Cierre europeo
- 29/03/2023, 17:47
Si hay algo que ha quedado patente en el mercado de renta variable europeo en las últimas horas es que las bolsas continentales se resisten a dar por muerto el rebote.
Al inversor británico Chris Hohn lo conocen muy bien muchas cotizadas de todo el planeta. La mayor empresa de ferrocarriles de Canadá (Canadian National Railway), las francesas Airbus y Safran, Alphabet (la matriz de Google), la agencia Moody's... la lista es larga. El millonario que está al mando del fondo The Children's Investment (TCI) está poniendo ahora patas arriba al consejo de Cellnex Telecom tras convertirse en su principal accionista y no es la primera vez que busca que se le escuche en una empresa de la bolsa española. Ya lo consiguió en Aena y Ferrovial. A día de hoy, de hecho, TCI es el único fondo con un activismo considerado "muy alto" entre los principales accionistas de las firmas del Ibex, según datos de FactSet, con una actividad mucho mayor a la de otras firmas como Schroders, M&G, Norges o BlackRock.
El fondo gestionado por Karoline Rosenberg y Mac Elatab llevaba dos años seguidos entre los 10 fondos de bolsa española con peor comportamiento. En 2023 ha despegado y ya gana un 8,05%.
Las pérdidas han vuelto con contundencia a las bolsas de Europa este viernes y se han borrado buena parte de las ganancias cosechadas a principios de semana. Antes de la apertura de hoy, los ascensos semanales superaban los dos puntos porcentuales. El Ibex 35 español ha terminado la jornada con un descenso del 1,98% hasta los 8.792,5 puntos, por lo que el avance de toda la semana se ha reducido al 0,84%. Pero ¿a qué se deben los números rojos de esta sesión? Al pánico que todavía prevalece en los mercados a una nueva crisis bancaria. La prueba está en que los bancos han sido, de nuevo, el principal lastre de la renta variable, con una entidad destacando entre todas las demás en el Viejo Continente: Deutsche Bank, que ha llegado a sufrir un desplome de doble dígito en la bolsa de Fráncfort. Con este panorama, el EuroStoxx ha visto peligrar los 4.100 puntos y el Ibex se ha llegado a colocar al filo de los 8.700.
El rebote que desarrollaron las bolsas europeas desde los mínimos del lunes pasado estuvo el viernes a punto de cancelarse. Los fuertes descensos que se vieron en las principales bolsas de Europa en la última sesión de la semana dejaron a los indicadores de relevancia de la zona euro muy cerca de los niveles de soporte cuya perforación impediría seguir confiando en la posibilidad de ver un rebote mayor.
El 25 de junio de 1876, el Séptimo de Caballería se enfrentó a los Sioux y Cheyennes en el Río Little, Montana. Los doscientos diez hombres al mando del comandante Custer fueron exterminados en menos de una hora por miles de feroces guerreros.
Las bolsas europeas quieren cerrar hoy una semana de redención. De hecho, desde el lunes los índices de referencia en el Viejo Continente han registrado ganancias -incluso superiores al 3% en algunos casos- que les han permitido confirmar el inicio del rebote visto la semana pasada y alejarse de los mínimos del mes.
Después de acercarse a sus zonas de soporte -y de perforarlas temporalmente en el caso del Ibex 35-, las principales bolsas del Viejo Continente confirmaron el lunes una clara vuelta en un día y rebotaron con fuerza, dando así un respiro a los inversores más preocupados por las pérdidas superiores al 8% que registraron índices como el Ibex 35 en los días previos, con el estallido de la crisis bancaria a ambos lados del Atlántico.
No hay duda de que las principales bolsas de Europa cotizarán hoy pensando en la decisión de ayer de la Reserva Federal. y en la posterior rueda de prensa de su presidente, Jerome Powell, quien aseguró que pese a que la entidad monetaria había considerado la posibilidad de hacer una pausa en los días previos a la reunión ante el volátil contexto financiero, no era el momento de realizarla.
El inicio de año en los mercados de renta variable fue bueno. El índice S&P 500 y el EuroStoxx 50 se llegaron a revalorizar un 5% y un 13% respectivamente antes de la crisis bancaria desatada con la quiebra de SVB y la compra de Credit Suisse porparte de UBS. Por ahora, no termina de llegar la tan temida recesión que muchos pronosticaban el año pasado. Un análisis de la economía y de los mercados estadounidenses puede ayudar a explicarlo mejor.
A lo largo de las últimas semanas he venido insistiendo hasta el hartazgo en la imperiosa necesidad de aprovechar las últimas y fortísimas subidas, que llevaron al EuroStoxx 50 Total Return y al CAC 40 galo a alcanzar los altos del año pasado, en lo que califiqué como un desacato, un desmadre y una animalada, para ir recogiendo manzanas o parcialmente beneficios y disminuir de ese modo la exposición a bolsa para reducir riesgos y obtener una preciada liquidez que va a ser la munición necesaria para comprar aprovechando que finalmente ha venido el lobo en forma de susto y corrección en las bolsas europeas.
Los principales índices europeos han comenzado la semana con recortes que en el caso del Ibex 35 supone ceder un 2% hasta la zona de los 8.500 puntos. Mientras, el EuroStoxx 50 se sitúa sobre los 4.000 puntos con el recorte de estos primeros minutos de cotización del lunes y el camino que dibujan los futuros para Wall Street también apuntan a continuar con el desplome por la incertidumbre ante un contagio de falta de liquidez en el sector financiero.
Cuando una dinámica alcista, como la vista en las bolsas de Europa antes de la corrección, impregna el ánimo de analistas e inversores siempre es complicado abstraerse de la tendencia, poner en valor las ganancias acumuladas y hacer un balance sosegado que incluya la posibilidad de recoger beneficios. Y eso que las voces críticas que alertaban de cierta complacencia habían ido en aumento en las últimas semanas.
Las bolsas occidentales querían acabar la semana con buen sabor de boca, pero la banca no se lo ha permitido. Más en concreto, Credit Suisse, que vuelve a estar en el epicentro del 'terremoto' con un nuevo desplome de sus acciones. El temor a una nueva crisis financiera no se disipa en ninguno de los dos lados del Atlántico. En consecuencia, y pese a un comienzo de la sesión claramente positivo en el Viejo Continente, las ventas se han impuesto y los principales selectivos registran caídas superiores al punto porcentual. Las pérdidas son menos acusadas que en las pasadas jornadas, pero en el caso del mercado español son más que suficientes para arrojar el peor balance semanal desde febrero de 2022: el Ibex 35 ha bajado un 5,81% desde el pasado viernes y ha caído bajo los 8.800 puntos.
Las principales bolsas de Europa han rebotado en las últimas horas ante la esperada intervención de Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE) y tras conocerse el acuerdo entre los bancos más grandes de EEUU para ejecutar un plan conjunto e inyectar 30.000 millones de dólares en First Republic Bank.
La incertidumbre ha magullado de nuevo a las bolsas de Europa este miércoles. Comenzaron el día con pérdidas contenidas, e incluso con leves ascensos en algunos selectivos de referencia, pero las ventas se dispararon después y las caídas han acabado superando el 4% en algunos casos. El Ibex 35 español ha sido el peor índice, junto al FTSE MIB italiano. No solo se ha despedido (otra vez) de los 9.000 puntos, sino que ha perforado incluso las 8.800 unidades. El selectivo ha terminado con una bajada del 4,37%, situándose en 8.759,1 enteros. Pero ¿qué hay detrás de todos estos números rojos? El fantasma de una crisis bancaria, el mismo que asustó a los mercados en el comienzo de la semana. El temor se aviva por el desplome de Credit Suisse, cuyas acciones han marcado hoy nuevos mínimos históricos. Y todo ello solo un día antes de que el Banco Central Europeo (BCE) anuncie su decisión sobre los tipos de interés.
A nadie le cabe duda de que las alzas que han registrado las bolsas más importantes de Europa a lo largo de los últimos meses han sido más que sustanciales. Las ganancias que han sumado en su casillero desde octubre de 2022, les han servido para recuperar gran parte de las pérdidas acumuladas con el Crash que provocó la pandemia o, en el caso de muchos índices continentales, a cotizar con solvencia por encima de dichos niveles. De hecho, su comportamiento netamente alcista había provocado que las voces críticas que alertaban de cierta complacencia fueran en aumento en las últimas semanas.