensa. Y ha advertido de que, si la Fed no actúa como desea, "tendré que forzar algo" para obligarles.

Una de las decisiones más importantes que debe tomar Donald Trump en los próximos meses será nombrar al futuro presidente de la Reserva Federal. El mandato de Jerome Powell al frente del banco central estadounidense termina el próximo mes de mayo, y se está acercando el momento en que Trump deberá designar a su sucesor. Y en los últimos días, un nombre inesperado está sonando como posible candidato: el actual secretario del Tesoro, Scott Bessent.

Hace apenas tres semanas, EEUU miraba de cerca una crisis de deuda sin muchos precedentes, con la rentabilidad de los bonos a 30 años tocando máximos de 18 años por encima del 5,1%, y el de 10 años superando el 4,6%. La situación se ha relajado ligeramente desde entonces, gracias a una serie de buenos datos económicos. Aun así, las dudas siguen sobre la mesa, con todas las miradas puestas sobre la "Gran y bella ley" de reforma fiscal que ahora tramita el Senado y la amenaza de una suspensión de pagos si el Congreso no renueva la autorización para emitir más bonos antes del fin del verano.

El S&P 500 ha rebasado los 6.000 puntos por primera vez desde febrero y ya se encuentra a algo más de cien puntos de máximos históricos. El indicador ha logrado terminar con alzas que rozan el 2% desde el lunes, en una semana marcada por la conversación telefónica entre Donald Trump y Xi Jinping, después del cruce de acusaciones de incumplimiento del preacuerdo comercial al que llegaron las dos potencias en Suiza, los datos macroeconómicos que evidencian la fortaleza de la economía estadounidense y la guerra abierta entre el presidente estadounidense y Elon Musk.

El Gobierno chino ha mandado un aviso muy claro a BYD: cuidado con las bajadas de precio descontroladas. El pasado 26 de mayo, la compañía había anunciado una 'operación caníbal' con la que arrasar con el mercado: fuertes bajadas de precio que sus rivales no podrían igualar, con el objetivo de convertirse en el rey indiscutible del sector eléctrico en China. Pero el Ejecutivo ya les ha mandado una advertencia: nada de una competencia "descontrolada", sin el visto bueno del Partido Comunista.

Se acabo la drôle de guerre entre Donald Trump y Elon Musk. La ruptura entre ambos ha llegado a su clímax. En una batalla de tuits, cada uno desde su propia red social, Musk ha acusado a Trump de pederastia, asegurando que "el presidente está ocultando" los supuestos documentos del pederasta Jeffrey Epstein "porque su nombre aparece en ellos". Y en respuesta, Trump ha amenazado con "anular todos los contratos y subvenciones públicas" con las firmas del magnate. Tesla ha llegado a hundirse en bolsa más de un 17% en medio de la guerra desatada.

Pese al fuerte aumento de la inversión minorista en los últimos años, sigue habiendo mucho dinero ocioso. Esa es la opinión de Daniel Siluk, director de Global Short Duration & Liquidity de Janus Henderson, que conversó con elEconomista.es en el anuncio de su nuevo ETF. Entre los temas abordados estuvo la situación de la deuda mundial y los retos a los que se enfrentan los bancos centrales en los próximos años. En su opinión, tanto los reguladores como la banca tradicional han aprendido las lecciones de la crisis financiera de 2008, pero ahora los riesgos se sitúan en las zonas a las que no ha llegado la lupa de los Gobiernos. Y se lamenta de que los países no aprovecharan la "anormalidad" de los tipos negativos para construir una 'muralla' de deuda barata a largo plazo que les diera décadas de tranquilidad.

¿Cómo se calcula la inflación? Por mucho que haya avanzado la tecnología, este indicador clave sigue construyéndose de forma tradicional: funcionarios con papel y boli, que van a tiendas de numerosas partes de EEUU y registran los precios a la antigua usanza. Pero los recortes de plantilla instigados por Elon Musk han dejado al Departamento de Trabajo de EEUU sin suficientes personas para completar su encuesta este último mes, alimentando los temores a que los datos de inflación sean menos precisos. Una distorsión que puede afectar de lleno a la credibilidad y al efecto de la política monetaria en EEUU.