- 12/03/2020, 20:21
Las bolsas europeas registraron ayer la peor sesión de toda su historia, como demuestra el descenso del 14% en el Ibex. Éste fue el lamentable saldo del día en el que tuvo lugar la esperada reunión del BCE para tomar medidas contra la crisis del coronavirus. Resulta obvio que se esperaba más de la institución, pero conviene calibrar las causas de esa decepción. Sería injusto acusar a Fráncfort de cruzarse de brazos, Es cierto que no se produjo la reducción de tipos que el mercado descontaba, pero esa circunstancia no es tan crucial como parece. El BCE tiene su margen de acción agotado en ese capítulo; además, otra reducción de las tasas sólo contribuiría a socavar de nuevo la rentabilidad de los bancos, lo que dificultaría más la concesión de créditos. En paralelo, deben valorarse los pasos que el BCE dio para hacer más atractivas sus subastas de liquidez (las TLTRO) y, sobre todo, el empuje a sus compras masivas de deuda. La expansión cuantitativa se amplía en 120.000 millones hasta final de año, muy por encima de los actuales 20.000 millones mensuales.