Bruselas
Bruselas. La unión lleva tiempo haciendo aguas. Lo que en épocas de estabilidad se manifiesta en una falta de ambición para reforzar el bloque, tal y como marcan los tratados comunitarios, en tiempos de crisis se torna en una falta de solidaridad cada vez más descarada. La crisis del euro y la migratoria ya tensaron las costuras.
Así está sucediendo de nuevo en la lucha para contener la expansión del coronavirus covid-19 por Europa, como quedó patente este viernes en el encuentro extraordinario de los ministros de Sanidad de la UE.
Hace tres semanas, la Comisión Europea pedía a los socios coordinación a la hora de luchar contra la epidemia. Entonces había menos de medio centenar de casos en la UE. Pero con más de 5.500 casos el tono se ha elevado para pedirles generosidad.
Porque algunos Estados miembros, como Alemania, Francia o República Checa, están bloqueando la exportación del material protector que necesitan otros socios para los grupos más vulnerables o los más expuestos, como el personal sanitario. Con un recuento de casos que no para de aumentar, los países productores prefieren almacenar para lidiar con potenciales necesidades, en vez de apoyar a sus vecinos frente a sus problemas reales.
La actitud de estos países provocó malestar entre el resto de socios, como quedó claro en el debate que mantuvieron el viernes los 27. "Creo que, de hecho, deberíamos mostrar nuestra solidaridad, por ejemplo en la distribución de recursos de protección", dijo la ministra de Salud belga, Maggie de Block.
Su colega holandés, Bruno Bruins, respaldó la misma línea, y añadió que "en tiempos de escasez, es aún más importante mostrar solidaridad, especialmente dentro de la UE".
La Comisión también afeó la actitud unilateral de algunas capitales. Su responsable de gestión de crisis, Janez Lenarcic, indicó que aunque estas decisiones sean legales
"Conllevan el riesgo de socavar nuestro enfoque y capacidad colectiva para manejar esta crisis"
Alemania prohibió el miércoles la exportación del equipo de protección, como máscaras y guantes, mientras que Francia también anunció que requisará todo el material que se produzca allí. Chequia prohibió la exportación del material desinfectante.
La Comisión está estudiando si estas prohibiciones violan las normas del mercado interior. A pesar de la protesta de sus colegas, el ministro de Sanidad alemán, Jens Spahn, defendió la decisión de su Gobierno por la antigüedad y la extensión del brote en su país. "Estamos en una fase diferente respecto a aquellos países que todavía están detectando y conteniendo casos," comentó.
Por su parte, el ministro de Salud francés, Olivier Veran, excusó su decisión aludiendo al desequilibrio entre la enorme demanda y la capacidad de producción. "Estamos tratando de negociar con los productores para abastecer el mercado, pero la producción es limitada. La demanda es mucho mayor que la oferta mundial. No es fácil", dijo.
Añadió que el personal sanitario estará al frente de la fila según coja ritmo la producción.
El coronavirus, que ha dejado casi 100.000 infectados en el planeta y más de 3.000 muertes, tuvo su foco en la ciudad china de Wuhan, en cuya región se produce el 40% de mascarillas protectoras del planeta.
Para intenta paliar la falta de recursos, la Comisión indicó que organizará una licitación conjunta de material protector, para luego distribuirlo entre los socios más afectados. Hasta ahora una veintena de Estados miembros ya se ha sumado.
El ministro de Sanidad español, Salvador Illa, indicó que nuestro país es partidario de poner en marcha este mecanismo de compra conjunta. Aunque intentó tranquilizar indicando que "en España los recursos necesarios están garantizados".