Economía

"Una patada en la boca": la subida de precios de los productores anticipa el verdadero golpe de los aranceles de Trump

  • Las empresas están empezando a trasladar el golpe de los aranceles
  • El miedo es que los consumidores empiecen a notarlo en los precios pronto
  • Las expectativas de recortes de tipos están volviendo a templarse
Foto: Dreamstime

El martes, el buen dato del IPC de EEUU desató la alegría en Wall Street: la inflación había subido menos de lo esperado, y la posibilidad de que los aranceles produjeran una lenta subida de precios durante meses en vez de un brusco pico era precisamente lo que los inversores querían oír. Las previsiones de bajadas de tipos de la Fed se aceleraron, y los inversores hasta empezaron a juguetear con la idea de una bajada 'jumbo' de 50 puntos básicos en la reunión del próximo mes de septiembre. Pero todas esas expectativas han sufrido un severo correctivo este jueves: la inflación sí existe, pero por el momento solo la están sufriendo los productores. Y como se les ocurra trasladar esa subida de costes a los precios, el golpe inflacionario puede ser tan preocupante como se temía. "Esto es una patada en la boca para todos los que creían que los aranceles no iban a afectar a los precios en EEUU", sentencian desde High Frequency Economics.

El dato del IPP (índice de precios al productor) subyacente de julio (sin comida ni energía) muestra un alza del 0,9% mensual, la mayor subida desde marzo de 2022; y un 3,7% interanual, frente al 2,9% que se esperaba. Además, la inflación de los servicios aumentó un 1,1% interanual, la mayor subida desde abril de 2021. Unos datos que retrotraen al fuerte golpe inflacionario durante la pandemia, y que dejan claro que los aranceles no son gratis, ni, como decía Donald Trump, los están pagando "empresas y gobiernos extranjeros".

"El hecho de que el IPP fuera más fuerte de lo esperado y el IPC se haya mantenido relativamente bajo sugiere que las empresas están asumiendo gran parte de los costos arancelarios en lugar de trasladarlos al consumidor", concluye Clark Geranen de CalBay Investments. Chris Zaccarelli, de Northlight Asset Management, está de acuerdo en que estas cifras muestran que "la inflación está recorriendo la economía, aunque los consumidores aún no la hayan percibido".

El riesgo es que se cumplan las previsiones de Goldman Sachs, que el pasado domingo apuntaban a que las empresas están absorbiendo más del 60% del coste de los aranceles recortando sus márgenes. Su análisis indicaba que pronto esa cifra se daría la vuelta, y los consumidores pasarían a soportar el 67% de los impuestos establecidos por Trump mediante subidas de precio. Ben Ayers, economista sénior de Nationwide, asegura que "si bien las empresas han asumido la mayoría de los aumentos de los costes arancelarios hasta ahora, los márgenes se están viendo cada vez más reducidos por el aumento de los costes de los bienes importados", por lo que "Prevemos una mayor repercusión de los impuestos en los precios al consumidor en los próximos meses".

Y lo peor es que las subidas de precios no se concentran en los bienes de consumo, sino que están empezando a afectar a los servicios. Kevin Gordon, estratega sénior de inversiones de Charles Schwab, alerta de que "los servicios suponen un 78% de la subida del PPI. Desde 2014, solo ha habido dos meses en que los servicios supusieran un porcentaje mayor de la subida de precios".

¿Por qué es esto preocupante? Porque los aranceles no golpean directamente a los servicios, sino que estos son 'daños colaterales': un peluquero no tiene que pagar aranceles por su trabajo, pero sí tiene que comprar maquinillas que vienen del extranjero, y por las que su proveedor sí paga aranceles. Cuando la subida de precios de los bienes empieza a golpear a los servicios, es más difícil mantener esa inflación encerrada dentro de la 'caja' de los bienes, y es más probable que se acabe extendiendo a toda la economía.

Es decir, que las cifras de hoy reviven el fantasma de un alza inflacionaria generalizada, precisamente la mayor pesadilla de la Fed. Ayer, el presidente de la Fed de Chicago, Austan Goolsbee, alertó de que los aranceles de Trump suponen un "shock estanflacionario" a la economía de EEUU que hará "más complicado" lograr los objetivos de un 2% de inflación y bajo desempleo, porque cualquier decisión que se tome con los tipos de interés para solventar un problema empeorará el otro.

Los analistas ya están preocupados por el riesgo de que este dato obligue al banco central a frenar las bajadas de tipos que se esperaban. "Dado lo benignas que fueron las cifras del IPC el martes, esta es una sorpresa al alza muy inoportuna y es probable que desvanezca parte del optimismo sobre una reducción de tipos 'garantizada' el próximo mes", advierte Zaccarelli.

Por el momento, la herramienta FedWatch, que registra las expectativas de los mercados para las siguientes reuniones de la Fed, ha reducido la probabilidad de una bajada de tipos de la Fed en septiembre del 100% al 94%; mientras que la posibilidad de dos bajadas de tipos de golpe, por la que ayer apostaba un 10% de los operadores, hoy ha desaparecido por completo. Y la media de los mercados ya ha 'borrado' la tercera bajada de tipos que se esperaba para diciembre, dejando en dos los recortes previstos para este año.

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