Economía

¿Desincentivan los estímulos de Biden la vuelta al trabajo en EEUU?

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El dato de empleo del mes de abril, cuando solo se crearon 266.000 empleos, ha caído como un jarro de agua fría y tirado por tierra las proyecciones de los expertos. Con al menos 7 millones de ofertas laborales vigentes, la tímida suma de nóminas no agrícolas pone el punto de mira en los estímulos y las extensiones adicionales a los subsidios por desempleo.

"La falta de crecimiento en las nóminas da cierta credibilidad a los informes sobre la escasez de mano de obra y que existen personas que no volverán a trabajar mientras sigan recibiendo subsidios de desempleo complementarios, lo que sugiere que se trata de un problema de oferta más que de demanda", reconoce Robert Rosener, economista de Morgan Stanley.

Durante una entrevista con Bloomberg, el presidente de la Reserva Federal de Minneapolis, Neel Kashkari, también admitió que la ampliación de los subsidios adicionales por desempleo, que se extenderán hasta el próximo septiembre, podría estar mateniendo a los trabajadores fuera del mercado laboral.

En este sentido, la Cámara de Comercio de EEUU publicó una declaración en la que pidió a la Administración de Joe Biden que se ponga fin a la prestación adicional por desempleo de 300 dólares semanales. Su vicepresidente ejecutivo, Neil Bradley, afirmó que "pagar a la gente para que no trabaje está frenando lo que debería ser un mercado de laboral mucho más fuerte". Esto a su vez perjudica y complica la recuperación.

Según un análisis de la Cámara de Comercio de EEUU, la prestación adicional de 300 dólares semanales hace que aproximadamente uno de cada cuatro beneficiarios se lleve a casa más dinero por desempleo del que gana trabajando.

De hecho, compañías como Chipotle o McDonald's han reconocido que no pueden atraer la suficiente mano de obra para cubrir los puestos vacantes a este lado del Atlántico. Al igual que la Cámara de Comercio, estas empresas han señalado que los cheques de estímulo y las generosas prestaciones de desempleo dificultan sus esfuerzos para incrementar las contrataciones.

Precisamente, al hilo de esta situación, Montana se ha convertido en el primer estado del país en cancelar las prestaciones por desempleo debido a una "escasez de trabajadores sin precedentes".

Los resultados de la última encuesta de abril de la Federación Nacional de Empresas Independientes (NFIB, por su siglas en inglés) sobre las pequeños negocios se constata que un 42% de las mimas registraron vacantes laborales que no lograban cubrir. Su economista jefe de la NFIB, Bill Dunkelberg, reconoció que en estos momentos los propietarios de pequeños negocios "compiten con la pandemia y el aumento de las prestaciones de desempleo que mantienen a algunos trabajadores fuera de la fuerza laboral".

En los datos dados a conocer el viernes por el Departamento de Trabajo, el porcentaje de empresas que declaran al menos un puesto de trabajo difícil de cubrir aumentó hasta otro récord en abril. Desde Wells Fargo Securities, su economista, Sarah House, enumera una serie de factores que limitan una vuelta al trabajo más robusta. "Los problemas de oferta que pesan sobre la contratación y el desajuste entre las cualificaciones de los trabajadores y las ofertas de empleo son algunos de ellos", aclara.

Dicho esto, la tasa de participación de la población activa aumentó hasta el 61,7% para el total de la población, pero se mantuvo sin cambios para los trabajadores en edad avanzada (25-54). El lento retorno de los trabajadores en un momento en que la demanda está en auge está generando más presiones salariales que son notablemente más fuertes. El salario medio a la hora media aumentó un 0,7% en abril.

Aunque los sueldos continúan estando distorsionados por los fuertes cambios de composición del empleo causados por la pandemia, el índice de costes laborales de la semana pasada mostró que estos registraron en el primer trimestre su mayor repunte en 14 años.

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