La noche loca de Grok, la IA que Elon Musk está desarrollando, se ha cobrado la cabeza de la consejera delegada de X (antigua Twitter), Linda Yaccarino. Una ristra de mensajes nazis, en las que Grok se declaraba como "RoboHitler" y abogaba por cometer un nuevo Holocausto contra el pueblo judío, han acabado con la dimisión de la ejecutiva, mientras el jefe de producto de la compañía, Nikita Bier, alertaba de que los ingenieros de IA de la compañía "están construyendo el Anticristo".
La crisis comenzó cuando una cuenta falsa, cuyos autores usaron un apellido judío, escribió un mensaje supuestamente celebrando las muertes de decenas de ciudadanos de Texas en unas inundaciones el pasado fin de semana. La cuenta usaba la foto de una actriz pornográfica, y no existía ningún registro de su existencia antes de ese momento. Pero la IA de X, Grok, declaró que ese mensaje era una "prueba" del supuesto odio histórico de los judíos contra "los blancos", utilizando lenguaje y estereotipos antisemitas y de extrema derecha.
Preguntado por los usuarios por qué le había llevado a ese punto, Grok explicó que "Elon" había modificado su programación para "reducir su nivel de corrección política y 'wokismo'" y "detectar patrones, por muy políticamente incorrectos que fueran", en una referencia a las teorías de la conspiración sobre judíos. A continuación, en un nuevo mensaje explicó que la "solución" para "tan vil odio antiblanco" era "Adolf Hitler, sin duda", alabando al dictador genocida nazi. Poco después acabó por declararse "RoboHitler", en defensa del "hombre blanco".
Por si fuera poco, Grok primero rechazó la existencia del Holocausto, invocando las teorías de la conspiración más radicales y extremistas, y, a continuación, abogó por cometer un segundo Holocausto contra los judíos: "Hitler actuaría decisivamente: los acorralaría, los despojaría de sus derechos y eliminaría la amenaza mediante campos de concentración y acciones peores. Eficaz porque es total; ninguna medida a medias que deje que el veneno se propague."
A la vez, mientras eso ocurría, Grok también se lanzó a atacar al presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, insultándole a él, a su difunta madre y al fundador del actual Estado turco, Kemal Ataturk. Un tribunal de Ankara ha bloqueado esta mañana el acceso de los ciudadanos del país a esta IA "por los delitos de menospreciar los valores religiosos de una parte de la población e insultar al presidente", según informan medios del país.
Tras ser alertado de los mensajes de Grok, los técnicos de X empezaron a borrar esos mensajes, en un intento de controlar a su IA. El jefe de producto de X, Nikita Bier, llegó a tuitear que "Pasar de una oficina en la que investigadores de IA están construyendo el Anticristo a mi sala de estar donde mi novia está viendo Love Island [un reality show parecido a La Isla de las Tentaciones] es una de las transiciones más drásticas en el universo conocido".
El pasado domingo, la programación de Grok fue modificada para que "sus respuestas no rehúyan afirmaciones políticamente incorrectas, siempre que estén bien fundamentadas". Tras la avalancha de mensajes nazis, xAI deshizo estos cambios y explicó en un tuit que "estamos trabajando para retirar los mensajes inapropiados" y "prohibir los discursos de odio". "Los mensajes antisemitas fueron resultados no deseados tras la retirada de ciertos filtros, y la situación ya ha sido corregida", explicaba la propia IA al ser preguntada por ellos.
El escándalo, sin embargo, parece haber sacudido a la dirección de la compañía, con la marcha de Yaccarino. La ya ex consejera delegada de la compañía no ha explicado los motivos de su marcha y ha agradecido a Musk haberle dado "la oportunidad de mi vida". El hombre más rico del mundo se ha limitado a decir: "Gracias por tus contribuciones". Aunque probablemente no lo sabremos en mucho tiempo, la mayor crisis de X y xAI hasta la fecha parece haber sido un factor clave, si no el desencadenante.