
Las conversaciones entre Bruselas y Washington se han intensificado en las últimas semanas para formalizar el acuerdo alcanzado en Escocia. Y pese a zanjar los puntos más importantes que quedaban en el aire, como el arancel que se aplicará a los coches europeos, todavía quedan flecos por cerrar. Ambas potencias seguirán negociando para acordar un volumen de exportaciones de acero y aluminio que queden exentas de ese gravamen del 50% así como una rebaja a la tasa general del 15% que se aplicará a las exportaciones de vino y bebidas destiladas de la UE.
Uno de los puntos en negociación desde julio es un sistema que permita importar una cantidad determinada de un acero y aluminio con un arancel reducido, frente a esa tasa del 50% que el Ejecutivo estadounidense establecía finalmente en julio. A través de este mecanismo, en caso de que se superara ese volumen pactado, se aplicaría un gravamen más elevado, es decir, ese 50%.
"Para el acero, la UE y EEUU tienen la intención de trabajar en soluciones que garanticen cadenas de suministro seguras, incluidas cuotas arancelarias, al tiempo que cooperan en medidas para proteger sus economías frente al exceso de capacidad", establece la declaración conjunta. Y es que ambas potencias aquejan las consecuencias de la sobreproducción china en este segmento, que presiona los precios a la baja en ambos mercados.
El otro punto todavía en negociación, y de gran importancia para el mercado comunitario, es el arancel que se aplicará finalmente al vino y las bebidas destiladas. Es uno de los reclamos que ha venido haciendo Francia, que veía un riesgo en que estos productos se vean sometidos al gravamen general del 15%. "Hay un compromiso claro de la Comisión Europea por poner sobre la mesa y expandir el número de sectores que sean una excepción. Uno es el de vinos y bebidas destiladas. El otro es el acero y aluminio. Son dos sectores en los que somos complementarios a ambos lados del Atlántico", apuntaba en rueda de prensa el comisario de Comercio, Maros Sefcovic preguntado por esta cuestión.
"No digo que será fácil, ni que será la semana que viene. Estamos trabajando en ello desde que empezamos la negociación en febrero", añadió el responsable de Comercio. Este era uno de los intereses ofensivos más importantes de la Unión Europea. "Desafortunadamente, no logramos incluir este sector entre los que seguirían en el nivel de nación más favorecida. Me gustaría añadir una palabra importante, y es que no lo hemos logrado todavía", recalcó Sefcovic.
Fuentes comunitarias han explicado que tanto la UE como EEUU producen y consumen vino y bebidas espirituosas. Por tanto, ambos lados del Atlántico cuentan con empresas especializadas con un importante valor social y tradición. La idea de Bruselas es llegar a la liberalización de este sector, llegar a un mayor equilibrio en el comercio en este segmento, aclararon las mismas fuentes, rebajando el gravamen que se aplica a un arancel casi cero.
Las mismas fuentes han confirmado que hay receptividad por parte de los equipos negociadores de la Casa Blanca, como para que se produzcan resultados. La balanza comercial de los vinos está ligeramente desequilibrada para Washington. Estados Unidos es el mayor mercado exportador de bebidas alcohólicas de la UE. El año pasado, las exportaciones transatlánticas de vino y bebidas espirituosas ascendieron a 9.000 millones de euros, más de la mitad, unos 4.900 millones se corresponden con vino.