Desde la guerra en Ucrania los precios de la electricidad se han disparado en media Europa. Tal es la amenaza que este ha sido uno de los factores claves que explicó la decadencia de una industria como la alemana, que basaba su modelo en el gas ruso barato y que se encontraba con que ahora sus costes estaban por los cielos. De una forma opuesta, España se ha presentado como una isla energética con un gran dominio de las renovables que garantiza unos precios estructuralmente más bajos. Un viento de cola clave para la industria manufacturera y un gran impulso para la inversión en el mismo… o no.