En pleno pánico de los mercados, con los Gobiernos europeos tomando medidas cada vez más drásticas, e incluso con motines en las cárceles italianas, la UE busca desesperadamente cómo calibrar la respuesta apropiada frente al coronavirus Covid-19, protegiendo al máximo a sus ciudadanos, y minimizando el mazazo económico para sus empresas.
En Bruselas se convocan reuniones de crisis casi cada día y, sin embargo, la respuesta coordinada no llega. El pasado miércoles la teleconferencia de los ministros de Finanzas pospuso hasta el Eurogrupo y el Ecofin de la semana que viene la discusión sobre los estímulos económicos. El encuentro de los responsables de Salud el viernes terminó con acusaciones a Francia y Alemania por limitar las exportaciones de guantes y mascarillas que necesitan socios como Italia.
A pesar de los problemas de coordinación, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, se mostró este lunes satisfecha con el esfuerzo europeo hasta la fecha. En la rueda de prensa sobre sus primeros 100 días en el cargo, comentó que ahora existe un "claro procedimiento de coordinación y comunicación" entre la Comisión y los Estados miembros.
Sin embargo, la decisión del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, de convocar una teleconferencia de los líderes le dejó en evidencia. "Necesitamos cooperar para proteger la salud de nuestros ciudadanos", escribió en Twitter el timonel de las cumbres europeas, evidenciando lo mucho que queda por mejorar. Según fuentes comunitarias, la llamada probablemente tendrá lugar este martes.
Tras la respuesta sanitaria de cada socio al virus, la primera mano tendida desde Bruselas llegó con el anuncio de que la Comisión aplicaría la flexibilidad que permite el Pacto de Estabilidad para dar margen al gasto adicional que realizarán las capitales. En una entrevista con elEconomista, el vicepresidente económico de la Comisión, Valdis Dombrovskis, señaló el pasado 26 de febrero que, "por supuesto, los problemas relacionados con el coronavirus quedarían cubiertos bajo esta cláusula" de flexibilidad de las reglas presupuestarias de la UE. Italia y Francia ya han dicho que se acogerán a este margen adicional, ambas bajo un estrecho marcaje de Bruselas por su elevado endeudamiento.
Pero la Comisión no se quedará aquí. Von der Leyen, también anunció en la rueda de prensa que aflojarán las normas de ayudas de estado para permitir que se puedan destinar subsidios a los sectores más afectados por el coronavirus.
"No perdamos a nadie"
En conversación con un grupo de medios europeos, entre ellos elEconomista, el comisario de industria, Thierry Breton, explicó que el objetivo es que "no perdamos a nadie" a lo largo de esta crisis, dijo en referencia a las empresas que puedan cerrar por la caída de pedidos o la falta de liquidez. El francés no dio más detalles de momento sobre las medidas Europa piensa tomar para garantizar que el tejido empresarial sobrevive el impacto económico. "Es muy pronto para decirlo", aunque indicó que el análisis se basará en datos de las empresas una vez superen el primer trimestre. "Estamos movilizando todo lo que podemos", añadió.
Más allá de las ayudas directas que puedan dar las capitales a sus firmas, y que tratará de manera benigna la Comisión, la otra preocupación para el Ejecutivo comunitario es que el crédito fluya a las pymes en estos momentos difíciles. En este sentido, una de las herramientas a las que podría recurrir el BCE cuando se reúna este jueves es ampliar sus líneas de créditos blandos destinados a las empresas para garantizar la liquidez. Aunque el arsenal monetario del eurobanco es limitado, los mercados también ya han descontado un nuevo recorte de los tipos de interés.