Bolsa, mercados y cotizaciones

Powell abre la puerta a bajar tipos ante el enfriamiento laboral y deja el impacto de los aranceles sobre la inflación en segundo plano

  • Promete que "no permitiremos que los aranceles causen un repunte general" de precios
  • Los mercados se disparan tras escuchar las palabras
Jerome Powell, presidente de la Fed, llega a la conferencia de Jackson Hole. Foto: Reuters

Tras meses negándose a pronunciar las palabras mágicas, Jerome Powell finalmente ha concedido lo que todos los mercados querían escuchar: "Puede ser adecuado ajustar nuestra posición monetaria". Es decir: el presidente de la Reserva Federal ha abierto la puerta oficialmente a bajar los tipos de interés para la próxima reunión del 17 de septiembre, ante el enfriamiento persistente del mercado laboral y el frenazo en el PIB, una posición en la que ya se habían situado varios miembros de la dirección del banco central. Eso sí, lo ha querido matizar con una advertencia: aunque dejen un poco de lado el riesgo de los aranceles, "no permitiremos que una subida de precios puntual se convierta en un repunte general de la inflación".

En su último discurso en el simposio veraniego de Jackson Hole, en Wyoming, Powell ha alertado de que EEUU se encuentra en un "curioso equilibrio" a la baja. La expulsión de inmigrantes y el enfriamiento económico han hecho que se haya reducido tanto la demanda de trabajadores como la oferta de empleados. En otras palabras, hay menos mano de obra dispuesta a trabajar, pero no importa demasiado porque también hay menos ofertas de empleo. Una situación negativa que permite pensar en la deseada bajada de tipos del mercado.

La otra amenaza son los aranceles. Powell ha reconocido que los impuestos generalizados al consumo están provocando un aumento de precios, pero ha rebajado la preocupación que rondaba su cabeza desde que Trump desató la guerra comercial. Ha reconocido que esa subida de precios puede ser puntual,. "Puntual no significa 'toda de golpe'. Las subidas de precios se seguirán notando durante meses, según las empresas y los consumidores digieren el impacto de los aranceles", ha recordado.

A continuación, y sin pronunciar la palabra maldita, "transitoria" (así es como describieron la subida de precios tras la pandemia, antes de reconocer que se había enquistado), ha asegurado que no permitirán que esa subida "puntual" de precios provoque un alza generalizada y duradera.

Así, concluye Powell, la Fed tiene que hacer equilibrismos entre dos posiciones complejas: una economía que se frena y una inflación que repunta. "Es una situación desafiante", asegura, "por lo que habrá que equilibrar los dos lados de nuestro mandato. Tendremos que actuar con cuidado a la hora de considerar cambios a nuestra posición de política monetaria". Pero su conclusión es que, por el momento, las bajadas de tipos están en el menú. Justo lo que querían oír los mercados. "Puede ser adecuado ajustar nuestra posición monetaria", lo que significa claramente que el recorte para septiembre está muy cerca.

Las actas de la reunión de julio, publicadas este pasado miércoles, apuntaban a una posición más 'hawkish'. Según recuerda Pantheon Macro en su análisis del discurso, en las actas la mayoría de los miembros de la Fed veían el riesgo de un repunte inflacionario como más peligroso. Hoy, sin embargo, Powell ha dicho que el equilibrio de riesgos "está cambiando". Un brusco giro que ha sorprendido a los mercados.

La reacción de las bolsas ha sido instantánea. Por un lado, el S&P 500 ha pasado de moderadas subidas del 0,4% a un repunte agresivo del 1,2%. El Dow Jones lo ha celebrado con un avance del 1,46%, es decir, más de un punto más de golpe. El Nasdaq 100 ha acelerado hasta el 1,26%. En el dólar, por su parte, se ha notado de forma decisiva pasando de subidas moderadas frente al euro a sonoras caídas del 0,73%, con lo que el euro, gracias a esto, ya roza los 1,17 dólares. La rentabilidad del bono de EEUU a diez años, por su parte, se ha hundido, pasando en escasos minutos del 4,32% al 4,26%.

Los mercados de swaps también han reaccionado con contundencia a las declaraciones de Powell. Si hasta ahora apostaban por el recorte de septiembre, después de estas palabras ya lo consideran casi inevitable. La probabilidad de que se produzca un ajuste a la baja de 25 puntos básicos han pasado de un 70% a superar el 90%. En cualquier caso, esto no ha alterado la idea del mercado de que solo habrá dos recortes de tipos en las tres reuniones que restan en 2025. Sin embargo, la posibilidad de que haya tres ajustes ha crecido de forma considerable, pasando de un 25% a superar el 41%.

Aun así, hasta la reunión del 17 de septiembre aún falta un buen trecho. De entrada, aún habrá que ver un dato de empleo y un nuevo informe de inflación. Según lo que digan, las expectativas de recorte pueden acelerarse o enfriarse un poco más. Todo depende de los efectos de los aranceles, la clave de bóveda de la situación económica de EEUU estos meses.

"Una estanflación light"

Poco antes del discurso de Powell, Patrick Harker, expresidente de la Fed de Filadelfia, resumió la compleja situación del banco central a la cadena CNBC: "Los datos están borrosos", y "es difícil tener una imagen clara de lo que está pasando", pero las señales apuntan a que EEUU está pasando por una etapa de "estanflación light". "No estamos en los años 70, pero está claro que lo que estamos viviendo no pinta bien", ha añadido.

En las últimas dos semanas, la Fed ha tenido que enfrentarse a una larga lista de datos negativos que apuntan a que la economía de EEUU está pasando una etapa de turbulencia y que cabalga hacia una posible estanflación. El problema es que muchos de esos datos son todavía parciales, borrosos o requieren de un análisis más profundo: la crisis no salta todavía a la vista, pero su presencia parece clara.

A finales de julio, el dato del IPC fue más positivo de lo que se esperaba, lo que llevó a una ruptura interna en el Comité de Mercados Abiertos de la Fed que no se veía desde hace décadas: el 30 de julio, dos miembros del banco central votaron en contra de la opción que eligió el presidente Powell, algo que no ocurría desde hacía más de 30 años.

Sin embargo, a partir de ese momento, las malas noticias se sucedieron. Primero, una drástica revisión a la baja de las cifras de empleo de los últimos meses, que indicaba un enfriamiento del mercado laboral mayor de lo previsto. A continuación,los datos de la inflación mayorista, los costes de importación y los PMIs manufactureros, publicados a lo largo de la semana pasada y la actual, han echado un jarro de agua fría sobre la esperanza inflacionaria. Los tres informes apuntan a que los precios sí que están subiendo con un brío que no se veía desde 2022, borrando todos los avances que el banco central había conseguido en los últimos 3 años. El problema es que las empresas han absorbido la mayor parte de los aranceles hasta el momento, y la mayoría de los consumidores tendrán que enfrentarse al grueso de las subidas de precio a partir de septiembre.

La gran esperanza de la Fed es que esta vez las subidas de precios sí sean temporales, e idealmente menores de lo esperado, para poder centrarse en reactivar el mercado laboral. Donald Trump puede estar cerca de lograr su deseo de bajadas importantes de tipos, siempre que el daño a la economía de sus aranceles no lo impida.

WhatsAppFacebookTwitterLinkedinBeloudBluesky