- 11/05/2021, 07:55
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Tue, 11 May 2021 07:55:57 +0200
Hay que reconocer que el teletrabajo se ha erigido en arma decisiva para no paralizar por completo la actividad económica. En los últimos meses todos hemos hecho, al dictado de las circunstancias, ímprobos esfuerzos de adaptación al nuevo entorno imperante y la tan cacareada transformación digital ha irrumpido en nuestras vidas. Mis clases en la Facultad son online, como los exámenes, y también congresos, encuentros académicos, profesionales y empresariales que se realizan a través de plataformas. Y virtuales son igualmente reuniones de trabajo y conferencias. La movilidad restringida y las limitaciones a la presencialidad han impulsado el mundo digital. A mediados de marzo de 2020, me consideraba un analfabeto en esas lides tecnológicas y por los avatares pandémicos tuve que hacer cursos acelerados para manejar diversas plataformas gracias a las que hoy nos podemos conectar. No obstante, me sigo considerando a veces semianalfabeto digital, que conste. En el plano profesional, el teletrabajo se ha impuesto. Aunque, a buen seguro, cuando volvamos a la normalidad que anhelamos la presencialidad prevalecerá sobre la virtualidad.