Economía

Los jóvenes se quedan al margen de la recuperación europea

  • La Garantía Juvenil dependerá de las políticas activas de empleo de cada país
El 'coliving', otro eufemismo para hablar de precariedad salarial en los jóvenes.

El 1 de marzo de 2017, Europa se encontraba en pleno proceso de digestión del Brexit. La Comisión Europea presentó aquel día su libro blanco sobre el futuro de Europa. Oculta en sus 31 páginas, el documento incluyó una de las advertencias más sobrias pero rotundas sobre el riesgo de fracaso del proyecto europeo. "Por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, existe un riesgo real de que la generación de jóvenes adultos de hoy termine menos acomodada que sus padres. Europa no puede permitirse perder el grupo de edad más educado que ha tenido, y dejar que la desigualdad generacional condene su futuro", decía el documento.

La embestida de la pandemia ha alejado más aún la ansiada prosperidad para los millennials y las generaciones que vienen por detrás. Ni vulnerables en el flanco sanitario ni prioritarios por lado económico, Europa vuelve a olvidarse de los jóvenes en la salida de la peor crisis en casi un siglo. "Desde la perspectiva sanitaria, debemos priorizar a los grupos vulnerables, pero en esta crisis falta atención a los jóvenes", dice la eurodiputada danesa de los Verdes, Kira Peter-Hansen, quien con sus 23 años es la más joven en la Eurocámara. "En las grandes crisis, siempre nos centramos en la clase media y las grandes empresas, y ahora estamos haciendo lo mismo, dejando a los jóvenes a un lado", añade. El daño será devastador para una generación que todavía no se ha recuperado de la Gran Recesión, y cuya entrada en el mundo laboral en España quedó marcada por el mileurismo.

Para quienes nacieron en 1982, como este corresponsal, y llegaron a la mayoría de edad con el nuevo milenio, cada década sumada llegó jalonada por vaivenes y celebraciones. Nacimos el año que España se abrió al exterior con el Mundial. Cumplimos diez años con los Juegos Olímpicos y la Expo, cuando la cuarta economía europea mostró su lavado de imagen con modernas infraestructuras. Llegamos a los 20 a la par que el euro, al galope de un milagro económico que tenía pies de barro. Los 30 cayeron con el primer rescate desde la Transición. Y saldremos del largo túnel de la pandemia en plena crisis de los 40, haciendo balance de nuestra vida en un mundo en el que el virus ha ahondado zanjas ideológicas y agrandado diferencias económicas. Según resume Alfred Kammer, director del departamento europeo en el FMI, serán los jóvenes quienes sufrirán "mayores pérdidas económicas en esta crisis", dado que es más probable que estén en contratos temporales, en sectores más afectados por las restricciones, sin ahorros ni activos para capear un mazazo de este calibre. La tasa de desempleo juvenil supera el 17% en la UE, más del doble que para el conjunto de la población.

Además, los problemas que tengan ahora "tendrán un impacto a largo plazo" en sus sueldos y carreras, y muchos terminarán embarcándose en trayectorias con ingresos menores, avisa Kammer. "Hasta ahora la prioridad era la salud, pero según mejoren los indicadores epidemiológicos y lleguen medidas de ayuda económica más específicas por el aumento de la deuda pública, la prioridad número uno deberá ser el empleo juvenil, porque es el grupo más vulnerable", añade Maria Demertzis; subdirectora del centro de análisis Bruegel.

Las advertencias sobre el impacto desproporcionado en la juventud en educación, empleo, salud mental o los ingresos también llegan desde la OMS o la OCDE. "Además, aunque los jóvenes y las generaciones futuras soportarán gran parte de las consecuencias económicas y sociales a largo plazo de la crisis, su bienestar puede verse reemplazado por consideraciones económicas y de equidad a corto plazo", reconoce la OCDE.

Existe una "desigualdad generacional" en la respuesta dada por la Unión Europea

El principal elemento de la respuesta de la UE ha consistido en reforzar la Garantía Juvenil. Propone asegurar que todos los jóvenes menores de 30 años reciban una oferta de empleo, formación o educación superior dentro de los cuatro meses posteriores a la pérdida del empleo o la educación. Europa ofrece a los 27 Estados miembros 22.000 millones de euros para que inviertan en los jóvenes entre 2021 y 2027, alrededor de 116 millones de euros por socio y año.

El ex-comisario de Empleo de la UE, Laszlo Andor, quién lanzó la Garantía Juvenil durante la pasada crisis, valora el apuntalamiento de este instrumento, así como la puesta en marcha del mecanismo europeo SURE, que ha financiado los ERTE. Se han dejado atrás los errores de la austeridad de la pasada crisis. Pero Andor coincide en diagnosticar una "desigualdad generacional" en la respuesta dada a través de la UE. Desde Bruselas se puede ofrecer recursos y orientación, pero son los países quienes tienen que encontrar soluciones para sus mercados laborales. "Y tenemos razones para estar preocupados con la capacidad local: si los servicios públicos de empleo no están preparados, no veremos un impacto rápido de la Garantía".

A pesar de que el fondo de recuperación se planteó como un pacto intergeneracional, con reformas que beneficien a quienes pagarán la factura mañana, la perspectiva generacional está desaparecida en el debate político y de políticas. Se repite que la pandemia no se borrará hasta que todos la superen, pero los jóvenes caen fuera del radar cuando se habla de teledirigir las ayudas a los más afectados. El comisario de Economía, Paolo Gentiloni, opina que "resulta difícil realizar un análisis sobre si los países están haciendo suficiente". Pero sobre el terreno, y desde la primera línea, el veredicto es rotundo. "¿Crees que los jóvenes podremos decir a futuro que viviremos mejor que nuestros padres?", se pregunta Marta Santiago, investigadora del Hospital Ramón y Cajal, y miembro de la Comunidad 'Global Shapers' del Foro Económico Mundial. "Sentimos que somos los grandes olvidados. Pide políticas transversales, aunando educación, mercado laboral y también el ámbito sanitario, porque "han aumentado exponencialmente los cuadros médicos de ansiedad y depresión". Y en un momento en el que Bruselas ultima su "Conferencia sobre el Futuro de Europa", avisa que "el germen de la desafección política y el auge de los extremismos nace cuando una generación siente que no tiene futuro.

"Panorama desalentador"

"Estamos ante un panorama desalentador, cuyas consecuencias aún desconocemos en muchos casos, tanto en su alcance como en su profundidad", dice la directora general del Instituto de la Juventud, María Teresa Pérez, en el prólogo del informe de la Juventud en España 2020, presentado este mes. El documento radiografía el impacto de la pandemia y confirma las consecuencias de la "década perdida" para ellos. Uno de cada tres jóvenes se vio afectado psicológicamente por el Covid-19 y las medidas de restricción.

La brecha entre oportunidades y expectativas se agrava, las condiciones son cada vez más precarias y la ansiada independencia se retrasa. Casi un 40% cree poco o nada probable encontrar trabajo el próximo año, y ha caído en 15 puntos la esperanza de poder emanciparse. El informe resalta la importancia de dar una respuesta multidimensional para apoyar a una juventud que, en contra de los tópicos, es responsable y comprometida. Casi el 50% de ellos ayudaron a vecinos o gente que lo necesitaba durante la pandemia.

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