
Una de las grandes promesas de Donald Trump era acabar con la inflación y bajar el precio de los productos básicos de consumo. Y cada vez que exige al presidente de la Fed, Jerome Powell, que baje los tipos de interés, Trump insiste en que "no hay inflación". Pero las barbacoas que la mayoría de familias de EEUU ha celebrado este pasado puente del 4 de julio han mostrado repuntes de precios muy fuertes en algunos de los alimentos más consumidos en estas fechas, como la ternera, la cerveza o los helados. Un golpe allí donde los ciudadanos más lo notan.
La ternera lleva semanas dando señales de alerta. El precio de la carne picada, uno de los alimentos más populares en el país está en máximos históricos: 13,18 dólares por kilo, según los datos de la Reserva Federal de San Luis. El precio del ingrediente principal de las hamburguesas ha crecido un 7,8% en lo que llevamos de año y un 15% interanual, de mayo de 2024 a mayo de este año. La causa está en el hundimiento de los rebaños: la cantidad de vacas en EEUU es la menor en 70 años, según el Departamento de Agricultura, y el precio de una res se ha disparado de 1.500 dólares a 2.400 en un año. La sequía y el aumento de los precios de los cereales están dejando a los estadounidenses sin su carne favorita.
Y si la carne está cara, la bebida no está mucho mejor. La cerveza más vendida en EEUU, la Modelo Especial, ha subido un 9,5%. Las otras del podio, Miller Lite y Coors Lite, han aumentado aún más: un 13%, según los datos del Comité Económico Unido del Senado. La causa, según apuntan, son los aranceles del 50% que Trump impuso al aluminio, que han golpeado a los productores, especialmente a los más pequeños. "La media docena de cervezas va a pasar de 12,99 dólares a 18,99" por el aumento del coste de las latas, apunta una pequeña destilería de Virginia, citada en el informe.
A eso se suma que el precio de los helados está en máximos históricos, en los 3,2 dólares por litro según la Fed, ante la fuerte subida del precio del aceite de coco, uno de los ingredientes más usados para este postre. Y también han subido con fuerza los otros elementos de estas fiestas desde que Trump anunciara los aranceles a todo el mundo: las barbacoas, un 5%; el papel de aluminio, un 7%; el protector solar, un 8,1%; las herramientas de cocina para barbacoa, un 17,7%; y las sillas de exteriores, un 47%. Un ejemplo de cómo el comercio mundial llevaba años reduciendo los precios para los estadounidenses.
Y los ciudadanos lo están notando. Según un estudio de Empower, un 68% de los estadounidenses ha notado el aumento de precios, y un 55% culpa de ellos a los aranceles. Hasta un 32% han elegido celebrar la independencia de EEUU con una pizza para ahorrar costes, según este informe.
El mayor respiro para el presidente, y que no para de mencionar, es el precio de los huevos. La 'crisis del huevo' que había disparado el precio de una docena a 6,22 dólares en marzo se ha enfriado, y en mayo ha bajado a 4,54 dólares. Sigue siendo el sexto mayor precio de este alimento en la historia, y muy por encima de los 2 dólares de agosto de 2023, pero al menos Trump saca pecho cada vez que habla de inflación. Quizá más de uno se plantee hacer una tortilla en vez de una hamburguesa este año.
Por el momento, las amenazas de Trump de volver a desatar un 'día de la Liberación' a plazos, mandando cartas a cada país para anunciarles la nueva tasa que impondrá a sus exportaciones, ha aumentado la preocupación del mercado ante un resurgir de la inflación que obligue a la Fed a esperar antes de bajar los tipos. La página FedWatch, que calcula las expectativas de los mercados, indica que la probabilidad de que la Fed no recorte los tipos en su reunión de este mes se ha disparado en la última semana, del 79% al 95%. Y la opción de que el recorte llegue en septiembre se ha enfriado del 75% al 62%. Todo depende de la 'diplomacia epistolar' del presidente con la política comercial más volátil de la historia reciente.