La Reserva Federal y su capitán, Jerome Powell, vindicaron su paciencia después de darse a conocer como en abril, Estados Unidos generó solo 266.000 empleos. Un desatino sin precedentes para las proyecciones de los economistas, que habían vaticinado la creación de hasta más de un millón de empleos, y que también cuestionó el papel de los estímulos fiscales a la hora de incentivar la vuelta al trabajo.
Tanto la tasa de paro, que subió en una décima, hasta el 6,1%, como el número de desempleados, que alcanzó las 9,8 millones de personas, apenas variaron. Ambos han bajado considerablemente desde su punto álgido hace un año pero siguen estando muy por encima de los niveles anteriores a la pandemia del coronavirus.
Cabe recordar como en los primeros meses del año pasado, la economía estadounidense se desplomó a un ritmo histórico. En un periodo de tan solo dos meses, la tasa de desempleo se disparó del 3,5% en febrero de 2020 al 14,7% en abril -su nivel más alto desde 1940.
La relajación de las restricciones siguió impulsando el aumento del empleo en los sectores más afectados por la pandemia, con un incremento de las nóminas en los sectores del ocio y la hostelería de 331.000 personas. El regreso a los colegios también provocó un aumento las contrataciones en las escuelas públicas locales, que crearon 31.000 puestos de trabajo.
Sin embargo estos aumentos fueron menores de lo previsto y, en cualquier caso, se vieron compensados por los descensos en las nóminas en otras áreas, como los servicios de ayuda temporal.
No obstante, con al menos 7 millones de ofertas laborales por cubrir actualmente en el mercado patrio, la tímida suma de nóminas no agrícolas puso el punto de mira en los estímulos y las extensiones adicionales a los subsidios por desempleo.
"El débil crecimiento da cierta credibilidad a los informes sobre la escasez de mano de obra y que existen personas que no volverán a trabajar mientras sigan recibiendo subsidios de desempleo complementarios, lo que sugiere que se trata de un problema de oferta más que de demanda", reconoció Robert Rosener, economista de Morgan Stanley.
Según un análisis de la Cámara de Comercio de EEUU, la prestación adicional actual de 300 dólares semanales hace que aproximadamente uno de cada cuatro beneficiarios se lleve a casa más dinero por desempleo del que gana trabajando. Es por ello que la entidad pidió a la Administración de Joe Biden que cancele estos subsidios extraordinarios que no expirarán hasta el próximo septiembre.
Los datos dados a conocer este viernes por el Departamento de Trabajo, el porcentaje de empresas que declaran al menos un puesto de trabajo difícil de cubrir aumentó hasta otro récord en abril.
Además, el lento retorno de los trabajadores en un momento en que la demanda está en auge está generando más presiones salariales que son notablemente más fuertes. El salario medio a la hora media aumentó un 0,7% en abril. Aunque los sueldos continúan estando distorsionados por los fuertes cambios de composición del empleo causados por la pandemia, el índice de costes laborales de la semana pasada mostró que los costes laborales en el primer trimestre registraron su mayor repunte en 14 años.